Diario de un yihadista que negaba serlo
Un marroqu¨ª que reclutaba voluntarios para Al Qaeda relata sus andanzas en Afganist¨¢n
¡°El hermano checheno fue alcanzado por una bala que le atraves¨® el est¨®mago y alcanz¨® la columna vertebral". Yo le hab¨ªa traslado sobre mis espaldas hasta el centro donde se encontraban los hermanos y durante el trayecto los francotiradores nos disparaban. ?l me dec¨ªa que le dejara y escapara para salvarme. Yo le contest¨¦: ?c¨®mo voy a dejarte y salvarme cuando t¨² estabas luchando y arriesgando tu vida por tus hermanos? Y me contest¨®: ojal¨¢ lo supieran¡±.
As¨ª describe Lahcen Ikasrrien, de 49 a?os, alguna de sus peripecias en Afganist¨¢n en un diario que niega haber escrito, pero que entre otras pruebas ha servido a los jueces para condenarle a 11 a?os y seis meses de prisi¨®n por dirigir como emir (jefe) desde Madrid un grupo salafista que envi¨® a varias personas a luchar a las filas del Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda, y del Estado Isl¨¢mico (ISIS) en Siria. Dos de ellas murieron.
Ikasrrien, un marroqu¨ª residente en Espa?a desde hace dos d¨¦cadas, es un tipo t¨ªmido que habla un perfecto espa?ol. Los jueces le acaban de condenar por integraci¨®n en organizaci¨®n terrorista y, seg¨²n la sentencia, descubierto un rosario de mentiras sostenidas durante a?os. Cuando regres¨® a Espa?a tras un calvario de cinco a?os de c¨¢rcel y torturas en la prisi¨®n de Guant¨¢namo logr¨® ser absuelto en la Audiencia Nacional. En los numerosos encuentros que mantuvo con este peri¨®dico jur¨® que nunca hab¨ªa luchado como muyahidin junto a los talibanes ni participado en acciones terroristas cuando en el a?o 2000 fue detenido en Afganist¨¢n. ¡°All¨ª compr¨¦ un taxi y una carnicer¨ªa que me regentaban unos afganos¡±, afirmaba sentado con una taza de t¨¦ en un bar del barrio madrile?o de Lavapi¨¦s. El diario que reproduce hoy EL PA?S ha sido una de las pruebas en las que se han apoyado tres magistrados para condenarle.
Conseguimos matar a diez de los suyos y destruir un tanque y un blindado
¡°Nac¨ª y me cr¨ªe en un hogar religioso y conservador donde aprend¨ª de memoria el Cor¨¢n con solo 11 a?os. Viv¨ªamos sometidos porque el Gobierno se hab¨ªa apropiado de todas nuestras tierras con el pretexto de que eran para un bien general. Tras el acoso, toda mi familia tuvo que trasladarse a otras ciudades y nos convertimos en extra?os cuando somos los aut¨®ctonos y la historia es testigo de que fueron nuestros padres quienes expulsaron de nuestras tierras al colonizador espa?ol¡±, arranca el diario.
Lahcen afirma que siguiendo el consejo de su padre se traslad¨® a Madrid en busca de trabajo donde termin¨® en una c¨¢rcel por tr¨¢fico de drogas. ¡°Mi vida sufri¨® una transformaci¨®n por las diferencias culturales¡ Entr¨¦ en el campo de la venta de hach¨ªs y eso me llev¨® a la c¨¢rcel tras una condena de 4 a?os, pero gracias a Dios ha sido un motivo para cambiar el cauce de mi vida, me arrepent¨ª y decid¨ª encaminar mi vida hacia Alah gracias a la amistad con unos hermanos. La c¨¢rcel fue mi escuela donde aprend¨ª mucho¡¡± ¡°Cuando sal¨ª decid¨ª no volver a la situaci¨®n anterior a la prisi¨®n, la desviaci¨®n y los pecados que me llevaron a la c¨¢rcel. Decid¨ª cambiar de ambiente y de lugar y busqu¨¦ un pa¨ªs donde vivir en el islam y en una sociedad isl¨¢mica. Y solo encontr¨¦ Afganist¨¢n como refugio y me encomend¨¦ a Alah¡±.
