De la coexistencia a la convivencia
La diferencia entre coexistencia y convivencia se origina en la falta de una memoria com¨²n
Coincidiendo con la campa?a vasca, I?aki Gabilondo present¨® en Madrid Patria, la espl¨¦ndida novela de Fernando Aramburu cuya lectura le reaviv¨® su preocupaci¨®n por las dificultades de Euskadi para pasar de la coexistencia a la convivencia. El alcalde de Ermua, el socialista Carlos Totorika, lo describ¨ªa muy bien hace unos meses: ¡°Hoy pasas delante de una concentraci¨®n por los presos y nadie te grita. Hablas con normalidad con los concejales de Bildu. Pero conmigo guardan un elocuente silencio sobre Miguel ?ngel Blanco. Se ve que lo lamentan, pero tratan de justificarlo por el conflicto. No compartimos la memoria¡±. Es una buena descripci¨®n de la diferencia entre coexistencia y convivencia.
Desde que Bildu regres¨® a las instituciones hace cinco a?os y despareci¨® la kale borroka, reina en las calles un clima de normalidad desconocida en d¨¦cadas y las relaciones se han distendido. El mundo abertzale demostr¨® capacidad para disciplinar a los suyos, aunque hay excepciones. Pero el principal obst¨¢culo para avanzar hacia la convivencia sigue estando en el mundo abertzale. Mientras no reconozca que no tuvo sentido ETA, una organizaci¨®n que cometi¨® m¨¢s del 80% de sus atentados en democracia, es dif¨ªcil avanzar. Para evitar ese reconocimiento no vale ampararse en el conflicto, derivado del terrorismo de grupos parapoliciales y abusos del Estado. Fueron muchos menos atentados que los m¨¢s de 800 asesinatos de ETA y, adem¨¢s, no contaron con el amplio respaldo social del que esta dispuso, algo que envenen¨® a la sociedad vasca en palabras certeras de Gabilondo.
El PNV, el PSE y el PP hace tiempo que notificaron a Bildu que su falta de reconocimiento del sinsentido de ETA impide avanzar en un acuerdo sobre la convivencia y la resoluci¨®n de las consecuencias del terrorismo. Ese reconocimiento tendr¨ªa un efecto bals¨¢mico para las v¨ªctimas. El Gobierno vasco ha normalizado sus relaciones con las asociaciones de v¨ªctimas, AVT incluida, precedida de una autocr¨ªtica por su falta de empat¨ªa en los a?os de plomo. Paralelamente, las asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo de ETA y de abusos policiales y del franquismo han participado mancomunadamente en cada uno de los tres actos de homenaje realizados en Euskadi a las diferentes v¨ªctimas en 2016. La ley de v¨ªctimas de abusos policiales, aprobada en el Parlamento vasco en julio por PNV y PSE, las ha equiparado en derechos a las de ETA y puesto en evidencia la rigidez del PP, que act¨²a como si el terrorismo continuara activo.
No obstante, la clave para que Euskadi avance de la coexistencia a la convivencia radica en que Bildu d¨¦ el primer paso trasladando el esfuerzo que hizo con los suyos para normalizar las calles al terreno de la autocr¨ªtica pol¨ªtica y moral por su pasada complicidad con ETA. Facilitar¨ªa la necesaria limpieza del envenenamiento al que someti¨® a la sociedad vasca.
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