Cuatro ¡®no ganadores¡¯ con peor imagen

Si las nuevas elecciones generales fueran ma?ana, el PP volver¨ªa a ser el partido m¨¢s votado con un 29,9% del total de votos, 1,2 puntos m¨¢s que en el 20-D. La coalici¨®n Unidos Podemos quedar¨ªa en segundo lugar, con un 23,2% de los votos (1,2 puntos menos que la suma de los votos logrados por separado el 20 de diciembre). El PSOE quedar¨ªa en tercer lugar, con un 20,2% del voto emitido (en diciembre consigui¨® el 22,0%, es decir, bajar¨ªa 1,8 puntos). Ciudadanos, con un 15,5%, mejorar¨ªa en 1,6 puntos su resultado de hace cinco meses (logr¨® entonces el 13,9%).

Est¨¢ por ver que, con estos porcentajes de voto, el reparto de esca?os pueda variar significativamente. Aunque Unidos Podemos lograse efectivamente superar en votos al PSOE no por ello tiene garantizado superarle en esca?os. En realidad, lo m¨¢s probable es que vuelva a haber cuatro no-ganadores, pues ninguna formaci¨®n por s¨ª sola estar¨ªa en condiciones de formar Gobierno. El acuerdo entre dos o incluso m¨¢s formaciones seguir¨ªa siendo imprescindible.

Este resultado que, en el momento actual y a la luz de los datos disponibles, cabe estimar como m¨¢s probable se corresponde con una participaci¨®n electoral del 68%, inferior en algo m¨¢s de 5 puntos a la del 20 de diciembre. Entonces vot¨® un 73,2% de los espa?oles residentes, y cabe recordar que en las 12 elecciones generales celebradas hasta ahora el porcentaje medio de participaci¨®n ha sido el 74.2%.

Lo especialmente destacable ahora es que las distintas intenciones de voto no implican un id¨¦ntico grado de movilizaci¨®n o de compromiso de acudir a las urnas de quienes las manifiestan. Los votantes de algunos partidos (especialmente los de Ciudadanos) tienden, por ahora, a ser m¨¢s ap¨¢ticos que otros. Si la campa?a electoral lograra movilizarles ¡ªaumentando as¨ª el porcentaje total de participaci¨®n¡ª el resultado final aqu¨ª estimado podr¨ªa registrar modulaciones (de entidad en todo caso menor) al alza o a la baja.

Los principales l¨ªderes experimentan una profunda p¨¦rdida de imagen entre la ciudadan¨ªa. A Mariano Rajoy (con un saldo evaluativo de -53 puntos) y Pablo Iglesias (con -43 puntos) se suma ahora Pedro S¨¢nchez (con -43 puntos) para conformar el tr¨ªo de figuras pol¨ªticas m¨¢s negativamente evaluadas por los espa?oles. La novedad es que Albert Rivera, el ¨²nico l¨ªder que, de forma regular, obten¨ªa saldos evaluativos claramente positivos, pasa ahora a contar tambi¨¦n con un saldo negativo de -11 puntos.

En estos momentos preelectorales de reagrupamiento afectivo de los electorados en torno a la figura de sus respectivos l¨ªderes, estos no cuentan con otro apoyo afectivo que el de sus potenciales votantes. Cabe destacar que Iglesias contin¨²e siendo quien obtiene, entre sus futuros votantes, un saldo evaluativo favorable m¨¢s bajo: +57 puntos, frente al +72 de S¨¢nchez, el +72 de Rajoy y el +73 de Rivera entre los suyos.

Entre los probables votantes de Ciudadanos, solo el 59% indica, al mismo tiempo que manifiesta su preferencia por este partido, una absoluta determinaci¨®n de acudir realmente a las urnas. Es decir, hay un 41% de potenciales votantes de Albert Rivera que no ofrecen, por ahora, una garant¨ªa indubitable de convertirse en votantes efectivos. En cambio, el porcentaje de electores que tienen ya claro tanto el partido que prefieren como que no dejar¨¢n en modo alguno de acudir a las urnas, sube hasta el 79% en el caso del PP, el 77% en el del PSOE y el 73% en el de Unidos Podemos.

Desde meses antes de las elecciones de diciembre, los espa?oles han venido expresando en porcentajes llamativamente estables (64% frente a 32%) su preferencia por un sistema multipartidista ¡ªpor encima de las mayores dificultades que este pueda suponer para formar Gobierno¡ª frente a un sistema de corte bipartidista. Tan solo entre los futuros votantes del PP sigue predominando (70% frente a 26%) la preferencia inversa, lo que sit¨²a a este electorado a contracorriente de lo que la amplia mayor¨ªa ciudadana considera deseable.

Los espa?oles piensan, de forma pr¨¢cticamente un¨¢nime (94%), que tras las nuevas elecciones, el partido que resulte m¨¢s votado no podr¨¢ gobernar por s¨ª solo, sino que tendr¨¢ que contar con el apoyo de otros partidos. Esta afirmaci¨®n, plenamente acorde con la preferencia ciudadana, ya asentada y mayoritaria, por un sistema que cuente con varios partidos de tama?o no muy dispar, contrasta fuertemente con la tendencia de los l¨ªderes de los principales partidos por plantear la contienda electoral en clave bipartidista/presidencialista.

Los espa?oles mantienen inalterado el diagn¨®stico pesimista respecto de la situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica del pa¨ªs que llevan meses expresando. El 81% eval¨²a de forma negativa la situaci¨®n global de nuestra econom¨ªa. El 70% cree que el paro va a seguir igual de alto que ahora, o incluso m¨¢s, durante mucho tiempo. Y un espectacular ¡ªy sin precedentes en los ¨²ltimos 20 a?os¡ª 94% define como mala la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola actual. Esto no implica desapego alguno respecto del sistema democr¨¢tico, pero s¨ª una importante p¨¦rdida de imagen de los l¨ªderes pol¨ªticos, cuya funci¨®n es pilotarlo.