Nuestra alegr¨ªa por los atentados del 11 de septiembre fue inmensa, afirma en su escrito
El salafista marroqu¨ª, natural de Alhucemas, describe su viaje a Turqu¨ªa en el 2000 rumbo a Afganist¨¢n donde le detuvieron y dieron 48 horas para abandonar el pa¨ªs. No cuenta que junto a ¨¦l fueron tambi¨¦n detenidos tres de sus amigos: Amer el Azizi, Said Berraj y Salahedin Benyach. A?os despu¨¦s todos acabaron mal: Azizi muerto bajo las bombas de un avi¨®n Predator de EE. UU. en Pakist¨¢n, Benyach preso en Marruecos y Berraj huido tras participar presuntamente en la matanza del 11-M. Desde Estambul ¡°viaj¨¦ a Siria y de ese pa¨ªs llegu¨¦ a Afganist¨¢n. All¨ª encontr¨¦ todo aquello que buscaba: el islam, un pa¨ªs isl¨¢mico, Gobierno y un pueblo que me recibi¨® y me acogi¨® como hermano...¡± ¡°Me acogieron con generosidad¡. que Alah les devuelva la bandera de su Califato¡±.
Ikasrrien describe su paso por Kabul donde convivi¨® con ¡°numerosos hermanos muyahidines ¨¢rabes¡± y como se traslad¨® hasta hasta Jouj donde su misi¨®n consisti¨® en controlar las fronteras del Califato y se enfrent¨® a las fuerzas de Al Mesaud (Ahmed Shah Massud?, dirigente de la Alianza del Norte que combati¨® a los talibanes). ¡°Conseguimos matar a 10 de los suyos y la destrucci¨®n de un tanque y un blindado. Por nuestra parte cay¨® herido uno de los hermanos de origen uzbeko y tres heridos de origen ¨¢rabe¡ Los enfrentamientos espor¨¢dicos entre nuestras fuerzas y las suyas no cesaban porque se llevaban a cabo cada 24 horas. Las armas con las que nos atacaban eran tanques de ¨²ltima generaci¨®n y armamento sofisticado. Entre las armas utilizadas contra nosotros hab¨ªa de fabricaci¨®n iran¨ª, especialmente misiles y tanques rusos¡.¡±. ¡° Tras la participaci¨®n en estas batallas aprendimos como se trata con los enemigos en el campo de batalla¡¡±
El ex preso de Guant¨¢namo que siempre hab¨ªa negado su participaci¨®n en actividades armadas en Afganist¨¢n dedica parte de su diario para glosar con admiraci¨®n presuntas haza?as b¨¦licas de alguno de sus hermanos ¨¢rabes. ¡°He presenciado como uno de los hermanos que proced¨ªa del Golfo Ar¨¢bigo sal¨ªa de su posici¨®n para disparar con sus Kalasnikov al enemigo a cuerpo descubierto para matar a dos de ellos y arrebatarles sus armas y volver sano y salvo, hecho que sorprendi¨® al resto de los hermanos por su valent¨ªa¡. En esta operaci¨®n tambi¨¦n se encontraba uno de los hermanos yemenitas famosos que hab¨ªa participado en numerosas operaciones militares en Bosnia, Chechenia, Yemen y Afganist¨¢n y con la bendici¨®n de Alah consigui¨® alcanzar y destruir un tanque enemigo y provoc¨® su retirada por las numerosas bajas sufridas y el n¨²mero de heridas en sus filas. A esta operaci¨®n le puse el nombre de Nescaf¨¦ porque est¨¢bamos preparando el caf¨¦ para desayunar..¡±
Lahcen describe, tambi¨¦n, el asesinato de Massud, el dirigente de la Alianza del Norte que combat¨ªa a los talibanes. ¡°Fue una sorpresa para nosotros porque vimos muchos disparos al aire y m¨¢s tarde supimos que eran expresiones de j¨²bilo y alegr¨ªa por la muerte del enemigo de Alah..¡± ¡°En esos d¨ªas recibimos la visita del dirigente de los hermanos uzbekos Taharjan y el emir militar Jamas Jay, emir de los hermanos de la zona norte que posteriormente muri¨® durante la retirada. En esa ¨¦poca pudimos observar que hab¨ªa aviones americanos que sobrevolaban el espacio en sus ruedas de reconocimiento que tomaban im¨¢genes de las zonas en las que nos encontr¨¢bamos. En esos d¨ªas ocurrieron los atentados del 11 de septiembre. Nuestra alegr¨ªa fue inmensa al recibir la noticia y todos deseamos haber estado con esos hermanos por todos los sufrimientos que injustamente padecemos por parte de Am¨¦rica¡.¡± Antes de su ¨²ltima detenci¨®n Ikasrrien hab¨ªa manifestado a este peri¨®dico estar en contra de la violencia.
