?Qu¨¦ patria?
Unidos Podemos en alg¨²n momento habr¨¢ de salir de la ambig¨¹edad y contar qu¨¦ quiere hacer con el Estado
A los dirigentes de Unidos Podemos no se les cae la patria de la boca. La suya es, anuncian, una campa?a patri¨®tica. Pero, ?qu¨¦ quieren decir cuando dicen patria? La palabra tiene una larga historia y ha servido a proyectos pol¨ªticos muy distintos. Hay en ella una prosapia ilustrada y liberal, la de los patriotas dieciochescos y la de aquel diputado que, al promulgar la Constituci¨®n de C¨¢diz, exclam¨®: "Espa?oles: ya ten¨¦is patria". Una naci¨®n de ciudadanos libres, eco de la patrie de La Marsellesa. Pero tambi¨¦n posee un sesgo reaccionario, el del lema carlista?Dios, Patria, Rey, y resonancias rom¨¢nticas: es la tierra de nuestros antepasados, la identidad ¨¦tnica, la Fatherland. O la Espa?a de Jos¨¦ Antonio, que ped¨ªa "la patria, el pan y la justicia". Y se trata, asimismo, de esa entidad que sacralizaron los militares, la del Todo por la Patria de los cuarteles, cuya salvaci¨®n legitimaba las dictaduras del siglo pasado.
Entre los audaces podemitas han desaparecido de golpe las prevenciones de la izquierda respecto al nacionalismo espa?ol, viciado por el r¨¦gimen franquista. A juzgar por sus discursos recientes, han recuperado su versi¨®n dem¨®fila, esa que idolatraba al pueblo que se levantaba contra Napole¨®n o proclamaba la Rep¨²blica en la Puerta del Sol. Aunque prefieran la patria sentimental a la naci¨®n pol¨ªtica. Pero tambi¨¦n resulta inevitable pensar, al aludir a personas tan viajadas, en sus influencias exteriores, en ese ?Patria o Muerte! cubano o en el bolivarianismo que cunde en Am¨¦rica del Sur, donde el n¨²cleo irradiador se breg¨® y obtuvo grandes premios. Que hayan fichado a un general, que rechacen las bases por extranjeras o que denuncien a los vendepatrias arrodillados ante Bruselas revela un estilo di¨¢fano. No faltan ejemplos, de La Habana a Pek¨ªn, de partidos que difuminaron la lucha de clases para abrazarse a la bandera nacional.
De paso, interpelan a aquellos, m¨¢s de los que suele creerse, que se sienten espa?oles corrientes. Hay, en sus f¨®rmulas m¨¢s sutiles, un fondo voluntarista. Pero no acaban de clarificar en qu¨¦ patria piensan, m¨¢s all¨¢ de vaguedades sobre un "pa¨ªs de pa¨ªses" o del retorcido concepto de patria plurinacional con m¨²ltiples derechos a decidir. Con afirmar que la soberan¨ªa reside en la gente ya lo tienen resuelto. Pero en alg¨²n momento habr¨¢n de salir de la ambig¨¹edad, dejar atr¨¢s las sonrisas de patrias y pueblos y contarnos de una vez qu¨¦ quieren hacer con el Estado.
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