Bloqueo deontol¨®gico
Mariano Rajoy podr¨¢ obtener el Gobierno, pero a un precio desorbitante
Una espesa niebla moral impregna todo el proceso de creaci¨®n de un nuevo Gobierno. Ya no se habla de programas o medidas sobre las que consensuar el acuerdo. Ni siquiera de pol¨ªtica. La Moral, con may¨²scula, lo recubre todo. Ha sido as¨ª desde el principio. El famoso ¡°no es no¡± de S¨¢nchez operaba como un mandamiento categ¨®rico: ¡°Nunca pactes con un partido corrupto¡±. Tambi¨¦n en el inicial acercamiento de Ciudadanos al PP, que le exigi¨® una primera aprobaci¨®n de medidas de regeneraci¨®n ¨¦tica antes de seguir hablando. Las discrepancias ideol¨®gicas pasaron a un segundo plano; antes estaban los condicionantes ¨¦ticos. Despu¨¦s de los casos Soria y Barber¨¢, los primeros de una larga lista que le esperan al PP, las cuestiones de ¨¦tica p¨²blica se han convertido ya en el discurso ¨²nico.
Desde este tipo de posicionamientos, y a falta de una retirada de Rajoy, estamos condenados a unas terceras elecciones. Por muy fuerte que sea la presi¨®n interna en el PSOE. S¨¢nchez se ha ubicado del lado de lo ¡°moralmente correcto¡±, y eso es imbatible en un espacio p¨²blico polarizado entre ¡°buenos¡± y ¡°malos¡±, y donde cada cual otorga credenciales de moralidad o sinvergonzoner¨ªa a la primera de cambio. La est¨¦tica de estar del lado de la ¨¦tica de la convicci¨®n es irresistible. Resultado: fiat iustitia et pereat Hispania. No cedemos aunque se hunda el barco.
Desde la ¨¦tica de la responsabilidad, sin embargo, la cosa cambia. Hay tambi¨¦n una responsabilidad moral y, desde luego, pol¨ªtica, por tener a alguien al frente del pa¨ªs, y dar respuesta al mandato de las urnas. Y no es menor que el imperativo de regeneraci¨®n ¨¦tica de nuestra vida p¨²blica; es m¨¢s, es su condici¨®n de posibilidad. Sin un Gobierno y un Parlamento con capacidad para decidir, de nada nos sirve nuestra ubicaci¨®n incondicional al lado del bien. Es poco ya lo que podamos hacer por enmendar los esc¨¢ndalos retrospectivos del PP; ahora est¨¢n en manos de los tribunales. Lo que hay que evitar es que puedan reproducirse en el tiempo y sigan erosionando la confianza ciudadana.
Los ciudadanos han colocado a Rajoy en una situaci¨®n de debilidad parlamentaria extrema. A falta de una alternativa de gobierno viable, esta debilidad se deber¨ªa aprovechar para condicionar su acci¨®n mediante las adecuadas medidas de regeneraci¨®n pol¨ªtica. Crear una pinza entre Parlamento y poder judicial puede ser decisivo para imponer al PP su regeneraci¨®n desde fuera. Ser¨ªa m¨¢s sencillo que Rajoy se apartara, porque es el responsable pol¨ªtico ¨²ltimo de lo que ocurre en su partido. All¨¢ ¨¦l. Podr¨¢ obtener el Gobierno, pero a un precio desorbitante. Igual que es desorbitante la factura que habremos de pagar todos si esta operaci¨®n fracasa, nuevas elecciones para encontrarnos en una situaci¨®n peor de la que estamos. La ventaja de la ¨¦tica de la responsabilidad es que incorpora al juicio moral las consecuencias de las acciones u omisiones.
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