Los socialistas y la lengua
Se podr¨ªa rebajar la exigencia del euskera para acceder a empleos p¨²blicos
El dato esencial de las cifras salidas de las urnas vascas es que la suma de los esca?os del PNV y el PSE (38) supera la de su alternativa m¨¢s obvia: Podemos/ EH Bildu (28). Una combinaci¨®n transversal y moderada supera a una radical unida tras el ¡°derecho a decidir¡±. En la noche electoral, cuando Otegi dijo que en el nuevo parlamento 57 de los 75 diputados son partidarios de ese derecho, los militantes presentes respondieron gritando la palabra independentzia; lo que revela el significado que dan a tal derecho: otra forma de llamar a la secesi¨®n.
La direcci¨®n del PNV parece ser hoy m¨¢s moderada que sus militantes. I?igo Urkullu respondi¨® a las consignas independentistas de algunos de los suyos reclamando ¡°m¨¢s autogobierno¡±. Y descart¨® la propuesta de Otegi de una alianza con Podemos y EH Bildu. La alianza con el PSE es la preferida por su partido, y tambi¨¦n por el electorado vasco, seg¨²n los sondeos. Pero es posible que los socialistas, heridos por los resultados, eleven su nivel de exigencia para pactar. Una medida de fuerte impacto social podr¨ªa ser una rebaja de la exigencia de conocimiento del euskera para el acceso a empleos p¨²blicos, la medida m¨¢s llamativa del programa del PSE para las auton¨®micas.
No se trata de cuestionar la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica en su conjunto sino de responder a ese problema concreto del empleo p¨²blico en una comunidad en la que hay 150.000 funcionarios y en la que en los pr¨®ximos a?os se jubilar¨¢n unos 9.000 de las primeras generaciones de la Euskadi auton¨®mica.
Su pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica se apoya fundamentalmente en la ense?anza, lo que ha permitido que seis de cada diez j¨®venes de entre 16 y 25 a?os sean biling¨¹es. Y que previsiblemente en 15 ¨® 20 a?os toda la poblaci¨®n lo sea de una manera natural. Pero las pol¨ªticas complementarias de discriminaci¨®n positiva aplicadas est¨¢n interfiriendo negativamente en ese proceso, y no es casual que afecte sobre todo al ¨¢mbito de la Administraci¨®n, m¨¢s de la mitad de cuyas plazas exigen conocimiento del euskera, lengua que domina el 36% de los vascos.
Se ha argumentado que es una preocupaci¨®n para menos del 1% de la poblaci¨®n. Pero el paro es el primer problema de Euskadi para el 70,1% de los vascos seg¨²n el CIS; y esas medidas de discriminaci¨®n positiva lo condicionan en un periodo en el que hay 130.000 desempleados, el 13,9% de la poblaci¨®n activa.
La propuesta socialista plantea que se distinga entre los puestos ante el p¨²blico, para los que el requisito del euskera estar¨ªa justificado, y otros en los que no se da tal circunstancia. Se sugiere que en las ofertas p¨²blicas de empleo se especifiquen m¨¢s claramente las tareas a realizar en el puesto ofertado y si ello justifica la exigencia de euskera. Pese a la pol¨¦mica suscitada por la difusi¨®n en campa?a de un v¨ªdeo del PSE en que se ironizaba sobre esa exigencia, lo que est¨¢ en discusi¨®n no es un problema identitario sino social: la igualdad de oportunidades para conseguir un empleo p¨²blico.
No hay motivo, por tanto, para la indignaci¨®n expresada por sectores nacionalistas ante una iniciativa a la que acusan de romper el consenso. Que la candidata socialista Idoia Mendia se arriesgara a plantear la cuesti¨®n en v¨ªsperas de la campa?a electoral, sin haberlo hecho cuando su partido gobernaba, no es raz¨®n para ignorarla. Simplemente refleja que temas considerados tab¨² durante a?os afloran ahora al amparo del clima pol¨ªtico m¨¢s libre que se observa en el Pa¨ªs Vasco desde la desaparici¨®n de la violencia de ETA.
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