Lahcen se describe como emir (jefe) del grupo en Afganist¨¢n. Para los jueces tambi¨¦n lo era en Madrid
En la parte final de su relato el muyahid¨ªn describe con detalle las bajas de dos de sus compa?eros de filas y se convierte en protagonista. ¡°Me encontraba en un frente que hizo una fuerte resistencia contra el enemigo y tuvimos a dos hermanos entre nuestras bajas, Abusalim el checheno, y el hermano Al Gahgah, el yemen¨ª que Alah los tenga en su gloria.
Ikasrrien se describe a s¨ª mismo como el emir (jefe) de un grupo de seis personas ¡°sedientas y hambrientas¡± que ¡°bajo el intenso bombardeo y hostigamiento del enemigo¡± camin¨® por el desierto durante 90 kil¨®metros en direcci¨®n a la ciudad de Kunduz. Seg¨²n su relato le acompa?aban dos pakistan¨ªes, uno de ellos menor de edad, dos saud¨ªes, uno de 16 y otro de 19 a?os, y Mohamed, un afgano que hac¨ªa de int¨¦rprete. Asegura que los j¨®venes saud¨ªes murieron como ¡°m¨¢rtires¡± y termina su diario describiendo en varios folios su llegada a la ciudad de Kunduz y la negociaci¨®n de los talibanes con Dostum ( el general uzbeco Abdul Rashid Dostum) para pasar a la zona de Herat Mazar-i- Sharif. ¡°Se orden¨® la salida de Kunduz, lo cual es un error militar enorme¡±, concluye. El diario inacabado termina as¨ª: ¡°en nombre de Alah clemente y misericordioso. Soy Lahcen Ikasrrien¡±.
En 2006 este hombre revel¨® a EL PA?S las torturas sufridas durante varios a?os en Camp Five, el campo m¨¢s duro de la prisi¨®n de Guant¨¢namo adonde le condujeron los militares norteamericanos despu¨¦s de ser capturado en la fortaleza de Qila-i-Jhangi, a las afueras de Mazar-i-Sharif, donde la rebeli¨®n de los mercenarios extranjeros que ayudaban a los talibanes termin¨® en una masacre de 600 presos, denunciada por la ONU. ?l era uno de ellos y sobrevivi¨®, aunque el impacto de un misil norteamericano le revent¨® una mano y un brazo que mostraba con orgullo. Este fue uno de los episodios m¨¢s tr¨¢gicos de la invasi¨®n norteamericana en Afganist¨¢n. Tambi¨¦n describi¨® por primera vez las visitas secretas de polic¨ªas espa?oles que acudieron a Guant¨¢namo para interrogarle.
Lahcen relat¨® los malos tratos sufridos en Kandahar donde antes de ser traslado a Cuba un soldado le coloc¨® en su mano derecha una pulsera en la que se le¨ªa : ¡°Animal n¨²mero 64¡±. Un avi¨®n militar lo devolvi¨® a Espa?a en julio de 2005 junto al denominado talib¨¢n ceut¨ª, Hamed Abderram¨¢n y tras obtener la libertad se cas¨® y tuvo dos hijos. En junio de 2014 la Polic¨ªa le detuvo en Madrid junto a otras ocho personas por captar voluntarios para el ISIS. ¡°Sigo sin trabajo, sigo igual que siempre. Nadie me ayuda y ahora casado y con dos hijos todo es m¨¢s dif¨ªcil¡±, confesaba al otro lado de su tel¨¦fono m¨®vil semanas antes de ser detenido.
?investigacion@elpais.es
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