?Gibraltar espa?ol!

Impresionaba mucho o estremec¨ªa la euforia con que el ministro Garc¨ªa Margallo ha planteado esta ma?ana la recuperaci¨®n de Gibraltar. Abstray¨¦ndose del trauma que ha supuesto el Brexit, nuestro jefe de la diplomacia se entreten¨ªa en la oportunidad o en el oportunismo de los pormenores dom¨¦sticos. Hemos sufrido un terremoto, de acuerdo, pero existen posibilidades de que a¨²n pueda tocarnos la pedrea.

"La bandera espa?ola est¨¢ mucho m¨¢s cerca de ondear en Gibraltar", proclamaba Margallo en el programa de Carlos Alsina. Y se recreaba en su venganza personal a Fabian Picardo, ministro principal del Pe?¨®n. Que le hab¨ªa invitado la v¨ªspera a meterse por donde le cupiera el palo de la bandera roja y gualda.

Y Margallo ha decidido desquitarse. Se entiende que deb¨ªa predominar la frialdad, la cabeza fr¨ªa, el escr¨²pulo, en una situaci¨®n tan hist¨®rica e hist¨¦rica, pero el ministro de Exteriores no ha podido reprimir la euforia patri¨®tica. Y m¨¢s por razones personales que por emergencias geopol¨ªticas. Nada m¨¢s levantarse del estudio de Onda Cero, participaba a su s¨¦quito la satisfacci¨®n que le proporcionaba empalar a Picardo, degenerando la diplomacia y la crisis comunitaria un ejercicio de frivolidad: una pelea de gallos crepusculares, una parodia, un tragic¨®mico despecho visceral.

Gibraltar espa?ol. Es la conclusi¨®n a la que ha llegado nuestra pol¨ªtica exterior en el trauma del 24-J. Que nunca ha sido pol¨ªtica ni ha sido exterior. Y Margallo se ha puesto esta ma?ana la corbata con los colores de la bandera espa?ola. No es una met¨¢fora.

Es el atuendo con que el ministro se present¨® en la emisora para reivindicar la titularidad del Pe?¨®n. Y para aprovechar obscenamente los ¨²ltimos resquicios o segundos de la campa?a. Le falt¨® decir, d¨¦mosle tiempo, que el Gobierno popular nos devolver¨¢ Gibraltar. Y que el eventual estatus de cosoberan¨ªa predispone a un proceso irreversible. Margallo aspira a arriar la bandera de Albi¨®n.

Y tiene sus planes delante de la mesa. De hecho, nos explicaba pedag¨®gicamente en la emisora que la salida de Reino Unido de la UE convierte Gibraltar en un caso bilateral de Londres y de Madrid. Nada tiene que ver Bruselas ya en las eventuales conversaciones. Estamos de enhorabuena. Europa se destruye, pero Espa?a se une. Y Margallo incorpora el imaginario patri¨®tico el ap¨¦ndice de Gibraltar.