Juicio al empresario que convivi¨® tres meses con su v¨ªctima descuartizada
El constructor confes¨® que guard¨® el cad¨¢ver troceado de un narco en un congelador en Pontevedra pero el m¨®vil sigue siendo un misterio
El juicio por el macabro crimen del marinero y narcotraficante venezolano con residencia en Espa?a Jos¨¦ Jes¨²s Gonz¨¢lez Isasis, de 44 a?os, ocurrido hace dos a?os en la localidad pontevedresa de Ponteareas, arranca este lunes con un tribunal popular en la Audiencia de Pontevedra sin que los investigadores hayan podido aclarar el m¨®vil.
Acusado de asesinato y con una petici¨®n de condena de 16 a?os, el empresario Jos¨¦ Antonio Frutos Ayala, de nacionalidad paraguaya y de 58 a?os, ten¨ªa una empresa de construcci¨®n y era amigo de la v¨ªctima. Actu¨® con absoluta frialdad, seg¨²n el Ministerio Fiscal, y cont¨® con un encubridor, el apoderado de su empresa, que le ayud¨® a huir a Portugal, donde se escondi¨® durante seis meses.
Aunque se entreg¨® voluntariamente ante la Guardia Civil, Frutos Ayala se limit¨® a reconocer la autor¨ªa del crimen pero no lleg¨® a confesar los verdaderos motivos que le indujeron a cometer el atroz asesinato. La investigaci¨®n se centr¨® en un principio en un ajuste de cuentas relacionado con el narcotr¨¢fico por el historial de la v¨ªctima, que hab¨ªa sido condenado a nueve a?os de c¨¢rcel y luego se enrol¨® como contramaestre del barco San Miguel, apresado con 3,5 toneladas de coca¨ªna en 2008, en una operaci¨®n nunca aclarada al huir el principal testigo de cargo del juicio.
Todo comenz¨® en la tarde del d¨ªa 21 de marzo de 2014, cuando Gonz¨¢lez Isasis, que viv¨ªa en Gondomar (Nigr¨¢n) y era padre de dos hijos, fue a visitar a su asesino para pasar con ¨¦l una noche de copas por Ponteareas. La fiesta acab¨® a primeras horas de la ma?ana del d¨ªa siguiente cuando ambos regresaron al piso del empresario.
Sin que haya quedado acreditado que el presunto asesino hubiera ingerido bebidas alcoh¨®licas u otras sustancias que afectaran a su capacidad, apunta el fiscal, se desat¨® entre los dos una discusi¨®n verbal que acab¨® cuando el acusado golpe¨® en la cabeza a su amigo con un objeto contundente, posiblemente una plancha, ¡°fractur¨¢ndole el cr¨¢neo y destruy¨¦ndole parte del cerebro¡±, se?ala en el escrito de acusaci¨®n.
La agresi¨®n fue muy violenta, de tal forma que Frutos Ayala ¡°ejecut¨® los golpes mortales sin gestos previos que pusieran en alerta ni permitieran a Jos¨¦ Jes¨²s Gonz¨¢lez poder defenderse¡±, dice el fiscal. Y afirma tambi¨¦n que ¡°el acusado efectu¨® los golpes con ¨¢nimo de causar la muerte¡±, seg¨²n acreditaron los m¨¦dicos forenses.
Entonces, Frutos Ayala pas¨® a ejecutar la segunda parte de su macabro plan cuando decidi¨® ocultarlo en un arc¨®n congelador, dejando pistas de su autor¨ªa a la polic¨ªa judicial. Fue a una tienda a comprar el electrodom¨¦stico y con una sierra el¨¦ctrica seccion¨® el cad¨¢ver a la altura del tronco y las rodillas, mientras contestaba a las llamadas de la familia que hac¨ªan al tel¨¦fono de su amigo, dici¨¦ndole a su hermana que este se encontraba bien.
As¨ª convivi¨® casi tres meses con el cad¨¢ver de su amigo hasta que el 6 de junio la Guardia Civil lo descubri¨® tras registrar el piso por indicaci¨®n de la familia de Isasis, que hab¨ªa denunciado su desaparici¨®n. Para entonces, Jos¨¦ Antonio Frutos ya hab¨ªa huido a Portugal con la ayuda de su socio, David Pumares Abal, y apoderado de su empresa, Construcciones y Excavaciones Galinort, que le facilit¨® un coche para que pudiera escapar de la polic¨ªa.
El empresario, eludiendo la orden europea de detenci¨®n que hab¨ªa decretado contra ¨¦l un juzgado de Pontevedra, lleg¨® con el veh¨ªculo hasta la estaci¨®n de autobuses de Viana do Castelo, en Portugal, y desde all¨ª huy¨® a Lisboa. Seis meses despu¨¦s regres¨® a Ponteareas, donde se present¨® en el cuartel de la Guardia Civil para confesar la autor¨ªa del brutal crimen.
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