Un l¨ªo
Rajoy elude el riesgo con una aceptaci¨®n de la investidura condicionada y con dudas de constitucionalidad y sin fecha
Uno de los dirigentes pol¨ªticos que visit¨® recientemente a Mariano Rajoy en La Moncloa explicaba con sorpresa que la expresi¨®n que m¨¢s escuch¨® de boca del presidente del Gobierno en funciones durante la reuni¨®n fue ¡°eso es un l¨ªo¡±.
El citado dirigente contaba que hablaron de la formaci¨®n de Gobierno y Rajoy concluy¨®: ¡°Eso es un l¨ªo¡±.
Cuando sali¨® a relucir el conflicto en Catalu?a, Rajoy zanj¨® tambi¨¦n: ¡°Eso es un l¨ªo¡±.
Y cuando en medio de los asuntos pol¨ªticos hablaron del Tour de Francia para buscar una forma de destensar la reuni¨®n, Rajoy igualmente vaticin¨®: ¡°Eso es un l¨ªo¡±.
Otro dirigente, de los alejados de las posiciones del PP, cuenta que su reuni¨®n con el presidente en funciones casi se inici¨® con una pregunta ret¨®rica de este: ¡°Vosotros no me vais a apoyar, ?verdad?¡±. Y a partir de ah¨ª casi no hubo nada m¨¢s que hablar sobre la formaci¨®n de Gobierno. Para Mariano Rajoy casi todo es un l¨ªo, porque su concepto del riesgo es diferente del de casi cualquier otro mortal. Es conservador en su forma de actuar y con eso le ha ido muy bien en pol¨ªtica. Su trayectoria es el camino contrario a asumir riesgos. Por ejemplo, otros arriesgaron en 2003 cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar buscaba sucesor y el premio le cay¨® a Rajoy por esperar sin asumir riesgos.
Y para ¨¦l en este momento lanzarse a una investidura sin garant¨ªas de ¨¦xito es un l¨ªo, es asumir un riesgo que no va con ¨¦l. Por eso ha dejado en el aire si se someter¨¢ a la investidura si no logra antes apoyos, una situaci¨®n sin precedentes en democracia que, adem¨¢s, impedir¨ªa que corrieran los plazos de unas hipot¨¦ticas elecciones y nos situar¨ªan en un limbo institucional.
Nunca antes se hab¨ªa hecho algo as¨ª: una aceptaci¨®n condicionada del encargo del Rey. Incluso, es dudoso seg¨²n la literalidad del articulo 99 de la Constituci¨®n. M¨¢s l¨ªo a¨²n para evitar arriesgarse a una invstidura fallida.
Tampoco coincide su concepto del tiempo con el del resto de mortales y eso tambi¨¦n le ha ido bien en pol¨ªtica. Lo m¨¢s urgente es esperar, suele ser su credo y hay que reconocerle el ¨¦xito.
El factor humano es esencial para intentar entenderle.
Desde el 26 de junio ha vuelto a poner en marcha el proceso de decantaci¨®n, es decir, solo esperando es posible que cada materia vuelva a su sitio sin intervenci¨®n externa. Que el mero transcurso del tiempo lleve a Albert Rivera a apoyarle y, posteriormente, a Pedro S¨¢nchez a abstenerse y permitir que gobierne.
Y as¨ª estamos desde el d¨ªa de las segundas elecciones, sin avanzar ni un mil¨ªmetro. Rajoy dijo que no ten¨ªa sentido esperar porque no hab¨ªa nada que hacer en agosto que no se pudiera hacer en julio, pero ya estamos en el final de mes, sin resultado y con la ronda del Rey terminada. Y sin Gobierno, ni fecha para la investidura.
Incluso, los acontecimientos que se han ido produciendo se han convertido en pasos contrarios a la investidura. Por ejemplo, el procesamiento del PP por obstrucci¨®n a la Justicia es un obst¨¢culo m¨¢s para que Ciudadanos rectifique y pacte y los acontecimientos de Catalu?a dificultan cualquier entendimiento con los independentistas en el Congreso, tras el espejismo de la votaci¨®n para la Mesa.
Un joven dirigente del PP comentaba estos d¨ªas que estaba seguro de que habr¨¢ Gobierno por dos razones: porque ser¨ªa tremendo ir a unas terceras elecciones y, sobre todo, porque a Rajoy siempre le ha salido todo bien, en contra de todos los pron¨®sticos.
Cuando se le pregunt¨® cu¨¢l era el plan y qu¨¦ ocurr¨ªa si esta vez Rajoy fallaba, dicho dirigente se limit¨® a encogerse de hombros, en un gesto de fe ciega al l¨ªder del PP.
De esa fe ciega nace tambi¨¦n la ausencia de movimientos efectivos sobre la sustituci¨®n de Rajoy que ni ¨¦l mismo se plantea. Esa v¨ªa no parece estar contemplada a d¨ªa de hoy, aunque Rivera insista en ella, como ha hecho este jueves tras su reuni¨®n con el Rey. Y si Rajoy se niega no hay opci¨®n a que el PSOE rectifique y apoye esa opci¨®n de Gobierno de concentraci¨®n.
Tampoco es f¨¢cil de plantear que el PSOE se abstenga sin que antes Ciudadanos no cambie y sume los 170 esca?os con el PP. Ni un acuerdo de izquirdas entre PSOE y Podemos por las resistencias comprobadas y porque no suman sin partidos independentistas que no son de izquierdas y que ya han demostrado que sus intereses son otros.
Es recomendable buscar lo que dijo el PP en febrero cuando Patxi L¨®pez dio un mes a Pedro S¨¢nchez, para comprobar c¨®mo pusieron el grito en el cielo e intentaron acortar ese plazo. Ahora no hay ni fecha para la investidura.
As¨ª estamos: Todos dicen que no quieren terceras elecciones, pero nadie aporta una soluci¨®n aceptable por otro partido para evitarlas.
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