Somos la alternativa
El PSOE puede sumarse al cambio y renovarse o anclarse al pasado y convertirse en una fuerza con mucho menos peso hist¨®rico
Podemos y sus aliados representan hoy la principal alternativa de gobierno al PP, en un momento de impasse provocado por las dificultades del Partido Socialista para elegir una de las dos modalidades de gobierno posibles, llamadas a definir la disputa pol¨ªtica presente y futura en Espa?a. El contexto internacional y europeo en el que se da esta transformaci¨®n del sistema pol¨ªtico es in¨¦dito, completamente diferente del que determin¨® la suerte de nuestro pa¨ªs en el siglo XX.
Quiz¨¢ tengan que pasar todav¨ªa unos a?os para que los historiadores y el resto de cient¨ªficos sociales den cuenta de la dimensi¨®n de los acontecimientos sociales y pol¨ªticos que estamos viviendo y que, en poco m¨¢s de dos a?os, han consolidado nada menos que un nuevo sistema de partidos.
La emergencia de Podemos, como traducci¨®n pol¨ªtico-electoral de la nueva ¨¦poca inaugurada por el 15-M, redefini¨® el tablero pol¨ªtico. Pero si algo supera en trascendencia a aquella irrupci¨®n impetuosa, es su consolidaci¨®n como opci¨®n de gobierno, capaz de liderar una alianza hist¨®rica sin precedentes (y, a mi juicio, sin vuelta atr¨¢s) con una pluralidad de fuerzas que va desde espacios pol¨ªticos tradicionales de la izquierda en Espa?a y Catalu?a, pasando por partidos gallegos, valencianos y baleares, eco-socialistas y movimientos sociales, hasta las coaliciones municipalistas que hoy gobiernan las principales ciudades del pa¨ªs.
Nuestro primer desaf¨ªo es asumir que s¨®lo podremos gobernar mediante una alianza, en Espa?a y en Europa, con la vieja socialdemocracia, en un contexto posterior a la Guerra Fr¨ªa en el que las identidades pol¨ªticas de la izquierda que se forjaron al calor del breve siglo XX (1917-1989) tienen problemas para reconocerse a s¨ª mismas. Ello implica la apertura de un debate de pa¨ªs, que debe incluir a sectores de la vieja socialdemocracia, en clave ideol¨®gica y geoestrat¨¦gica, sobre qu¨¦ tipo de pol¨ªticas se podr¨ªan implementar desde un Estado y unas administraciones con enormes limitaciones soberanas y sobre qu¨¦ papel queremos jugar con relaci¨®n a Europa, Iberoam¨¦rica y el mundo.
Nuestro segundo desaf¨ªo implica abrir un complejo di¨¢logo para dar una salida institucional-constitucional por v¨ªas democr¨¢ticas a la plurinacionalidad de Espa?a, al tiempo que armamos, desde un nuevo patriotismo ciudadano, una idea de pa¨ªs capaz de sostener un proyecto colectivo respetuoso con la diversidad de nuestra patria. No es ni mucho menos una cuesti¨®n nueva, sino una tensi¨®n constitutiva de nuestra historia pol¨ªtica que hoy implica actualizar los debates y las f¨®rmulas sobre el federalismo y el encaje constitucional y jur¨ªdico de diferentes realidades y sentimientos nacionales.
A pesar de que tanto la estructura de nuestro sistema pol¨ªtico como las estructuras pol¨ªticas, econ¨®micas y militares internacionales en las que se subsume (UE, OTAN, etc.) son herederas del mundo bipolar, el contexto ha cambiado lo suficiente como para imaginar nuevas posibilidades tanto hacia dentro como hacia fuera.
?Es posible ser soberanista y europe¨ªsta a la vez? Debe serlo, si entendemos que la democracia ha de informar la legitimidad de las instituciones tanto estatales como europeas
El fracaso de las pol¨ªticas de austeridad patrocinadas por Alemania en el Sur de Europa y el abandono por parte de la vieja socialdemocracia, arrastrada al callej¨®n sin salida de la Tercera V¨ªa, de las pol¨ªticas neokeynesianas, ha dejado abierto el espacio para una nueva socialdemocracia, no condicionada por las contingencias de la Guerra Fr¨ªa, que pueda reclamar una pol¨ªtica a un tiempo soberanista y europe¨ªsta de car¨¢cter social. ?Es posible ser soberanista y europe¨ªsta a la vez? Debe serlo, si entendemos que la democracia ha de informar la legitimidad de las instituciones tanto estatales como europeas.
Los d¨¦ficits democr¨¢ticos de las estructuras decisionales de la Uni¨®n y el vaciamiento soberano de las instituciones del Estado son una asignatura pendiente. La enorme desafecci¨®n hacia Europa como proyecto pol¨ªtico tiene m¨²ltiples expresiones (los accidentados refrendos sobre el tratado constitucional europeo, la posibilidad real del Brexit o el avance de fuerzas pol¨ªticas de la extrema derecha antieuropea son s¨®lo algunos ejemplos) y s¨®lo se puede combatir recuperando una idea de Europa asociada a los derechos sociales y el bienestar. Esas y no otras fueron las claves de que la Uni¨®n fuera atractiva como proyecto pol¨ªtico y social para las poblaciones del Sur y en ellas debe basarse un nuevo proyecto socialdem¨®crata para un continente que debe tener una identidad geopol¨ªtica propia no subordinada a otras potencias.
Una nueva idea de Espa?a en Europa, plurinacional y en la que los derechos sociales est¨¦n garantizados en el marco de un nuevo modelo productivo, no podemos construirla solos; requiere de amplias alianzas, sociales, pol¨ªticas y con sectores estrat¨¦gicos del empresariado, tanto en nuestro pa¨ªs como en Europa.
?El PSOE se ver¨¢ seguramente en el dilema de decidir con cu¨¢l de las dos opciones se compromete y corresponsabiliza: la continuidad del PP al frente del Ejecutivo o un Gobierno con Unidos Podemos
Tras las elecciones del pr¨®ximo 26 de junio volver¨¢n seguramente a plantearse las dos opciones de gobierno que nosotros vemos hoy como posibles; la continuidad del PP al frente del Ejecutivo o un Gobierno con Unidos Podemos. El PSOE se ver¨¢ seguramente en el dilema de decidir con cu¨¢l de las dos opciones se compromete y corresponsabiliza. Pero en cualquiera de los dos casos, el cambio de sistema ya se habr¨¢ consolidado y ser¨¢ s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo el momento del cambio en el ejecutivo.
Estoy convencido de que la vieja socialdemocracia, decida lo que decida tras el 26-J, seguir¨¢ siendo una fuerza pol¨ªtica fundamental y un aliado necesario para nosotros, pero creo que su peso espec¨ªfico como alternativa de gobierno a los conservadores estar¨¢ determinado por la decisi¨®n que tome ahora. Tras el 26-J el PSOE puede sumarse al cambio y renovarse o anclarse al pasado y convertirse en una fuerza con mucho menos peso hist¨®rico a la hora de determinar el futuro de Espa?a.
Pablo Iglesias es el secretario general de Podemos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.