El caso de la monta?a rusa ¡®robada¡¯ que acab¨® en Nueva York
Un c¨²mulo de errores judiciales torci¨® la vida de los hermanos Fraguas hace 13 a?os, una estirpe de feriantes hoy en la ruina. Iniciamos con este caso la serie 'La Justicia imperfecta', que narrar¨¢ casos de fallos flagrantes cuyos protagonistas han debido ser indemnizados.
Fue la atracci¨®n estrella de la semana grande de Bilbao. La Cyberspace, una mole de 450 toneladas de hierros, era una de las mejores monta?as rusas de Europa. Llevaba dos a?os de feria en feria, de ciudad en ciudad. Once tr¨¢ilers se necesitaban para trasladarla. Una estructura n¨®mada, como sus due?os, los hermanos Fraguas, una estirpe de feriantes acostumbrados desde ni?os al sacrificio, a no tener un techo fijo, granice o abrase el sol, y a la dura rutina de montar y desmontar cada pocos d¨ªas ra¨ªles y tornillos que dan v¨¦rtigo. Aun as¨ª, los Fraguas viv¨ªan bien. Ganaban dinero.?
Monta?as rusas m¨®viles, en 2003, solo ellos y otra familia pod¨ªan pasear una por las ferias de Espa?a. Pero un c¨²mulo de desaciertos judiciales torci¨® sus vidas ese a?o. Solo conservan un tiovivo infantil, que funciona estos d¨ªas en la zona de Levante. Han tenido que vender o hipotecar casi todo lo que les quedaba. Trabajan donde pueden. Nada que ver con anta?o, cuando un d¨ªa bueno feriado la taquilla de la monta?a rusa pod¨ªa brincar los 24.000 euros. Las cosas han cambiado mucho.
Despu¨¦s de 13 a?os de pleitos (y los que restan, pues quedan a¨²n varios pendientes), el Consejo del Poder Judicial? (el ¨®rgano que rige a los 5.000 jueces espa?oles) ha emitido un informe en el que censura la actuaci¨®n judicial en lo ocurrido con esta monta?a rusa. Critica "el proceder" del juzgado y entiende que se ha producido un "funcionamiento anormal de la Administraci¨®n de Justicia" que debe ser indemnizado.
¡°Tuve que vender mi casa por 1,5 millones? y ahora estamos en la ruina¡±, destaca Pedro Jes¨²s Fraguas
Justo el primer d¨ªa de las fiestas de agosto de Bilbao, cuatro coches policiales de la Ertzaintza se presentaron en el recinto ferial. Metralletas en mano, y tra¨ªan una orden judicial para que desde ese momento los Fraguas no tocasen la atracci¨®n, quedaba precintada. Junto a los agentes, un grupo de operarios enviados por la firma cobro deudas MSH Mobilien comenz¨® a desmontarla a toda prisa.
El Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 7 de Bilbao hab¨ªa acordado, como medida cautelar, desmantelar Cyberspace y llevarla a un descampado vallado de Barakaldo (y all¨ª deb¨ªa estar hasta que hubiese una sentencia que resolviera las diferencias econ¨®micas entre el fabricante alem¨¢n de la atracci¨®n y los Fraguas). El juzgado la precint¨® sin ni siquiera escuchar antes la versi¨®n de la familia. ¡°Jam¨¢s me he sentido m¨¢s impotente¡±, evoca Pedro Jes¨²s, el mayor de los hermanos. Decenas de clientes se acercaban a la taquilla y se daban la vuelta al ver a las metralletas,? recuerda.
La Cyberspace costaba entonces ¡°m¨¢s de dos millones de euros, y hoy su precio ronda los 15¡±, cuenta Pedro Jes¨²s. ¡°Cuando lleg¨® la Ertzaintza, ten¨ªamos abonado m¨¢s de la mitad de lo acordado con el fabricante con un contrato de leasing mensual, pero el juzgado nos la quit¨® y la puso en manos, en calidad de depositario, de un holand¨¦s propuesto por MSH que ni viv¨ªa en Espa?a¡±, se lamenta.
Al instarlarse en las fiestas de Bilbao procedentes de las de Santander nunca pensaron que MSH iba a repetir la jugada de Palma de Mallorca y Pamplona. En Palma, una madrugada les robaron el coraz¨®n de la atracci¨®n, un cuadro el¨¦ctrico desde el que se controla todo. Hubo dos detenidos, y finalmente la polic¨ªa hall¨® el cuadro. "Eran enviados de MSH, que actuaba en connivencia con el fabricante", detalla Pedro Jes¨²s. La empresa aprovech¨® entonces para pedir a un juzgado mallorqu¨ªn la medida cautelar de desmontar y llevarse la atracci¨®n. El juez convoc¨® a las partes y rechaz¨® de plano la petici¨®n.
Un d¨ªa bueno feriado la taquilla de la monta?a rusa pod¨ªa alcanzar los 24.000 euros.? Los Fraguas ahora solo tienen un tiovivo
De nada sirvieron los lamentos ante el juzgado de Bilbao. Los Fraguas se hartaron de enviar escritos a la juez, Eugenia Viguri, advirti¨¦ndole del error e inst¨¢ndole a levantar la medida cautelar. Y hac¨ªan visitas al descampado de Barakaldo para comprobar que segu¨ªa all¨ª. Tem¨ªan que desapareciera. Tambi¨¦n otearon al holand¨¦s en Mallorca tras ellos.
