C. Tangana: ¡°Es feo ser pol¨ªtico y querer manejar lo que es de todos¡±
¡°Es la gente la que tiene que decidir qu¨¦ quiere hacer en cada momento, y hacerlo¡±
Nada en el aspecto ni la actitud de Ant¨®n ?lvarez, este chico con cara de bastante m¨¢s ni?o que sus 25 a?os cumplidos, es casual ni gratuito. Ni su nombre de guerra, C. Tangana (¡°alboroto, esc¨¢ndalo¡±, seg¨²n la RAE). Ni el del colectivo con el que act¨²a, Agorazein (verbo griego derivado de ¡°'¨¢gora¡±, algo as¨ª como ¡°hacer plaza¡±). Ni su est¨¦tica pulida pero canalla. Ni su pose de tipo duro pero no tanto. ?l mismo lo reconoce, y lo explica: ¡°Quiero controlar todo lo que tenga que ver con mi imagen, que nadie me manipule. Que se reconozca en m¨ª m¨¢s que a una persona, al personaje que deseo representar en p¨²blico¡±.
Aparte de alguien muy seguro de s¨ª mismo, ?lvarez, perd¨®n, C. Tangana, parece ser, seg¨²n quienes saben, la estrella emergente m¨¢s fulgurante de la m¨²sica urbana espa?ola. Lo de rapero tampoco le define exactamente. El caso es que compone e interpreta, m¨¢s que canta, elaboradas letras vivenciales ¡ª¡°en el fondo, soy un escritor de tangos y boleros¡±, sostiene¡ª que hablan de amor, de sexo, de amistades y rivalidades, de la calle, de la casa, de la cama, de la vida. Y que lo que dice y lo que hace conecta con los gustos y las inquietudes de la generaci¨®n nacida a caballo entre los dos ¨²ltimos milenios.
Como muchos de ellos, Tangana estudi¨® una carrera, Filosof¨ªa, para luego encadenar trabajos precarios en restaurantes de de comida r¨¢pida y centros de consulta telef¨®nica. Hasta que, hace unos meses se lanz¨® a intentar vivir solo de la m¨²sica.
?lvarez convoca en su piso alquilado del barrio de Quintana, en Madrid, donde conviven jubilados que mantienen a hijos y nietos, con trabajadores inmigrantes, con j¨®venes como ¨¦l que se emancipan como pueden. El domingo, si Tangana sale de casa, no ser¨¢ para depositar su papeleta en ninguna urna. No voto porque no creo en la democracia representativa¡±, arguye, ¡°la organizaci¨®n social y pol¨ªtica no deber¨ªa permitir que nadie representara a nadie. El individuo es lo m¨¢s importante. La gente es la que tiene que asociarse, decidir qu¨¦ quiere hacer en cada momento, y hacerlo¡±. Siguiendo esa linea argumental, el fil¨®sofo Tangana ve ¡°rid¨ªculos a todos los pol¨ªticos¡±. ¡°Es feo querer gestionar lo que no es tuyo y manejar lo que es de todos¡±, sentencia.
No discrepa tanto, sin embargo, de quienes ven la est¨¦tica y dial¨¦ctica pol¨ªtica parecida a los piques de gallos que mantienen los raperos entre ellos en el escenario. ¡°La forma de comunicar de la pol¨ªtica espa?ola ha mejorado gracias a Podemos, que ha hecho algo distinto¡±, opina, ¡°pero, al mismo tiempo, me da asco. Intentar convencer a la gente de que te vote sin decirle lo que vas a hacer, sino mediante estrategias est¨¦ticas, es maquiav¨¦lico. Me repele y a la vez me gusta¡±.
Lo dice alguien que, deplorando el sistema, utiliza sus armas sin complejos cuando lo estima oportuno. As¨ª, al radical Tangana y a Agorazein, los patrocina Lacoste, la firma del cocodrilo que representaba hasta hace nada el paradigma de lo pijo, sin que el interesado observe ninguna contradicci¨®n en los t¨¦rminos. Ning¨²n problema. ¡°Mucha gente de mi generaci¨®n est¨¢ empezando a hacer las cosas por su cuenta y no necesita ir a las instituciones para cambiar las cosa. La acci¨®n directa es la que vale¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.