Los birretes se calan la boina
Los populares buscan en el mundo rural el respaldo del galleguista contra el que combatieron
El PP ha sido hasta ahora una m¨¢quina de ganar elecciones en Galicia gracias, fundamentalmente, al mundo rural. A estos se les conoce como los de la boina, en contraste con los profesionales urbanitas, los del birrete. Su importancia la intuy¨® Manuel Fraga cuando en 1989 desembarc¨® como candidato a la presidencia de la Xunta. Lo intuye tambi¨¦n Mariano Rajoy, que se abraza estos d¨ªas al heredero del cacique Baltar en su tourn¨¦ electoral por la provincia de Ourense.
Fraga se present¨® en aquel 1989 con un galleguismo de ¡°autoidentificaci¨®n¡± y estamp¨® bajo su foto del cartel de campa?a el mensaje ¡°galego coma ti¡± (gallego como t¨²). Arras¨®. Necesit¨® los votos del granero del interior, fundamentalmente de Ourense, donde accedi¨® a presentarse en coalici¨®n con una fuerza conservadora de tinte galleguista ¡ªCentristas de Galicia¡ª integrada principalmente por granjeros de la cooperativa Coren. Fue la estructura rural de la que emergi¨® Jos¨¦ Luis Baltar, el autoproclamado ¡°cacique bueno¡±.
Centristas de Galicia colmaron de votos de los municipios ourensanos a Fraga. Baltar se blind¨® en la presidencia provincial del partido y en la de la Diputaci¨®n. Teji¨® una tupida red de fidelidades electorales similar a la de los barones populares de Lugo, Francisco Cacharro Pardo, y, en menor medida, de Pontevedra, Xos¨¦ Cui?a, el eterno delf¨ªn de Fraga.
Los de la boina, los que hablaban de t¨² y en gallego a sus vecinos, a los que prohijaban emple¨¢ndolos en las instituciones p¨²blicas o haci¨¦ndoles otros favores personales, ejercieron el control absoluto de sus feudos. Frente a ellos estaban los hist¨®ricos del PP, procedentes en buena medida de Alianza Popular y en su mayor¨ªa profesionales acomodados de las ciudades que no utilizaban el gallego. Se les conoc¨ªa como los del birrete y estaban en l¨ªnea directa con G¨¦nova.
Apadrinado por el exministro Jos¨¦ Manuel Romay Becar¨ªa, Alberto N¨²?ez Feij¨®o era claramente un urbanita, aunque naciera en la aldea de Os Peares. En 2006 sucedi¨® a Fraga en la presidencia del PP gallego. Con la promoci¨®n de Feij¨®o, Romay se impuso definitivamente a Cui?a, su hist¨®rico rival. Los del birrete se apuntaron un tanto.
En febrero de 2009, Feij¨®o cerr¨® en el pabell¨®n ourensano de Os Remedios su primera campa?a a la presidencia de la Xunta. Proyectado como un candidato de perfil t¨¦cnico y gestor exitoso al frente de Correos y del Insalud, sentenci¨® ante un Baltar que hab¨ªa abarrotado el aforo: ¡°El caciquismo se puede acabar en un d¨ªa¡±. Lo intent¨®.
Cuando, a finales de ese mismo a?o, el ¡°cacique bueno¡± postul¨® a su hijo para que lo sucediera en la presidencia del PP de Ourense, Feij¨®o, al frente ya de la Xunta, trat¨® de frenar la operaci¨®n, con el respaldo de Rajoy: le coloc¨® enfrente un candidato alternativo. Pero los de Baltar consumaron la sucesi¨®n din¨¢stica y vapulearon al hombre de confianza del presidente gallego. Los de la boina manten¨ªan ah¨ª intacta su estructura. Para asistir al declive definitivo de este sector del PP, Feij¨®o tuvo que esperar a que Baltar, procesado ¡ªy m¨¢s tarde condenado¡ª por enchufismo masivo se jubilara en 2012.
Replegados los de la boina, reducidos a la simb¨®lica presencia de un segundo Baltar que, de momento, mantiene la organizaci¨®n heredada de su padre, los del birrete han visto c¨®mo se les escurr¨ªa el control del resto de las Diputaciones. Por eso, en elecciones, Rajoy tira de proximidad, se vuelca en la zona rural que reivindica contra la crisis ¡ªcomo si no gobernara su partido¡ª y se proclama gallego: como Fraga, como Feij¨®o, su eterno delf¨ªn, el hombre del birrete que abraza tambi¨¦n en campa?a al ¨²nico heredero de la boina, el imputado hijo Baltar ¡ªen este caso por supuestamente ofrecer un empleo a cambio de sexo¡ª, mientras clama por la renovaci¨®n de su partido.
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