Antonio de la Torre: ¡°Pedro S¨¢nchez es un James Bond de pocos recursos¡±

¡°?Qu¨¦? ?Qu¨¦ de qu¨¦? ?Qu¨¦ de qu¨¦ de qu¨¦?¡±. Antonio de la Torre (M¨¢laga, 1968) va subiendo el tono seg¨²n va a?adiendo qu¨¦s a su pregunta ret¨®rica y su cuerpo y su rostro y sus ojos clavados en el pr¨®jimo se van volviendo de granito en un crescendo de violencia contenida que acojona a los muertos. Est¨¢ bromeando, claro. Demostrando ante la visita su t¨¦cnica ¡°yo, afectado¡± para cabrearse de cero a cien en diez segundos cuando el guion lo exige. Sin embargo, solo con ver semejante exhibici¨®n de fuerza interpretativa, queda claro que, con el Antonio actor, bromitas, las justas. De la Torre borda los papeles de malo, mal¨ªsimo. Pero tambi¨¦n los de pobre diablo herido. Lo mismo engorda 20 kilos que adelgaza 30, que te da un miedo que te acongoja que te lo quieres llevar a casa. Su Goya por Azuloscurocasinegro, de Daniel S¨¢nchez-Ar¨¦valo, y sus ocho nominaciones posteriores le acreditan como uno de los actores m¨¢s dotados de su generaci¨®n. Y de los menos conocidos en la calle. ¡°Usted es alguien¡±, le espeta una paseante durante la entrevista, realizada en el madrile?o y popular¨ªsimo barrio de Carabanchel. ¡°S¨ª, se?ora¡±, contesta ¨¦l, regocijado, ¡°alguien soy, hasta que se demuestre lo contrario¡±.

Ya se ha visto de qu¨¦ autom¨¢tica forma se motiva Antonio el actor para indignarse. El ciudadano De la Torre se confiesa sin embargo ¨ªntimamente afectado y concernido por la situaci¨®n pol¨ªtica. Tuitero y consumidor compulsivo y cr¨ªtico de informaci¨®n de todo signo, este periodista de formaci¨®n y c¨®mico de vocaci¨®n tiene estos d¨ªas como tuit fijo en su cuenta de Twitter, con 94.000 seguidores, el siguiente mensaje: ¡°Porque hay una mayor¨ªa de personas que quieren entenderse #votael26J¡±.

¡°Es una segunda oportunidad, y seguramente no habr¨¢ una tercera, as¨ª que, aunque todas lo son, estas elecciones son particularmente decisivas¡±, sostiene. ?l tiene clara su papeleta. ¡°Voy a votar a Unidos Podemos porque un tercio del pa¨ªs vive en situaci¨®n de pobreza, porque no deseo el desmantelamiento del Estado de bienestar, porque la revoluci¨®n en la que, como adultos, nos hagamos cargo de nuestro propio destino a¨²n no ha llegado y esta es la hora¡±, arguye este reportero de coraz¨®n y de tripas que confiesa sufrir ¡°un mono terrible¡± del oficio en ¡°estos tiempos apasionantes que demandan m¨¢s que nunca periodismo del de verdad, y no del de entretenimiento que tanto prima ahora¡±.

De la Torre repasa el guion de Abracadabra, la pel¨ªcula de Pablo Berger que protagoniza junto a Maribel Verd¨², en su leonera de rodaje. Una autocaravana como de la serie Cu¨¦ntame que atestigua que ¡°ni siquiera en cine, esto es Hollywood¡±, ironiza. Y, ya puesto, pasa a caracterizar a los candidatos como si fueran actores de una pel¨ªcula cl¨¢sica. Este es su reparto: ¡°Rajoy ser¨ªa el Hombre Invisible que huye de los problemas. Pedro S¨¢nchez, un James Bond con pocos recursos. Rivera, la M¨¢scara, porque se pone la que le conviene. E Iglesias, un h¨¦roe que recogi¨® los sue?os de muchos y al que, ahora, superado por el reto y cierta soberbia, le falta humildad¡±. ¡°Todos tienen su qu¨¦¡±, concluye, ¡°pero no necesitamos un gran l¨ªder. La revoluci¨®n pendiente es la de los ideales y los valores, y esa la haremos entre todos¡±.