Estabilidad frente al galimat¨ªas estatal
El resultado de las elecciones auton¨®micas revela que el multipartidismo camina a distintas velocidades
Los resultados de las elecciones auton¨®micas en Galicia y Pa¨ªs Vasco ponen de manifiesto que el multipartidismo en Espa?a camina a distintas velocidades. La mayor¨ªa absoluta del PP y el liderazgo moderado del PNV representan dos modelos, dos culturas pol¨ªticas diferentes y coet¨¢neas que reflejan la complejidad del periodo de transici¨®n que atraviesa Espa?a.
En Euskadi queda claro que el marco de referencia es el PNV. Con una c¨®moda mayor¨ªa simple (29 esca?os) mantiene una posici¨®n de centralidad ideol¨®gica y en el tablero pol¨ªtico para pactos y/o coaliciones viables de gobierno. El arraigo de la cultura multipartidista es tal en el Pa¨ªs Vasco que ni siquiera los propios votantes del partido jeltzale optan por la mayor¨ªa absoluta como forma de Gobierno: prefieren el acuerdo (62%), antes que el rodillo (37%), se?alaba el sondeo preelectoral de Metroscopia. As¨ª lo han evidenciado las urnas. EH Bildu (17) conserva la segunda plaza y, junto al PNV, evidencia el dominio del nacionalismo vasco que apenas se resiente en n¨²mero de votos respecto a 2012. La bajada de la participaci¨®n (tres puntos porcentuales) parece haber castigado sobre todo las expectativas de Elkarekin Podemos (11) que, a¨²n as¨ª, desplaza al PSE (9) a la cuarta plaza.
En la Euskadi post-ETA, el frentismo y la polarizaci¨®n se han vuelto t¨¦cnicas pol¨ªticas decadentes. La legitimidad descansa ahora sobre los v¨ªnculos m¨¢s primarios y comunes, tras una eficaz gesti¨®n de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica. Los lemas vistos en esta campa?a ¡ª¡°Un pa¨ªs compartido¡± y ¡°Juntos¡±¡ª son ejemplos extraordinarios de que las actitudes y el comportamiento electoral de la ciudadan¨ªa vasca discurren ya con naturalidad por los senderos de un pluripartidismo consolidado.?
En Galicia, N¨²?ez Feij¨®o revalida por tercera vez su dominio con 41 esca?os en el Pazo do H¨®rreo, la ¨²nica mayor¨ªa absoluta que sobrevive a la ola multipartidista iniciada en 2015. El oasis gallego demuestra un car¨¢cter herm¨¦tico: no se contagia ni de los cambios pol¨ªticos en algunas de las principales ciudades gallegas ni del galimat¨ªas estatal. La izquierda se realinea pero, una vez m¨¢s, no obtiene volumen suficiente para superar al PP. El raspado sorpasso en votos, que no en esca?os, de En Marea (14) a PSdG (14) colocar¨ªa a Lu¨ªs Villares como eventual referente de la izquierda. Est¨¢ por ver si los resultados de las marcas gallega y vasca del PSOE pueden suponer para Ferraz el paso de DEFCON 3 a DEFCON 2: de la movilizaci¨®n de tropas a la preparaci¨®n para la guerra nuclear.
Por el mecanismo de elecci¨®n de presidente, casi con toda seguridad Urkullu volver¨¢ a la Lehendakaritza. El caso gallego empieza por Fei y acaba por j¨®o. La pol¨ªtica estatal podr¨ªa estudiar m¨¢s a fondo el ecosistema vasco antes que el gallego, si de veras pretende dar una salida al bloqueo. Parece el mejor espejo donde mirarse para evitar la repetici¨®n de las generales.
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