Chicas normales que se defienden como un soldado de ¨¦lite
El krav maga es un sistema de defensa personal de origen militar al que cada vez recurren m¨¢s mujeres y menores v¨ªctimas de acoso escolar
Dos mujeres se enfrentan sobre el tatami. Una de ellas porta un cuchillo de juguete. La otra debe conseguir agarrarle el brazo y doblarle el tend¨®n de la mu?eca r¨¢pidamente y con fuerza para que lo suelte. Forman una de las cuatro parejas de mujeres de un total de 20 personas en una clase de krav maga en el centro Kairos, una escuela de Madrid. All¨ª se vende el krav maga como uno de los sistemas de defensa personal m¨¢s efectivos. Fue desarrollado en los a?os 40 por el jud¨ªo checoslovaco Imi Lichtenfeld en el reci¨¦n nacido ej¨¦rcito israel¨ª. Se traduce del hebreo como combate de contacto, y desde entonces ha evolucionado al tiempo que lo adaptaban unidades de ¨¦lite como el Mossad, el FBI o los SWAT. Practicantes famosos como Brad Pitt, Angelina Jolie o Jennifer Lopez le han dado fama mundial. El ingrediente final para su ¨¦xito ha sido la adaptaci¨®n de sus t¨¦cnicas a las necesidades del ciudadano de a pie, incluidas mujeres y ni?os.
En Espa?a en menos de 10 a?os ya hay 1.500 afiliados, como explica Alexandre Orozco, director de la escuela y responsable en Espa?a de la federaci¨®n europea de krav maga. Cifras a¨²n lejos de las de Francia, pa¨ªs natal de Orozco y donde arrasa con m¨¢s de 15.000 federados, pero que suben cada a?o. El maestro, de 38 a?os, tambi¨¦n confirma que las mujeres son las que m¨¢s han aportado ¨²ltimamente a ese crecimiento, y hoy representan casi el 35% de los asistentes a sus clases. ¡°Muchas son chicas que quieren sudar como en zumba pero aprendiendo a defenderse, aunque la mayor¨ªa piensa en estar preparadas ante una agresi¨®n¡±. Tambi¨¦n hay clases especiales para ni?os y adolescentes, algunos de ellos v¨ªctimas de acoso escolar. Y otros hombres adultos cuentan que lo hacen para ponerse en forma mientras aprenden algo que les puede ser ¨²til en un momento dado. Pero el krav no es un deporte. No hay reglas, todo est¨¢ permitido para neutralizar al agresor. El ¨²nico objetivo es sobrevivir.
La mujer que trata de interceptar el cuchillo mide poco m¨¢s de metro cincuenta y tiene el aspecto de una mujer normal de su edad, 44 a?os. Se llama Juana y es ilustradora. Pero lleva ocho a?os practicando esta disciplina, luce cintur¨®n marr¨®n y despliega una t¨¦cnica cercana a la maestr¨ªa que asusta y que contrasta con su dulce forma de hablar. Lleg¨® al krav maga curiosamente tras ser rechazada en un centro de jiu-jitsu brasile?o por ser mujer. ¡°Se lo recomiendo especialmente a las mujeres porque somos m¨¢s d¨¦biles. Debemos tener alguna herramienta externa a nuestra naturaleza para nuestra defensa¡±. El maestro Orozco explica por qu¨¦ funciona tan bien con ellas. ¡°Se gana mucha confianza muy pronto. Les ponemos a hacer combate suave con chicos y descubren enseguida que pueden enfrentarse a un hombre¡±. Juana es menuda, pero muy r¨¢pida. En krav maga, si alguien es fuerte, se aprovecha su fuerza. Pero si no lo es, se saca partido de su rapidez, flexibilidad o cualquier otra virtud. Hasta hoy nunca le ha pasado nada en la vida real. ¡°Si te soy sincera no s¨¦ c¨®mo reaccionar¨ªa, pero creo que saldr¨ªa airosa porque en krav las cosas se aprenden hasta el punto de instalarse como actos reflejos¡±.
La compa?era de duelo de Juana es Irene, tiene 28 a?os y practica con el cuchillo en su preparaci¨®n para conseguir el cintur¨®n azul. ¡°Hasta que no te pasa algo no sabes si te vas a quedar paralizada o no, pero cuando empiezas a practicar esto te cambia un chip en el cerebro. Lo que tengo claro es que ante una situaci¨®n que yo he practicado en las clases reaccionar¨ªa mejor que otra persona que jam¨¢s se lo ha planteado. Eso s¨ª, siempre que no haya otra salida. Aqu¨ª se aprende que si alguien te saca un cuchillo y te pide la cartera, se la das. Es est¨²pido enfrentarse a alguien que tiene un arma blanca, aunque sepamos qu¨¦ hacer para inmovilizarle y quit¨¢rsela¡±.
