Todos los partidos coinciden en pedir ¡°m¨¢s Europa¡± pero discrepan en cu¨¢l
Las cuatro principales fuerzas pol¨ªticas piden responder al ¡®Brexit¡¯ con mayor integraci¨®n europea
Nunca un debate sobre pol¨ªtica exterior hab¨ªa resultado tan oportuno. Y nunca el futuro de Europa, ausente habitual de los actos electorales, se hab¨ªa convertido en protagonista de la ¨²ltima jornada de campa?a.
Pero el inesperado triunfo del Brexit, que desde primera hora de la ma?ana bati¨® como un tsunami las bolsas de todo el mundo, convirti¨® el debate organizado este viernes por EL PA?S en una ocasi¨®n ¨²nica para conocer de primera mano c¨®mo abordar¨¢n las fuerzas pol¨ªticas con posibilidades de formar Gobierno tras las elecciones del domingo la crisis m¨¢s grave a la que se enfrenta el proyecto europeo en sus 65 a?os de existencia.
Margallo (PP): "La integraci¨®n europea no se para, se acelera"
Borrell (PSOE):? "Europa es la gran utop¨ªa realista de nuestro tiempo"
Bustinduy (Podemos): "Nunca se ha planetado la salida del euro"
Maura (Ciudadanos): "Londres no debe tener un pacto a la carta"
Moder¨® el periodista Carlos de Vega y debatieron, durante m¨¢s de una hora, los representantes de los cuatro grandes partidos: Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo (PP), ministro de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n en funciones; Josep Borrell (PSOE), expresidente del Parlamento Europeo; Fernando Maura, portavoz de Ciudadanos en la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Congreso; y Pablo Bustinduy (Unidos Podemos), coordinador de Relaciones Internacionales del Consejo Ciudadano de Podemos. Todos mostraron su respeto por la decisi¨®n democr¨¢tica del pueblo brit¨¢nico, aun lament¨¢ndola y opinando, como Maura, que ¡°se ha equivocado¡±.
La conclusi¨®n m¨¢s clara del debate fue que en Espa?a no hay lugar para los euroesc¨¦pticos. Ni entre los partidos tradicionales (PSOE y PP), ni entre los emergidos en los ¨²ltimos tiempos (Ciudadanos y Podemos). ¡°Es la hora de los europe¨ªstas¡±, proclam¨® Borrell. Y nadie se sinti¨® excluido, pues los cuatro apostaron por responder a la fuga del Reino Unido con un ¡°salto adelante¡± en la construcci¨®n europea.
Margallo defendi¨® la necesidad de que los 27 socios restantes del club comunitario se conjuren en la cumbre del pr¨®ximo martes en Bruselas contra el riesgo de deconstrucci¨®n de Europa (la tentaci¨®n de renacionalizar pol¨ªticas o cruzar la puerta de salida abierta por Londres), con un mensaje poderoso ¡°hacia dentro y hacia fuera: el proceso [de integraci¨®n europea] no se para, se acelera¡±.
Para el jefe de la diplomacia, la respuesta al Brexit pasa por subsanar las deficiencias institucionales que aquejan a la UE, que adopt¨® una moneda ¨²nica sin contar con una uni¨®n bancaria ni un gobierno econ¨®mico, ¡°lo que ha provocado que los sucesivos mecanismos para rescatar a Grecia no funcionen¡±. La soluci¨®n, agreg¨®, pasa por avanzar hacia un presupuesto federal y la mutualizaci¨®n de la deuda, germen de los futuros Estados Unidos de Europa.
Maura advirti¨® de que el nacimiento del euro fue como ¡°empezar la casa por el tajado¡± y propuso ¡°aprovechar la oportunidad¡± para reconstruir el edificio europeo sobre bases m¨¢s firmes.
La coincidencia en la apuesta europe¨ªsta no ocult¨® las diferencias de fondo sobre el proyecto. ¡°No basta con pedir m¨¢s Europa, hay que decir qu¨¦ clase de Europa se quiere¡±, advirti¨® Borrell. Y ello requiere no errar en el diagn¨®stico de la dolencia que aqueja a Europa ni equivocarse de nuevo en la terapia, como sucedi¨® con la crisis de 2008.
Para Bustinduy no hay ninguna duda: las pol¨ªticas de austeridad a toda costa y los recortes sociales son los culpables del divorcio de los ciudadanos europeos con sus instituciones, del que constituye un ¡°serio toque de atenci¨®n¡± el resultado del refer¨¦ndum brit¨¢nico. ¡°Si siguen desmantelando [el Estado del bienestar] la cola de gente queriendo salir de la UE ir¨¢ en aumento¡±, advirti¨®.
Margallo sali¨® al paso de este argumento alegando que no ha sido la econom¨ªa lo decisivo en el Brexit ¡ªla situaci¨®n en Reino Unido es comparativamente mejor que en la zona euro¡ª, sino la percepci¨®n, aunque injusta, de parte de la sociedad brit¨¢nica de que ha perdido el control de la inmigraci¨®n y ha cedido demasiada soberan¨ªa a Bruselas.
