El verdadero tesoro de los Pok¨¦mon
La entrada de publicidad en el juego puede cambiar la forma de comprar y anunciarse
El juego de realidad aumentada para m¨®viles Pok¨¦mon Go se ajusta como un guante a la m¨¢xima que circula en el mundo del marketing: "Cuando algo es gratis, el producto eres t¨²". Los millones de jugadores en todo el mundo que la aplicaci¨®n desarrollada por Niantic para Nintendo ha conseguido cautivar en apenas semanas son un bien muy codiciado. El presidente de Niantic, John Hanke, ya ha anunciado que, entre las novedades de las pr¨®ximas versiones del juego ¡ªahora est¨¢ en fase beta o provisional¡ª, estar¨¢ la de que marcas y empresas puedan anunciarse en ¨¦l.
Pok¨¦mon Go ya cuenta con una serie de opciones de pago dentro de la aplicaci¨®n, como comprar "cebos" y "bolas" para atraer y cazar a los personajes de la saga de Nintendo creada en 1995 por el japon¨¦s Satoshi Tajiri. De momento, las opciones para el peque?o y gran comercio son limitadas, desde aprovechar la cercan¨ªa de una pokeparada o un gimnasio,?dos tipos de lugares de inter¨¦s para completar la aventura, hasta pagar por un cebo que, durante un tiempo limitado, atrae a los monstruos al lugar designado, como ya han hecho en Espa?a las operadoras Orange y Vodafone.?"Hay un cierto riesgo de burbuja, que funcione con los Pok¨¦mon no significa que tenga sentido para la fruter¨ªa de la esquina", dice Joan Tubau, profesor adjunto de Econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
En el restaurante japon¨¦s Yokaloka, en el mercado de Ant¨®n Mart¨ªn, hay una pokeparada y uno de los camareros dice que los primeros d¨ªas se acercaron ni?os a jugar. En el FNAC de Callao sucede lo mismo, una parada en la entrada hace que se pueda ver a jugadores cazando Pok¨¦mons dentro y fuera de la tienda. Yelp, el buscador de bares y restaurantes, ya incluye un filtro de cercan¨ªa de pokeparadas. El juego ha superado los 100 millones de descargas en el mundo y tiene un beneficio diario de 10 millones de d¨®lares (8.964.767,71 euros), seg¨²n la empresa App Annie consultada por Reuters. La lista de productos asociados al juego no deja de crecer. Est¨¢ previsto para septiembre el lanzamiento de una pulsera inteligente conectada al tel¨¦fono de forma inal¨¢mbrica para ampliar el rango de acciones y hay noticias sobre el inter¨¦s de los grandes estudios de Hollywood por hacer una pel¨ªcula.
Niantic ya lleg¨® a un acuerdo en Jap¨®n con la cadena de comida r¨¢pida McDonald's para poner gimnasios en sus 3.000 restaurantes en el pa¨ªs. El mecanismo publicitario previsto es id¨¦ntico al de "pago por clic" de Google, pero adaptado a la l¨®gica de la realidad aumentada: pago por visita f¨ªsica a un comercio concreto, seg¨²n dijo John Hanke en una entrevista al Financial Times. "Creo que ni ellos pod¨ªan imaginar la dimensi¨®n que ha alcanzado. Las posibilidades en el mundo de la publicidad son muy amplias, se trata de un nuevo soporte que llega a un n¨²mero enorme de gente", dice Mauro Fuentes, director de social media de la agencia Ogilvy.
Solo dos d¨ªas despu¨¦s de su lanzamiento, Pok¨¦mon Go hab¨ªa sido descargado por el 5,16% de los dispositivos Android de Estados Unidos, superando a exitosas aplicaciones como Tinder, seg¨²n el portal Similar Web. El tiempo medio que los usuarios pasan en el juego al d¨ªa, 43 minutos, ya est¨¢ por encima del dedicado a WhattsApp, Instagram, Snapchat o Messenger. Las tiendas norteamericanas que ofrecen recargar la bater¨ªa del m¨®vil para seguir jugando y las que han colocado cebos han visto aumentada la afluencia de clientes. "Una estrategia comercial pegada a la actualidad es algo siempre f¨¢cil de aprovechar", dice Mauro Fuentes.
Lo que empez¨® como un v¨ªdeo entre Google Maps y Pok¨¦mon, publicado en YouTube el 31 de marzo de 2014 ¡ªpara el D¨ªa de los Inocentes en Estados Unidos¡ª, es ahora el fen¨®meno comercial y tecnol¨®gico del momento. "Cada vez somos m¨¢s los que crecimos con videojuegos, ?por qu¨¦ no jugar a los 40? Nuestro comportamiento demuestra que confiamos en los gigantes de Silicon Valley, incluso m¨¢s que en nuestros propios gobiernos", dice Joan Tubau.
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