El presidente de CaixaBank: ¡°Las sociedades que progresan son las contrarias al pelotazo¡±
Jordi Gual defiende el compromiso social en el foro Sociedad civil y cambio global
El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha defendido este martes la cultura del esfuerzo frente a la tentaci¨®n de los beneficios f¨¢ciles que definieron la ¨¦poca de la aceleraci¨®n urban¨ªstica espa?ola, en el que ha sido su primer acto p¨²blico en el cargo. En un di¨¢logo con el periodista I?aki Gabilondo, en el marco de las jornadas Sociedad civil y cambio global, impulsadas por EL PA?S y la Universidad Aut¨®noma de Madrid (UAM), Gual ha afirmado que "las sociedades que progresan son las que anticipan, son tenaces y persistentes en su empe?o. Es lo contrario al pelotazo y al chanchullo".
El presidente de CaixaBank ha considerado que la estabilidad financiera es fundamental en la econom¨ªa moderna, mientras que las burbujas son lo que m¨¢s da?o causa. "No hay nada peor que una burbuja financiera inmobiliaria, que destroza vidas", ha dicho en referencia a los problemas sociales que ha provocado en el ¨¢mbito laboral, dejando a trabajadores, que en muchos casos renunciaron a sus estudios por los sueldos de la construcci¨®n, en una situaci¨®n de precariedad de la que dif¨ªcilmente pueden reponerse.
En el debate sobre los efectos del cambio tecnol¨®gico y del empleo, Gual ha asegurado que siempre ha estado "en el lado de los optimistas". "Nuestra capacidad no tiene l¨ªmite", ha dicho esperanzado, tomando el ejemplo de superaci¨®n de otras coyunturas complicadas. "Siempre habr¨¢ agoreros que dir¨¢n que el progreso destruye empleo. No es cierto", ha prevenido. Desde su punto de vista, con el cambio tecnol¨®gico el trabajo "cambia su naturaleza". Y ese cambio, ha argumentado, "enriquece a las sociedades y hace que dediquemos m¨¢s tiempo al ocio por nuestra capacidad de generar renta".
Con todo, Gual ha admitido que los cambios tecnol¨®gicos entra?an el riesgo de dejar obsoletas determinadas ocupaciones, un hecho que obliga a la formaci¨®n continua para poder afrontar la continuidad en el mercado laboral. El m¨¢ximo responsable de la entidad financiera ha mantenido que el pleno empleo "no una cuesti¨®n de demanda, sino de oferta", y que sin una formaci¨®n permanente, junto a los incentivos oportunos para las alternativas, no ser¨¢ posible tener "una poblaci¨®n empleable".
A lo largo del di¨¢logo con Gabilondo, Gual se ha referido a la responsabilidad social de la compa?¨ªa que preside, en la que ha incidido que contratan "a gente que est¨¦ dispuesta a cambiar" y que, aunque su voluntad es "contratar trabajadores para siempre", no pueden garantizarlo "porque la rapidez de los cambios tecnol¨®gicos provocan dislocaciones".
La empresa que requiere la colaboraci¨®n de muchas personas, como es el caso de CaixaBank, "solo consigue confianza si los activos que forman parte de ella se comprometen en ella", ha subrayado. "Necesitamos trabajadores que crean en el proyecto de la empresa y no subasteros que se ir¨¢n a la primera oferta".
Respecto al cambio de condiciones que ha tra¨ªdo la reforma laboral, Gual ha deseado que el caso de CaixaBank fuera un ejemplo y que m¨¢s empresas lo adoptaran. Sin embargo, ha afirmado que "hay muchos ejemplos positivos" en Espa?a. Ha calificado el mundo laboral como "muy complejo" y ha apostado por que "tenga un cierto grado de regulaci¨®n", aunque para ¨¦l habr¨ªa que encontrar aquellas regulaciones que son "necesarias y justas".
El exdirector del departamento de Econom¨ªa del IESE ha situado los abusos por parte de empresarios en "el comportamiento individual", aunque ha advertido de que "la responsabilidad es de las dos partes: empresarios y trabajdores".
