Casi un siglo cotizado a la Seguridad Social
El empresario gallego Ramiro Carregal, de 89 a?os y due?o de la conservera Frinsa, suma 87 a?os contribuidos
¡°La gente me para por la calle y me pregunta: ?c¨®mo puedes haber cotizado 87 a?os a la Seguridad Social si tienes 89?¡±. Ramiro Carregal Rey, due?o y presidente de la potente conservera gallega Frinsa del Noroeste SA (su facturaci¨®n supera los 400 millones de euros), revela gustoso el misterio de su dilatada aportaci¨®n al sistema p¨²blico de pensiones: durante 18 a?os cotiz¨® por dos empresas. Carregal, que sigue contribuyendo, reivindica para s¨ª el t¨ªtulo del espa?ol con m¨¢s a?os cotizados, por encima del gaditano Francisco Parra que a sus 86 lleva pagando ¡°solo¡± 71.
El empresario gallego se inici¨® en la actividad laboral con 17 a?os cuando llevaba la contabilidad de la empresa de carb¨®n y sal y materiales de construcci¨®n Su¨¢rez y C¨ªa, SL. A los 23, accedi¨® a Metal¨²rgica del Noroeste, dedicada a la explotaci¨®n de esta?o y wolframio, una empresa puntera del sector que dirig¨ªa el marqu¨¦s de Revilla, amigo de su padrino, el marqu¨¦s de Vilagarc¨ªa. Tras formarlo durante un a?o, la sociedad lo envi¨® a diversos pa¨ªses del mundo. Ten¨ªa que permanecer cuatro a?os en cada uno de ellos asentando la empresa con el ¨²nico compromiso de cumplir objetivos ¡°y no echar novia, que eso son ra¨ªces y era incompatible¡±, comenta entre risas.
Con la misi¨®n cumplida, la empresa lo trajo de vuelta a Espa?a como especialista en creaci¨®n de sociedades. Algunos de los directivos de la metal¨²rgica le encomendaron entonces que montara en Ribeira (A Coru?a), a escasos kil¨®metros de su municipio natal de Vilagarc¨ªa de Arousa, una planta de fr¨ªo industrial, Frigor¨ªficos del Noroeste SA, Frinsa, que acabar¨ªa convirti¨¦ndose en una pieza de la cadena de producci¨®n de la conserva. Hasta que se hizo con todas las acciones, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, Carregal mantuvo los dos empleos. Y cotiz¨® por ambos.
Con agilidad demostrada para los negocios, decidi¨® dedicarse a la congelaci¨®n de at¨²n. Y con su experiencia en la creaci¨®n de sociedades, abri¨® sedes en distintas capitales europeas y en Singapur ¡°para no tener que ir distribuyendo por todas las islas del Pac¨ªfico¡±. La f¨¢brica acab¨® reconvertida en conservera hacia mediados de los noventa y pas¨® a ser la principal distribuidora de productos de marca blanca de las grandes superficies comerciales para las que, seg¨²n datos de 2013, procesa 400.000 kilos de at¨²n y cuatro millones de latas a diario.
Convencido de que su buen estado de salud se debe ¡°al deporte que hice de ni?o¡± ¡ªcontin¨²a ahora practicando en el gimnasio y la piscina de su domicilio¡ª y a su actividad laboral, Carregal sigue acudiendo diariamente al trabajo y cotizando por los ingresos que este le reporta. Su evidente buen estado mental es parejo al de su f¨ªsico. Seg¨²n ¨¦l mismo revela, los dermat¨®logos est¨¢n sorprendidos con la conservaci¨®n de su piel. ¡°Se regenera en lugar de avejentarse¡±, asegura.
Un plusmarquista
En realidad, el empresario gallego se siente un plusmarquista. Y no solo en lo que ata?e a la longevidad de sus cotizaciones a la Seguridad Social que intent¨® registrar, sin ¨¦xito, en el libro Guinness de los r¨¦cords. ¡°Me dijeron que considerara que ten¨ªa el r¨¦cord, pero que no pod¨ªan inscribirme porque no tienen esa secci¨®n¡±, explica para reivindicar a continuaci¨®n su inalcanzable participaci¨®n en 54 asociaciones sociales que patrocina (siguiendo la estela de su mujer, fallecida) y las 44 distinciones que ha recibido hasta el momento. Entre el casi medio centenar de galardones que posee figuran los de hijo adoptivo de Ribeira, hijo predilecto de Vilagarc¨ªa, la Medalla de Plata de Galicia y la de Oro al M¨¦rito en el Trabajo.
¡°Soy consciente de que no cobrar¨¦ jam¨¢s la jubilaci¨®n¡±, sostiene este lunes de julio, de camino a la empresa familiar ubicada en una avenida que lleva su nombre en el pol¨ªgono industrial ribeirense de Xar¨¢s. ¡°El caso es que no puedo dejar de ir a trabajar¡±, reconoce su debilidad el empresario recordando que de joven le inculcaron que ¡°todos somos pobres si no trabajamos¡±. ?l no ha parado.
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