Borrell terci¨®: ¡°Si queremos que la UE se encargue de derechos sociales, d¨¦mosle competencias para ello¡±. Y propuso una bater¨ªa de medidas, incluida la creaci¨®n de un subsidio europeo de desempleo.
Todos trasladaron un mensaje de tranquilidad a los m¨¢s de 200.000 espa?oles que viven en el Reino Unido y cuyos derechos se mantendr¨¢n, al menos durante los dos a?os que puede durar la negociaci¨®n del divorcio entre la UE y Londres. Margallo aventur¨® que, pasadas las turbulencias iniciales, no deber¨ªan sufrir las inversiones espa?olas en Reino Unido (que acumulan 60.000 millones de euros) o las exportaciones (18.000 millones anuales), aunque ello depender¨¢ del futuro marco de relaciones entre la UE y su hasta ahora socio, a trav¨¦s de un acuerdo que, advirti¨® Maura, en ning¨²n caso puede ser ¡°a la carta¡±.
A 48 horas de la cita con las urnas, los candidatos no desaprovecharon la oportunidad para subrayar su perfil propio buscando el cuerpo a cuerpo con el contrincante. Margallo se enfrent¨® a Bustinduy ¡ªpara subrayar la polarizaci¨®n entre PP y Podemos¡ª mientras que Borrell marc¨® diferencias con ambos, aunque por edad y formaci¨®n estuviera m¨¢s pr¨®ximo al ministro. Maura se mantuvo m¨¢s ajeno al rifirrafe, aunque tambi¨¦n recibi¨®, y propin¨®, alguna colleja dial¨¦ctica.
Borrell record¨® a Bustinduy que su partido ha votado en el Parlamento Europeo a favor de abrir la v¨ªa para salir del euro, a lo que este le replic¨® que ¡°nunca, jam¨¢s¡± Podemos ha planteado esa posibilidad, que s¨ª defiende su socio Izquierda Unida.
Margallo emplaz¨® sin ¨¦xito a Borrell y Bustinduy a contestar si, en caso de llegar a gobernar, denunciar¨ªan el acuerdo sobre inmigraci¨®n entre la UE y Turqu¨ªa, que previamente hab¨ªan denostado; tras recordar que cont¨® con el apoyo de los Gobiernos socialistas europeos y del izquierdista griego de Syriza.
Maura y Borrell acusaron al PP de dejar un d¨¦ficit de 10.000 millones de euros y una amenaza de multa que har¨¢ muy dif¨ªcil la negociaci¨®n del pr¨®ximo Gobierno con Bruselas y este se defendi¨® elevando hasta los 190.000 millones la factura que dej¨® pendiente Zapatero.
El pol¨ªtico socialista critic¨® la pol¨ªtica de ¡°piloto autom¨¢tico¡± aplicada por la canciller alemana, Angela Merkel, para imponer el ajuste a los pa¨ªses del sur de Europa, pero record¨® a Bustinduy que su partido ha votado contra el Plan Juncker, el ¨²nico intento hasta ahora, aunque t¨ªmido, de estimular la expansi¨®n de la econom¨ªa.
Margallo, por su parte, reproch¨® al portavoz de Podemos que su programa econ¨®mico sea una ¡°carta a los Reyes Magos¡±, que propone aumentar el gasto p¨²blico sin explicar c¨®mo piensa financiarlo, mientras que Bustinduy le replic¨® con los 95.000 millones que el Gobierno del PP ha destinado ¡°a reflotar a los bancos y no a las familias¡±.
Palabras y actos
Y todos los dem¨¢s reprocharon a Margallo que su discurso europe¨ªsta se d¨¦ de bruces con la gesti¨®n de Rajoy en los ¨²ltimos cuatro a?os. ¡°Si tan cr¨ªtico es con el modelo de construcci¨®n europea ?por qu¨¦ no ha hecho nada?¡±, le espet¨® Bustinduy. ¡°Aqu¨ª estamos juzgando a su Gobierno, se?or Margallo. ?D¨®nde estaba usted cuando se han tomado las decisiones?¡±, remach¨® Borrell.
Todos criticaron la respuesta de la UE ante la crisis migratoria con palabras m¨¢s o menos gruesas ¡ªparafraseando al Papa, Bustinduy dijo sentir ¡°verg¨¹enza¡±¡ª, pero no hubo ideas novedosas. Borrell emplaz¨® a Margallo a que el Gobierno ¡°cumpla sus compromisos¡± de acogida de refugiados y este subray¨® la buena nota de Espa?a, en comparaci¨®n con otros socios europeos.
En un debate en el que hasta Bustinduy tuvo que reconocer que le resultaba dif¨ªcil discrepar de los an¨¢lisis del ministro del PP, los cuatro candidatos no compitieron en propuestas originales, sino en credibilidad: qui¨¦n est¨¢ capacitado para conducir la pol¨ªtica exterior en los tiempos turbulentos que se avecinan. Porque, aun sin el Reino Unido y sumida en una profunda crisis de identidad, ¡°Europa sigue siendo la gran utop¨ªa realista de nuestro tiempo¡±, en palabras de Borrell.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.