En las ra¨ªces de Tordesillas
Los defensores del Toro de la Vega reivindican el festejo como parte de su identidad colectiva: ¡°Al prohibirlo es como si tiraran abajo un monumento¡±
Aguarda el toro a las puertas de Tordesillas. Bajo el cielo nuboso del s¨¢bado, un astado de bronce se yergue impoluto en esa cuesta que atraviesa cada a?o un morlaco a la carrera, segundos antes de cruzar el puente sobre el r¨ªo Duero y adentrarse en la vega donde le espera la muerte. Detr¨¢s de la estatua, se aposta Jos¨¦ Antonio Rico Ovejero. Con 43 a?os de vida y 28 como lancero. Con dos hijos de 10 y 4 a?os. Y con, desde el pasado jueves, una indignaci¨®n y una impotencia que le corroe. "Han entrado en mi casa, han llegado a la cocina y me han cambiado hasta las cortinas", resume sobre ese decreto ley aprobado por la Junta de Castilla y Le¨®n que ha prohibido el formato actual del Toro de la Vega. Tras casi cinco siglos de "tradici¨®n", seg¨²n sus defensores. Tras casi cinco siglos de "crueldad", seg¨²n sus detractores.
"Porque no hay fiesta si no se mata al animal. El aliciente es ese: estar all¨ª abajo. Tu solo contra ¨¦l. En su terreno. Solo tu inteligencia contra su bravura. Y le ofreces al animal lo m¨¢s valioso que tienes: tu vida¡±, recalca Ovejero, un funcionario municipal al que el morlaco embisti¨® en 1993 hasta dejarlo "cl¨ªnicamente muerto durante tres o cuatro minutos". "Me seccion¨® la femoral", a?ade, antes de relatar c¨®mo de ni?o quiso ser torero, c¨®mo lleg¨® a banderillero y c¨®mo en 2001 se alz¨® como vencedor del torneo medieval que puso, en la ¨²ltima d¨¦cada, a esta localidad vallisoletana en el punto de mira de los animalistas.
Estos colectivos convirtieron al Toro de la Vega en un icono a abolir. Decenas de sus miembros se han trasladado hasta el municipio, cada a?o, para protestar el mismo d¨ªa del encierro. Se concentran habitualmente en una rotonda, que forma parte del recorrido del astado, donde se enfrentan a los defensores del festejo. Y all¨ª, cada septiembre, se repite la tensi¨®n, los gritos y los golpes. Una batalla ¡ªentre for¨¢neos y locales¡ª que no acaba despu¨¦s con el alanceamiento del astado, sino que contin¨²a en los medios de comunicaci¨®n y en las redes sociales.
Toda una "guerra" que explica tambi¨¦n que se haya reforzado, entre muchos vecinos, el sentimiento de pertenencia e identidad como pueblo, seg¨²n explica Jes¨²s L¨®pez Gara?eda, autor del libro El Toro de la Vega. Una reliquia hist¨®rica. Porque han sentido que desde fuera ven¨ªan a imponerles algo que ellos no hab¨ªan decidido. "Porque Tordesillas se ha sentido muy atacada. El?lobby antitaurino ha venido cada a?o aqu¨ª y nos ha insultado, vejado... Ahora proh¨ªben la fiesta, que tiene un gran poso social. Es como si hubieran tirado abajo un monumento", a?ade de inmediato el escritor, nacido en la d¨¦cada de los cincuenta en esta localidad de 9.000 habitantes. "Yo estoy convencido de que la fiesta habr¨ªa desaparecido ya si hace diez a?os no aparece este movimiento, porque cada vez hay menos gente que se ponga delante del animal y porque no se transmiten esos valores y principios", remacha Ovejero.
"Me apena que, antes de que la Junta haya dado este paso, no se haya tomado la decisi¨®n desde el municipio", insiste Mercedes San Jos¨¦ (Tordesillas Toma la Palabra), la ¨²nica edil del Ayuntamiento que se manifiesta p¨²blicamente en contra del torneo y que respalda el contenido del decreto ley ¡ªproh¨ªbe dar muerte en p¨²blico al animal y alancearlo o infligirle cualquier herida que tenga por objeto acabar con su vida¡ª. La formaci¨®n de San Jos¨¦, impulsada por Izquierda Unida, se present¨® a las elecciones municipales con la propuesta de convocar un refer¨¦ndum sobre la continuidad del Toro de la Vega. Obtuvo m¨¢s de 400 votos. Y consigui¨® un solo asiento en una corporaci¨®n dominada por los ocho representantes del PSOE y completada con otros cuatro del PP. Dos fuerzas que, tras revelar el Gobierno regional la nueva norma, convocaron una rueda de prensa conjunta para manifestar su rechazo, anunciar medidas legales contra ella y afirmar que seguir¨ªan trabajando para celebrar este 2016 el encierro igual que "durante los ¨²ltimos 500 a?os".
Pero, hasta que llegue septiembre, ?qu¨¦ ocurrir¨¢? La Junta ha talado el tronco principal del torneo, pero ser¨¢ mucho m¨¢s complicado acabar con las ra¨ªces de un festejo que se enredan en torno al ADN de este municipio castellano. "Creo que vamos a conseguir parar en los tribunales esa norma. Para que este a?o, por lo menos, podamos respirar y celebrarlo como siempre", cuenta Francisco Hern¨¢ndez, presidente de la Federaci¨®n de Tauromaquia Popular de Castilla y Le¨®n.
El edil de Festejos, Javier Campos (PSOE), ya ha manifestado que pedir¨¢ a los vecinos que depositen una papeleta en blanco en las pr¨®ximas elecciones generales para manifestar su enfado, seg¨²n recoge Efe. Aunque, tambi¨¦n, en la web del Patronato del Toro de la Vega ¡ªcolectivo que lleva por lema Sin ra¨ªz, nada¡ª se ha colgado un texto que invita a dar un paso m¨¢s: "Es el momento de incumplir las leyes. Es el momento de olvidar la paz y prepararse para la guerra. Es el momento de seguir cumpliendo nuestra tradici¨®n ancestral como siempre, pese a todo y pese a quien pese. Es el momento de matar al Toro Vega".
"Aqu¨ª no somos maltratadores ni asesinos"
"Los que hemos estado siempre en contra del Toro de la Vega nos hemos sentido insultados desde fuera y, a su vez, hemos sentido cierto rechazo? desde dentro del pueblo. Porque, incluso los detractores del festejo, como yo, hemos recibido correos electr¨®nicos con insultos y amenazas", relata Mercedes San Jos¨¦ al hablar de un torneo medieval, que ha puesto a Tordesillas en el foco medi¨¢tico y que consiste en alancear al toro hasta la muerte. El Partido Animalista (Pacma) califica este encierro como el "mayor exponente del maltrato animal en nuestro pa¨ªs".
"Aqu¨ª no somos maltratadores ni asesinos", se defiende Jos¨¦ Antonio Rico Ovejero, que atribuye a la prensa y las televisiones buena parte de la responsabilidad de la presi¨®n que ha provocado la aprobaci¨®n del decreto ley. Porque, seg¨²n el Patronato del Toro de la Vega, este cambio normativo no lo exige Tordesillas o Valladolid: "Sino las clases pol¨ªticas dirigentes urbanas. Todos los que pretenden ser alguien plantean una moral acaramelada en la que el Toro Vega es puro sadismo que escandaliza, pero cualquier pel¨ªcula de balazos en la televisi¨®n a las horas punta es cultura".
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