Las estrategias del pasado
PNV, Podemos y PSE coinciden en que el debate sobre la candidatura de Otegi es un extraordinario bal¨®n de ox¨ªgeno pol¨ªtico para Bildu y soslaya otras cuestiones
Pocos saben fuera de Euskadi que Arnaldo Otegi cuenta con una minoritaria pero persistente oposici¨®n radical en su propio partido, Sortu, por abandonar la reivindicaci¨®n de amnist¨ªa para los presos de ETA. Este fin de semana volvi¨® a retarle en las fiestas de San Sebasti¨¢n. Esa presi¨®n pod¨ªa resultarle hasta favorable por centrarle, pero Podemos, con su candidata Pili Zabala, hermana de Jos¨¦ Ignacio, presunto miembro de ETA torturado y asesinado por los GAL, le acota el terreno con su defensa del derecho a decidir, que compagina con unas credenciales impecables como activista de los derechos humanos y sociales y contra la violencia.
?Otegi se ve atrapado por una pinza que achica su espacio. La presi¨®n de Podemos le estimula a ser m¨¢s audaz en la autocr¨ªtica por la pasada complicidad del abertzalismo radical con ETA, pero su oposici¨®n interna le obliga a limitarla para no desairar excesivamente a sus cr¨ªticos y a un sector de presos y sus familias.Las elecciones vascas sorprenden a Otegi en esta dif¨ªcil tesitura y la baza estrat¨¦gica que encuentra para salir de ella y recuperar el electorado arrebatado por Podemos en las generales es tratar de descolocar a los de Iglesias apelando a la independencia de Euskadi como soluci¨®n m¨¢gica a los problemas pol¨ªticos y sociales.
Pero estas construcciones discursivas son insuficientes para competir eficazmente en estas elecciones, cuando se vislumbra en Euskadi un posible cambio de ciclo con la sustituci¨®n del debate identitario por el socio-econ¨®mico, debido a la crisis, y con el independentismo a la baja. En estas condiciones, a Bildu le resultan m¨¢s ¨²tiles que nunca gestos que le funcionaron en el pasado. Y la vuelta a estrategias del pasado se la han servido el PP, Ciudadanos y UPyD al impugnar la candidatura de Otegi ante los tribunales, erigi¨¦ndose, una vez m¨¢s, en portavoces de las v¨ªctimas del terrorismo. A lo que se han sumado, con gran parafernalia medi¨¢tica, la Fiscal¨ªa del Estado y el ministro de Justicia, Rafael Catal¨¢.
Jur¨ªdicamente no est¨¢ claro que pueda inhabilitarse a Otegi como se?alan el Fiscal Superior del Pa¨ªs Vasco, Juan Calparsoro, y numerosos expertos. Los propios rivales de Otegi se han visto inmersos en el debate y mientras el PNV y Podemos defienden su derecho a presentarse, el PSE matiza que la justicia decida sin interferencias pol¨ªticas. Los tres coinciden en que este debate, protagonista de la precampa?a, es un extraordinario bal¨®n de ox¨ªgeno pol¨ªtico para Bildu que favorece la movilizaci¨®n de sus bases, le abre un terreno de juego c¨®modo y soslaya otras cuestiones en las que rivales como Podemos le pueden poner en apuros.
Otegi ya ha anunciado que, inhabilitado o no, nadie le impedir¨¢ que haga campa?a. Y la est¨¢ aprovechando para destacar su condici¨®n de v¨ªctima por los seis a?os de c¨¢rcel que cumpli¨® por reorganizar Batasuna para acabar con el terrorismo. En Euskadi se conoce bien que Otegi tiene un pasado impresentable como portavoz de Batasuna en los a?os de plomo, pero se sabe, tambi¨¦n, que tras el atentado de ETA en Barajas en 2006 trabaj¨® con las bases de la izquierda abertzale hasta lograr su rechazo al terrorismo e impon¨¦rselo a la banda. De ah¨ª que la ¨²ltima condena que cumpli¨® la cuestionen una mayor¨ªa de la opini¨®n vasca y sus principales partidos.
Las consecuencias pol¨ªticas de este tipo de debates tienen un precedente cercano en las elecciones municipales de 2011 y favoreci¨® a Bildu. Hasta la v¨ªspera se mantuvo la duda sobre si el Tribunal Constitucional permit¨ªa la participaci¨®n de Bildu en aquellos comicios, convirti¨¦ndose en eje de la campa?a, con la gran confrontaci¨®n entre Bildu, que defend¨ªa su regreso a las instituciones tras su rechazo del terrorismo, y el PP y UPyD, sobrevenidos en virulentos adalides de la lucha contra un terrorismo terminal, como esta ocasi¨®n. La polarizaci¨®n de la campa?a benefici¨® a Bildu, que logr¨® el mejor resultado de su historia.
La diferencia con 2011 consiste en que al tratarse de una candidatura nominal, el Constitucional deber¨¢ decidir antes del inicio de la campa?a. No obstante, el debate sobre la candidatura de Otegi permanecer¨¢ toda la precampa?a. Antes del 29 de agosto decidir¨¢ la Junta Electoral de Gipuzkoa si acepta o no la inhabilitaci¨®n y, tras ella, la parte derrotada recurrir¨¢ al juzgado contencioso administrativo antes de recalar en el Constitucional. M¨¢s all¨¢ de si Otegi es o no candidato, la inc¨®gnita es si esta vez el debate sobre el pasado influir¨¢ tan favorablemente, como entonces, a Bildu.
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