Tal como se tem¨ªan los Fraguas (lo hab¨ªan advertido a la juez en escritos, insisti¨¦ndole en que deb¨ªa apartar al holand¨¦s porque no era de fiar), un d¨ªa acudieron al descampado y all¨ª no hab¨ªa nada. Luego supieron que una tarde noche, el holand¨¦s y otras personas metieron los contenedores con las piezas de la atracci¨®n en dos barcos, en el Puerto de Santurce, y, sin permiso de la juez ni de nadie, se la llevaron. ¡°Y con ellas, ocho tr¨¢ilers, que eran nuestros de siempre¡±, narra a EL PA?S Pedro Jes¨²s.
-Si no hab¨ªa ning¨²n litigio con los tr¨¢ilers, ?por qu¨¦ se los llevaron?
-El juzgado dijo que hac¨ªan falta para trasladar la atracci¨®n una vez desmantelada.
El 5 de noviembre de 2003, tres meses despu¨¦s de acordar el precinto, el juzgado de Bilbao revoc¨® por fin su propia medida cautelar. Pero cuando lo hizo, no quedaba rastro de la atracci¨®n ni de los tr¨¢ilers. Busc¨® al holand¨¦s y tampoco estaba. Cuando meses despu¨¦s le localiz¨® en su pa¨ªs, el holand¨¦s se hizo el sueco: dijo que no "recordaba bien lo ocurrido con la monta?a rusa, ya que en esas fechas no ten¨ªa la cabeza muy bien...", destacan fuentes conocedoras del sumario.
Con ayuda de otros feriantes europeos, los hermanos Fraguas supieron que los barcos hab¨ªan recalado en R¨®terdam y en el embarcadero de un peque?o pueblo holand¨¦s. Y que, desde all¨ª, la monta?a rusa hab¨ªa partido hacia Estados Unidos.
La Secci¨®n Cuarta de la Audiencia de Bilbao recrimin¨® la actuaci¨®n del juzgado, por no evitar la salida de la monta?a rusa, ignorar su paradero y haber obviado los avisos de los Fraguas de que la atracci¨®n, como as¨ª sucedi¨®, pod¨ªa desaparecer. Recuerda Pedro Jes¨²s con rabia los desprecios que recib¨ªa en el juzgado cuando, con sus abogados, iba a comunicar que el holand¨¦s era un testaferro del fabricante y que la atracci¨®n corr¨ªa serio riesgo de evaporarse. Y tambi¨¦n para reiterarle que el holand¨¦s solo hab¨ªa depositado 10.000 de los 30.000 euros de fianza que le impuso el propio juzgado como garante de la atracci¨®n.
El juzgado abri¨® diligencias por un delito de robo, pero ya era demasiado tarde. Escondidos entre contenedores en el puerto holand¨¦s de Sneeck, los Fraguas hallaron los tr¨¢ilers meses despu¨¦s. Y en Holanda siguen. Pero de lo realmente valioso, apenas hab¨ªa pistas.
Pedro Jes¨²s conoc¨ªa la Cyberspace como la palma de su mano. ?l ayud¨® a los ingenieros alemanes en su dise?o. La familia tuvo otra monta?a rusa, m¨¢s antigua y peque?a, que vendieron tras adquirir la gran Cyberspace, tipo Spinning Coaster Steel. Desesperado, entraba noche tras noche en Internet busc¨¢ndola por las ferias del mundo. Por fin la localiz¨® en Estados Unidos. Un grupo empresarial estadounidense, ajeno a los pleitos, la hab¨ªa comprado de segunda mano. El holand¨¦s es el ¨²nico imputado en la causa penal abierta en Barakaldo. Los? americanos la adquirieron ¡°de buena fe¡±.
Ya no cree ya en la justicia: ¡°Nunca quiso recibirme la juez¡±, se?ala Pedro Jes¨²s. EL PA?S tambi¨¦n intent¨® el martes dialogar con la magistrada, pero declin¨® hablar. Durante su entrevista en Valencia con este peri¨®dico, los ojos del mayor de los Fraguas se empa?an de l¨¢grimas varias veces cuando describe c¨®mo era la atracci¨®n y se enrojecen cuando piensa en las togas. Ya ni grita ni alza la voz, aunque asegura que elevar¨¢ este tema al tribunal europeo de Estrasburgo y luego se ir¨¢ de Espa?a. ¡°Tuve que vender mi casa y estamos en la ruina¡±, destaca. Sabe que su monta?a rusa est¨¢ en Nueva York, en el Seabreeze Park, con otro nombre y otra pintura, a pleno rendimiento. No ha querido ir a verla. Ha perdido toda esperanza de recuperarla.
investigacion@elpais.es
37 millones de indemnizaci¨®n
Tras tanto varapalo judicial, a los hermanos Fraguas solo les quedaba (y la han ejercido) la v¨ªa de la responsabilidad patrimonial; es decir, que el Estado espa?ol (el Ministerio de Justicia) les resarza por el error cometido por uno de sus organismos (el juzgado de Bilbao) al arrebatar una monta?a rusa a una familia sin o¨ªr su versi¨®n y dejarla en manos de un holand¨¦s que se la llev¨® con nocturnidad cargada en dos barcos. Reclaman un total de 37 millones de euros por lucro cesante, los tr¨¢ilers y otros conceptos, incluido ¡°los da?os morales sufridos por la familia¡±.
El Consejo del Poder Judicial ha analizado este caso. Carece de competencias para sentenciar si la decisi¨®n de la juez fue o no err¨¢tica. No est¨¢ dentro de sus facultades; tampoco dictaminar si la indemnizaci¨®n que piden es o no correcta (eso debe determinarlo el Ministerio de Justicia). Para castigar un error judicial est¨¢n los tribunales superiores jer¨¢rquicos de la juez. Lo que si puede decir el Consejo del Poder Judicial, y lo ha dicho, es que ¡°el proceder an¨®malo¡± de este juzgado ha generado una responsabilidad patrimonial al Estado ¡°por anormal funcionamiento de la Administraci¨®n de Justicia¡±.
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