El "s¨ª-s¨ª" de Rajoy
La decisi¨®n de acudir a una sesi¨®n de investidura ya estaba tomada desde al menos la semana pasada. La portada y las p¨¢ginas interiores, que se reproducen en esta entrada, del pasado jueves 11 de agosto de EL PA?S, es la prueba de ello.
Mariano Rajoy so?aba con acudir investido presidente a la cumbre del G-20 en China, que empieza el 4 e septiembre. El calendario de La Moncloa ten¨ªa en cuenta, obviamente, los l¨ªmites que supon¨ªa el comienzo de la campa?a de las elecciones auton¨®micas gallegas y vascas del 25 de septiembre. Y el calendario se inspiraba en la f¨®rmula de Rajoy seg¨²n la cual "a la investidura se va para ser investido". De ah¨ª que el l¨ªder del Partido Popular so?ara con acudir a la cumbre de China nada mas investido presidente.
?Qu¨¦ ha cambiado entre la rueda de prensa posterior al Comit¨¦ Ejecutivo Nacional del PP del mi¨¦rcoles 17 de agosto en la que Rajoy neg¨® que se debatiera sobre las condiciones "innegociables" de Albert Rivera y rechaz¨® fijar fecha de investidura y el anuncio de hoy seg¨²n el cual Rajoy, con el voto de confianza del partido, acepta las condiciones y pone fecha para la investidura?
?Es que ha ha habido alg¨²n acontecimiento que pueda explicar el cambio de conducta de Rajoy?
No. Rajoy ya conoc¨ªa de antemano que acudir a la investidura y aceptar las seis condiciones eran el prerrequisito para sentarse, a partir de ah¨ª, a negociar.
Pero lo que Rajoy no quiso anunciar el mi¨¦rcoles 17 lo ha aceptado el jueves 18. Y es m¨¢s: el mi¨¦rcoles 17 incurri¨® en una falsedad. A saber: dijo que el Comit¨¦ Ejecutivo Nacional no fue convocado para debatir las condiciones. Precisamente, ¨¦l mismo justific¨® su convocatoria para debatir esas condiciones.
Hemos pasado del "ni-ni" (a la fecha y a las seis condiciones) al "s¨ª-s¨ª". Unos lo llamar¨¢n estrategia de negociaci¨®n, vale. Sobre gustos, como dir¨ªa aquel, no hay nada escrito. Pero la verdad, la verdad, entre nosotros, esto nada tiene que ver con una pretendida ambig¨¹edad gallega. Esto, entre nosotros, es para hac¨¦rselo mirar.
Rajoy pues ha aceptado el encargo del rey Felipe sin tener los apoyos para garantizar el buen fin de la misi¨®n. Y ahora ha admitido ir a una investidura que sabe, por adelantado, que ser¨¢ fallida. Esto es precisamente lo que llev¨® a Rajoy a rechazar dos veces el encargo del Rey despu¨¦s del 20 de diciembre y lo que fundament¨® su ataque a Pedro S¨¢nchez al decir en su discurso de oposici¨®n a su candidatura en el Congreso que era un bluf.
Es decir: Rajoy ha pasado de ser precandidato (condicionado a tener los apoyos de antemano) a ser candidato (sabiendo que carece de los necesarios para ser investido). Ha aceptado, pues, revisar toda su conducta pasada y cambiar la idea que ven¨ªa defendiendo hasta ahora.
Bien.
Y lo ha hecho mal. Porque tras su "ni-ni" del mi¨¦rcoles, Ciudadanos le advirti¨® que sin cumplir el ultim¨¢tum (fecha y condiciones) no habr¨ªa negociaci¨®n. Y last but not least, Pedro S¨¢nchez le dio a Rajoy hasta el viernes para fijar fecha so pena de presentar una propuesta en el Congreso por la que se instaba a la presidenta, Ana Pastor, a establecer la fecha. Un brindis al sol porque carece de recorrido. Pero al menos ante la opini¨®n p¨²blica, Ciudadanos y el PSOE han sido los que sacaron con sacacorchos la fecha de investidura.
El fracaso de la investidura, por tanto, se puede dar por hecho. El PSOE no va a abstenerse ni en primera ni en segunda votaci¨®n.
Pero esta primera ronda de Rajoy puede no ser la ¨²nica. Como ya se ha visto con Artur Mas y Susana D¨ªaz, puede volver a intentarlo.
Se dir¨¢: ?y para qu¨¦?
Porque su primer fracaso abre una nueva fase. Es a partir de esa investidura fallida que el fantasma de las terceras elecciones se corporiza. Y a partir de la cual se podr¨¢ poner a prueba la afirmaci¨®n de Pedro S¨¢nchez de que el PSOE no quiere terceras elecciones.
?O es que S¨¢nchez ha cambiado de idea?
Las encuestas que tiene el PSOE dan una recuperaci¨®n mucho m¨¢s consistente que el 0,5% que le vaticinaba el CIS en su sondeo de primeros de julio.
S¨¢nchez piensa, seg¨²n ha dibujado ante su comisi¨®n permanente y direcci¨®n del grupo parlamentario el mi¨¦rcoles, que lo peor ha pasado para el PSOE y que no hay que abominar de ir a nuevas elecciones.
Pero nadie tiene la bola de cristal y jugar con la c¨®lera de los ciudadanos ante el espect¨¢culo de los pol¨ªticos tras el 20 de diciembre y el 26 de junio supone un riesgo muy elevado. Y S¨¢nchez y sus colaboradores lo saben.
Por tanto, no hay, como tal, un desplazamiento de S¨¢nchez hacia la posici¨®n ya definitiva de ir a terceras elecciones.
No hemos mencionado, antes de abordar el tema de unas nuevas elecciones, la posibilidad de que ante el fracaso de Rajoy, el l¨ªder del PSOE se ofrezca al Rey para intentarlo. No lo mencionamos porque esta alternativa est¨¢ muerta antes de nacer. S¨¢nchez no cree en ella. Y el hecho de que Pablo Iglesias haya querido recobrar protagonismo medi¨¢tico y chupar alcachofa dando a conocer una conversaci¨®n telef¨®nica con S¨¢nchez al respecto de una alternativa a Rajoy es solo eso.
Por tanto, tras su primer fracaso, Rajoy deber¨¢ esperar a las elecciones gallegas y vascas para aspirar a un nuevo intento. Esto nos pone en la ¨²ltima semana de septiembre.
La partida entre el PP y el PSOE no ha terminado. Rajoy no ha logrado evitar la investidura -seguramente fallida- que tanto le aterrorizaba. Pero tendr¨¢ nuevas oportunidades. Y habr¨¢ que ver que hace el PSOE despu¨¦s del fracaso de Rajoy y despu¨¦s de las elecciones del 25-S. Y otras fuerzas como el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que pueden necesitar tanto al PSOE como al PP, y al que Rajoy puede ofrecer concesiones.
Todav¨ªa es pronto para dar por hecho que habr¨¢ terceras elecciones. Pero el anuncio de que Rajoy acepta ir a la investidura que sabe de antemano fallida ha ido acompa?ado a estas horas de una nueva campa?a sobre el PSOE. Que viene el coco. A saber de que ser¨¢ el responsable de que las nuevas elecciones se celebrar¨ªan... ?el 25 de diciembre!
Los recursos resultan cada vez m¨¢s esperp¨¦nticos.
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