Algo se mueve
La ¨²ltima encuesta del CIS demuestra que las preferencias pol¨ªticas est¨¢n cristalizadas
Esta semana se hac¨ªan p¨²blicos los datos de la ¨²ltima encuesta del CIS. Si hay algo que quedaba clar¨ªsimo es que sus resultados no arrojaban diferencias significativas respecto de la correlaci¨®n de fuerzas surgida de las urnas el pasado 26-J. Los movimientos son tan peque?os que caen en el ¨ªndice de error de la propia encuesta, lo cual implica que tampoco de la ligera subida del PSOE se podr¨ªan inferir conclusiones sustantivas.
Menos a¨²n una tendencia al alza del partido. Todo, por tanto, permanece igual. Las preferencias pol¨ªticas est¨¢n cristalizadas. El mensaje es claro y rotundo: es el turno de los partidos pol¨ªticos. Y, de nuevo, los partidos pol¨ªticos nos sorprenden.
El PSOE sigue sin saber reconstruir su terreno de juego pol¨ªtico. Le pesa demasiado la sombra de Podemos y piensa que moviendo ficha puede perder parte de su apoyo electoral. Ha confundido escorarse a la izquierda con no hacer nada.
Mientras el PSOE permanece congelado en su posici¨®n est¨¢tica, Rajoy procrastina. Se resiste a tomar decisiones. Su oscuro maquiavelismo le conduce a no ense?ar las cartas para no tener que desvelar el juego que verdaderamente lleva. Todas sus declaraciones est¨¢n atravesadas por la ambivalencia y la lentitud: ¡°No est¨¢ claro que me presente a la investidura¡±, ¡°necesitamos una semana para reflexionar las condiciones que nos ha impuesto Ciudadanos¡±.
Podemos ha pasado del protagonismo efectista a la irrelevancia. Su activo m¨¢s importante, la ilusi¨®n, pierde fuelle. Y en mitad de este desierto surge la iniciativa del partido que constituye nada menos que la cuarta fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs. La situaci¨®n est¨¢ tan profundamente encallada que nos conformamos con el premio de consolaci¨®n; las condiciones no son muy ambiciosas, regeneraci¨®n pol¨ªtica y poco m¨¢s. Nada de complementos salariales, derechos sociales o reforma laboral. Pero al menos, decimos exhaustos, algo se mueve.
No es extra?o que el ¨²ltimo CIS s¨ª traiga una novedad con respecto a la opini¨®n p¨²blica: sube la preocupaci¨®n por no tener Gobierno, y m¨¢s de la mitad de la ciudadan¨ªa piensa que la situaci¨®n pol¨ªtica est¨¢ mal o muy mal. A esto se suma que cada vez hay menos expectativas de que mejore. Ni los partidos emergentes ni el clima de repolitizaci¨®n que hab¨ªamos vivido durante los dos ¨²ltimos a?os han servido para mejorar esas percepciones negativas hacia la pol¨ªtica. Nuestros pol¨ªticos deber¨ªan saber que la falta de confianza hacia los representantes se traduce en desconfianza hacia las instituciones y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, hacia todo el sistema pol¨ªtico. El mensaje es cristalino: ?mu¨¦vanse ya!
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