Frente a las dos alumnas avanzadas, Ana apenas lleva un a?o practicando. Es ingeniera y tiene 46 a?os.¡°Creo que es muy ¨²til, estoy sola y hoy hay mucha violencia. No he sufrido ning¨²n episodio violento, pero hay que estar preparada. He aprendido mucho en este a?o, ya me salen cosas autom¨¢ticas¡±. Est¨¢ preparando su primer cintur¨®n, y asiste a tres clases a la semana en la escuela, de una hora y media cada una por 50 euros al mes. Ana anima, sobre todo a las mujeres, a superar los prejuicios asociados a la defensa personal. ¡°El ambiente es estupendo, aqu¨ª no vienes a que te peguen, sino a aprender a defenderte¡±.
El alumno m¨¢s experto de la clase coincide con ella. Se llama Jes¨²s, tiene 36 a?os, es profesor de primaria y cintur¨®n negro. Su espectacular exhibici¨®n en el tatami contrasta con su rostro sonriente. ¡°Nunca he tenido que aplicarlo en la vida real. Lo primero que se aprende aqu¨ª es que siempre que se pueda hay que evitar el enfrentamiento¡±. Jes¨²s tambi¨¦n corrobora lo recomendable que es para las mujeres, y como docente, tambi¨¦n para los ni?os. En la clase anterior hab¨ªa 22 adolescentes, 10 de ellos chicas. En el krav maga no hay restricciones para salir indemne de un ataque. Se aprende a golpear los ojos del agresor, sus genitales, a dar codazos, cabezazos, y a estrangular, con el cuerpo y con armas de todo tipo. En las clases con menores Alexandre Orozco recalca que no se les puede ense?ar eso y que se les insiste en que no utilicen nunca lo aprendido. Algunos s¨ª lo han hecho, y les ha servido para superar problemas de acoso escolar. ¡°Han venido padres pidiendo que ayudemos a sus hijos a defenderse porque sufren bullying en el colegio. Si vienen por la ¨²nica motivaci¨®n del miedo por las agresiones que sufren, no se van a quedar en la escuela. Tienen que encontrar otra motivaci¨®n m¨¢s fuerte que el miedo. Sin embargo, hemos tenido casos de ni?os que estaban en clase como uno m¨¢s aunque se les ve¨ªa t¨ªmidos, y meses despu¨¦s lleg¨® su madre y nos cont¨® que sufr¨ªa bullying y que gracias a las clases no solo plant¨® cara a sus agresores, sino que tambi¨¦n se lo cont¨® a ella, que hasta ese momento no lo sab¨ªa. Desde ese d¨ªa el ni?o cambi¨®. Comenz¨® a disfrutar y re¨ªrse en las clases¡±, cuenta orgulloso.
?Adem¨¢s de bondades, el krav maga tambi¨¦n arrastra alguna controversia. Hace unos meses se public¨® que uno de los implicados en la muerte de Jimmy, el ultra del Deportivo de la Coru?a?arrojado al r¨ªo Manzanares en los aleda?os del estadio Vicente Calder¨®n en Madrid, practicaba este deporte. Alexandre culpa a la permisividad de algunos profesores de escuelas que se han apuntado a esta moda con poca responsabilidad. ¡°En nuestra escuela si vemos que viene alguien con un perfil raro no lo admitimos. Los que buscan ejercer violencia no aguantan aqu¨ª. Esto requiere un esfuerzo y una disciplina prolongados en el tiempo, y el ambiente en las clases es sano y l¨²dico. No pintan nada, y ellos lo saben.¡± En el acceso al tatami un cartel expone el c¨®digo moral de la escuela: honestidad, no agresividad y humildad. ¡°El krav maga es un arte muy violento, pero los practicantes no lo son. Las agresiones contra las que se aprende a defenderse en krav son muy violentas. Siempre pensamos en las peores situaciones, somos muy paranoicos¡±, reconoce Orozco.
Quienes lo practican coinciden en que lo que m¨¢s les ha aportado el krav maga ha sido seguridad en s¨ª mismos. Tras 10 a?os en Espa?a, Orozco analiza si su expansi¨®n es una cuesti¨®n de inseguridad ciudadana. ¡°Vengo de un suburbio de Lyon, una zona muy conflictiva y violenta. Cuando llegu¨¦ a Espa?a pens¨¦ que era el sitio menos violento que hab¨ªa visto en mi vida. Creo que hoy el mundo es m¨¢s pac¨ªfico que nunca y sin embargo la gente tiene m¨¢s miedo. Puede ser que ahora haya m¨¢s violencia emocional, y la informaci¨®n tambi¨¦n influye. Los d¨ªas posteriores a las agresiones a mujeres en Alemania en fin de a?o recibimos muchas llamadas de chicas que quer¨ªan informarse, y tambi¨¦n tras la violaci¨®n m¨²ltiple de los ¨²ltimos sanfermines¡±. Por ¨²ltimo, lanza un mensaje sobre lo aprendido sobre la violencia en todos estos a?os. ¡°Lo mejor siempre es evitarla. Siempre ense?amos que los cementerios est¨¢n llenos de h¨¦roes. Pero hay que defenderse. La pasividad contra la violencia tambi¨¦n es violenta. No hay que tomarse la justicia por tu mano, pero si ves a alguien al que est¨¢n pegando entre diez y grab¨¢ndolo con el m¨®vil, hay que actuar por civismo y humanidad. Hay que echarle huevos, y para eso hay que estar preparado¡±, sentencia.
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