Ca?o: "Las grandes cabeceras ser¨¢n las que dominar¨¢n la conversaci¨®n en las redes"
Previamente al di¨¢logo entre Gual y Gabilondo, han inaugurado el foro el rector de la UAM, Jos¨¦ Mar¨ªa Sanz; el director de EL PA?S, Antonio Ca?o; el director del M¨¢ster en Gobernanza y Derechos Humanos, Antonio Rovira, y la decana de la Facultad de Derecho, Yolanda Valdeolivas.
En su intervenci¨®n, Ca?o ha definido los cambios como estimulantes, aunque "provocan recelos" porque se dejan cosas atr¨¢s y nos sentimos desprotegidos. Pero son "una oportunidad" que no se puede desaprovechar. El director de EL PA?S se ha referido a la revoluci¨®n tecnol¨®gica que afrontan los peri¨®dicos, que "ha democratizado la informaci¨®n y ha bajado de sus p¨²lpitos a los viejos santones del periodismo".
Ca?o ha aludido al fen¨®meno de las redes sociales, aunque tambi¨¦n ha advertido de su uso perverso. Pese a sus riesgos, ha celebrado que no hayan conseguido distraer a las grandes cabeceras mundiales de la labor social del periodismo. Esto es, atender los intereses de los lectores, exponer libremente sus puntos de vista cuando la ocasi¨®n lo requiera, dar cabida a todas las opiniones y conducir las informaciones por el terreno de la racionalidad. El director de EL PA?S ha afirmado que "las grandes cabeceras ser¨¢n las que dominar¨¢n la conversaci¨®n en las redes".
"Las redes sociales son un instrumento formidable, pero tambi¨¦n se han convertido en un campo abonado para la desinformaci¨®n y el odio", ha prevenido. Ca?o ha criticado la creaci¨®n de "realidades artificiales al gusto del consumidor" bajo la premisa de que "lo impactante puede m¨¢s" frente al rigor de la informaci¨®n. "De nada parecen servir el matiz y la moderaci¨®n", ha deplorado frente a las "cacer¨ªas" que se dirigen por las redes en funci¨®n de intereses que exceden los del periodismo.
El director de EL PA?S ha apuntado hacia los confidenciales, "que no buscan lectores, sino adeptos" por su contribuci¨®n al uso desestabilizador de las redes sociales.
La crisis que empez¨® a azotar el mundo en 2008 no solo ha trastornado el escenario en el que nos mov¨ªamos, sino la obra que sobre ¨¦l represent¨¢bamos. Adem¨¢s, ahora el escenario y la obra interact¨²an de forma constante mientras se mueven y se transfieren modificaciones sin cesar, que a su vez introducen nuevos cambios. Nada o casi nada es como que era. El juego cambia mientras se juega y tambi¨¦n las reglas. Para abordar esa situaci¨®n, que ha llenado el presente y el futuro de dilemas e incertidumbres sociales, EL PA?S y la UAM han organizado el foro Sociedad civil y cambio global, unas jornadas iniciadas este martes y que se desarrollan hasta el jueves en la Facultad de Derecho de este campus.
Ideas y creencias
Tras el di¨¢logo de la ma?ana, el foro ha abordado las principales claves del Informe C¨¢ritas, dentro del apartado Ideas y Creencias, que ha abordado la creciente complejidad y pluralismo de las sociedades desde el punto de vista de las comunidades religiosas. El presidente de C¨¢ritas Espa?a, Rafael del R¨ªo, y Francisco Lorenzo, secretario de la Fundaci¨®n FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociolog¨ªa Aplicada), han desmenuzado las entra?as de este documento que este a?o lleva por t¨ªtulo Exclusi¨®n social y recuperaci¨®n econ¨®mica.
Del R¨ªo recurri¨® a una reflexi¨®n del Papa sobre ¡°el descarte social¡±: los parados, que ha generado una econom¨ªa basada en la especulaci¨®n, y los inmigrantes, valorados con mentalidad mercantilista reclamados a gritos cuando eran necesarios y despreciados cuando han dejado de serlo. "La pobreza y la exclusi¨®n son los principales desaf¨ªos a los que se enfrenta la Uni¨®n Europea". diagnostic¨®.
