El 7? de caballer¨ªa est¨¢ en funciones
Los casos Soria-Guindos y Barber¨¢ reabren la divisi¨®n sobre c¨®mo hacer pol¨ªtica en este Gobierno y el PP


¡°Juegos de caballer¨ªa¡±. As¨ª defini¨® el ministro Luis de Guindos este viernes en 13tv los movimientos y rencores internos que se han registrado estos d¨ªas en el PP y el Gobierno de Mariano Rajoy contra su actuaci¨®n en el caso Soria. Guindos, en pleno roadshowde la presentaci¨®n de sus memorias esta complicada semana por los medios, asegura que no est¨¢ en esas batallas, porque tiene que seguir en su cruzada por todo el mundo para salvar a Espa?a de recaer en la crisis. Esa actitud, atribuy¨¦ndose para ¨¦l y su equipo los m¨¦ritos de evitar el rescate, y esa suficiencia reafirmada estos d¨ªas de que ¨¦l s¨ª es independiente, no milita, trabaja sin parar en cosas importantes y no piensa en seguir en el Gobierno, le ha distanciado toda la legislatura de sus compa?eros de gabinete y del partido que s¨ª contin¨²an en su carrera por preservar el poder. El error de ¡°sensibilidad pol¨ªtica¡± admitido por Guindos en el caso Soria, y la diferente visi¨®n sobre c¨®mo afrontar la corrupci¨®n en el PP, han reabierto la herida generacional y pol¨ªtica en el partido y el Gobierno sin funciones que maneja silente Rajoy.
Guindos, en su tourn¨¦, ha aprovechado para aclarar a sus compa?eros cr¨ªticos que ya avis¨® hace a?o y medio de que no quer¨ªa seguir en pol¨ªtica y mucho menos pugnar por una futura vicepresidencia econ¨®mica. Y ha subrayado la intensidad de su agenda, con Eurogrupos, Econfines, G-20, citas en China, Nueva York y Bruselas, para descartarse de las miserias internas y se?alar que nunca ha estado ni est¨¢ en funciones. Esta semana se ha concedido un resuello. En enero empez¨® la redacci¨®n de sus memorias, Espa?a amenazada, y ahora las est¨¢ publicitando porque se hab¨ªa autoprogramado que a estas alturas ya estar¨ªa fuera de escena. El mi¨¦rcoles se las present¨®, en la Fundaci¨®n Rafael del Pino, el presidente Rajoy. No fue efusivo. Tampoco sus compa?eros de gabinete y del PP, m¨¢s bien ausentes.
Rajoy se permiti¨® apuntarse tambi¨¦n alg¨²n tanto en haber sorteado en 2012 la quiebra de Espa?a. En su libro, Guindos cuenta que entonces y m¨¢s tarde cuando salt¨® el esc¨¢ndalo de las tarjetas black de Cajamadrid y Rodrigo Rato, not¨® la tensi¨®n con algunos de sus colegas, aunque Rajoy siempre le apoy¨®. El d¨ªa de sus memorias no aparecieron por la sala ninguno de los ministros o dirigentes del ¨¢rea econ¨®mica en La Moncloa pr¨®ximos a Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa que tan mal se han llevado estos a?os con Guindos. Crist¨®bal Montoro excus¨® su asistencia ¡°porque nunca va a ese tipo de actos a esas horas¡±. Empez¨® a las 19.00 horas. ?lvaro Nadal, responsable de la Oficina Econ¨®mica, ten¨ªa ¡°comprometida su agenda¡±. Tampoco fue F¨¢tima B¨¢?ez, de Empleo, ni ninguno de los nuevos vicesecretarios del PP. Algunos de esos dirigentes hasta cuestionan que la confianza de Guindos en permanecer en el euro haya sido siempre tan fiel.
S¨ª acudi¨® la vicepresidenta, que encabeza en teor¨ªa el sector del Gobierno opuesto al extinto G-8 que montaron los ministros m¨¢s veteranos para mofarse de sus ambiciones juveniles. ¡°Ha venido para disimular¡±, conjetur¨® uno de sus cr¨ªticos. ¡°Confirm¨® su presencia desde el primer momento precisamente para que no se pudiera decir nada¡±, defienden en el entorno de Santamar¨ªa. ¡°Algunos est¨¢n demasiado en funciones y tienen poco que hacer¡±, se?al¨® otra fuente de La Moncloa.
En plena resaca del caso Soria-Guindos el Tribunal Supremo avanz¨® el martes su intenci¨®n de investigar por presunto blanqueo a Rita Barber¨¢, la hist¨®rica exalcaldesa de Valencia. Rajoy, en cuanto se enter¨®, llam¨® al vicesecretario de Organizaci¨®n del PP, Fernando Mart¨ªnez Maillo, y le encarg¨® el marr¨®n: ¡°Ponte a ello¡±. Ma¨ªllo y su jefa, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, llevaban d¨ªas llamando a la interfecta. Fueron charlas correosas. Pretend¨ªan, con la aquiescencia de Rajoy, que Barber¨¢ se diera de baja del PP y devolviera su esca?o. No lo lograron. En la tarde del mi¨¦rcoles, harto de negociar y recibir desplantes de Barber¨¢ (¡°Que me lo digan de arriba¡±), Maillo se plant¨® en el despacho de Cospedal para que oficializara el ultimatum. Cospedal se resisti¨®: ¡°!Para qu¨¦ voy a tener que llamarla yo si ya se lo has dicho t¨²?¡±. Al final lo hizo y Barber¨¢ capitul¨®. Al d¨ªa siguiente, Cospedal ofreci¨® a su veterana amiga una declaraci¨®n tan neutral para demandar su retirada del Senado que ninguno de los nuevos vicesecretarios del PP, que tanto se hab¨ªan mojado en p¨²blico o en privado, entendi¨®.
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