Votar, otra vez
Es necesario un nuevo Gobierno que se enfrente a problemas que afectan a la arquitectura del Estado
Esta es la decimotercera vez que desde 1977 somos convocados a las urnas en elecciones generales. Y sin ceder ni un ¨¢pice a la nostalgia, habr¨¢ que convenir en que si entonces fuimos a votar con el ¨¢nimo de quien emprende el camino a la democracia, hoy sentimos la fatiga de quienes se han visto obligados a repetir voto tras una interminable campa?a electoral que ha sacado a la superficie toda la miseria de la pol¨ªtica. Miseria porque nada ha faltado de lo que reduce la pol¨ªtica al sucio juego de ara?ar desde los extremos unos cuantos votos al adversario, y porque convierte a los pol¨ªticos en actores que interpretan un guion tan lleno de trucos como vac¨ªo de pensamiento.
Ser¨ªa imperdonable que tuvi¨¦ramos que acudir a las urnas, otra vez
Sin embargo, y a pesar de todos los pesares, de los que nos han infligido desde dentro, con esas abominables filtraciones como traca final, y de los que nos han deparado ingleses y galeses desde fuera, hay que salir a votar, aunque no fuera m¨¢s que por contener este resurgir de populismos patrioteros que amenaza con llevarse por delante no solo a la Uni¨®n Europea, sino a la misma democracia. Y aunque tambi¨¦n los aut¨®cratas populistas suelen llegar al poder por elecci¨®n, lo cierto es que sin elecciones no hay democracia, por lo mismo que tampoco la hay sin Estado.
Hoy se trata, precisamente, de dotar al Estado de un Parlamento del que pueda salir un Gobierno que habr¨¢ de enfrentarse a problemas que afectan a la arquitectura del mismo Estado, a su constituci¨®n, pero tambi¨¦n al equilibrio y a la salud de sus instituciones; un Gobierno que tendr¨¢ que acometer pol¨ªticas para la recuperaci¨®n, reforma y calidad de nuestros bienes p¨²blicos, detener la rampante desigualdad y garantizar un m¨ªnimo de bienestar a sus ciudadanos; problemas, en fin, que exigir¨¢n capacidad de negociaci¨®n y de amplios acuerdos entre partidos pol¨ªticos de ¨¢mbito estatal, capaces de acopiar las mayor¨ªas necesarias para las reformas pendientes.
Nada de lo hecho o dicho por los dirigentes de los partidos en liza se ha situado en esta direcci¨®n. Ser¨ªa imperdonable que ma?ana se empecinaran en lo mismo y tuvi¨¦ramos que acudir a las urnas, otra vez, obligados por la impotencia, la incapacidad y los intereses bastardos de nuestros pol¨ªticos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.