En la memoria de C¨¢ritas se puede apreciar una cierta mejor¨ªa respecto a los a?os anteriores, ha revelado. "Nuestra sociedad ha sido m¨¢s generosa y han aumentado los voluntarios", ha explicado. Con todo, usando palabras del Papa, ha advertido que "nadie puede limitarse a ser un espectador y un mero observador". ¡°Ante una creciente radicalizaci¨®n y politizaci¨®n el di¨¢logo es lo que se espera de nosotros¡±, ha urgido.
El secretario de FOESSA, por su parte, ha recurrido a una met¨¢fora para profundizar en la respuesta a la pregunta de si estamos al final de la crisis. Haciendo una trasposici¨®n entre la crisis y un terremoto, llam¨® la atenci¨®n sobre las personas que est¨¢n debajo de los escombros. Se pregunt¨® si la crisis es algo casual como los terremotos, o si podemos estar viviendo encima de una falla y puede haber m¨¢s terremotos. Tambi¨¦n se pregunt¨® si tras los temblores y las r¨¦plicas salimos m¨¢s preparados o no.
El soci¨®logo asegur¨® que todav¨ªa son muchas las personas que viven bajo los escombros a tenor de los datos del paro (21% de tasa) o del paro de larga duraci¨®n (43,5%). Y llam¨® la atenci¨®n sobre el dato de que solo un tercio de la poblaci¨®n no est¨¢ afectado por los indicadores de exclusi¨®n social.
Lorenzo remarc¨® que los riesgos estructurales contin¨²an hoy. La riqueza sigue sin distribuirse, se genera empleo precario y dos de cada tres personas que est¨¢n en exclusi¨®n social vienen de la ¨¦poca en la que nos dec¨ªan que est¨¢bamos ¡°en la ¡®Champions League¡¯ de la econom¨ªa¡±. ¡°Los m¨¢s pobres son los que m¨¢s han resultado afectados por la crisis¡±, razon¨®. Y lanz¨® una seria advertencia: ¡°Estamos volviendo a levantar edificios encima de la misma falla¡±.
El ¨²ltimo acto de este martes ha sido la mesa redonda Organizaci¨®n de las sociedades. Identidad social e integraci¨®n, en la que han participado Riay Tatary, presidente de la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Espa?a; Isaac Querub, presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a; Mariano Bl¨¢zquez, secretario general de la Federaci¨®n de Entidades Religiosas Evang¨¦licas de Espa?a y Rafael del R¨ªo, presidente de C¨¢ritas. Moderaba el debate Javier Moreno, director editorial de PRISA.
Todos los representantes de las comunidades religiosas abogaron por la educaci¨®n y el respeto al otro como la clave de la convivencia.
Riay Tatary se refiri¨® a la mezquita como aglutinante de la comunidad musulmana en Espa?a, donde hay 1.500 comunidades registradas. Destac¨® "la gran capacidad de adaptaci¨®n de los musulmanes" al pa¨ªs en el que viven y que "consideran su patria". "Poco a poco se est¨¢n integrando", afirm¨®, aunque contrapuso que "la integraci¨®n es cuesti¨®n de dos".
El representante de la comunidad jud¨ªa, Querub, defini¨® a los jud¨ªos como una minor¨ªa exigua que en Espa?a supone menos de 100.000 personas. "Nos sentimos bien y perfectamente integrados desde la Constituci¨®n de 1978", reconoci¨®, aunque se?al¨® que "no siempre fue as¨ª". "El advenimiento de la democracia supuso un cambio radical", celebr¨®.
Mariano Bl¨¢zquez se refiri¨® a los protestantes como "una minor¨ªa soterrada en la sociedad". Repas¨® los problemas de existencia en Espa?a ante la supremac¨ªa jur¨ªdica de la Iglesia cat¨®lica, algo que no acab¨® cono la Constituci¨®n del 78, seg¨²n relat¨®. "No hay un estatus jur¨ªdico igualitario para todas las religiones", lament¨®. Con todo, reconoci¨® que en la etapa de la democracia es en la que mejor han podido funcionar.
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