Cuando la tribu manda
El PSC imita a los nacionalistas para distinguirse del PSOE y ser buen catal¨¢n
El PSC siempre ha sido un partido bastante raro, ya desde su nacimiento en plena Transici¨®n pol¨ªtica. All¨ª se juntaron dos sectores sociales y culturales de procedencia muy distinta.
Por un lado, un sector obrero, pero obrero obrero, de aquellos obreros que ahora ya no existen: pelo negro, tez morena, manos callosas, nacidos en familias campesinas de la Espa?a del centro y del sur, emigrados a Catalu?a en los a?os cincuenta y sesenta del siglo pasado, que viv¨ªan hacinados en ciudades cercanas a Barcelona o Tarragona que, en estos mismos a?os, hab¨ªan visto multiplicar, como m¨ªnimo, su poblaci¨®n por diez. Era la Barcelona metropolitana, pol¨ªticamente denominada entonces como ¡°el cintur¨®n rojo¡±. Esta fue una componente del PSC, exactamente la que aportaba los votos.
El otro sector estaba formado por clases medias que se sent¨ªan antifranquistas, entre los que destacaban j¨®venes profesionales bien formados. Bastantes se sent¨ªan catalanistas, muy distintos, dec¨ªan ellos, a los nacionalistas de Jordi Pujol. Si el sector obrero pon¨ªa los votos, este sector mesocr¨¢tico ocupaba los cargos. Excepto en la mayor¨ªa de Ayuntamientos metropolitanos, donde los alcaldes estaban acomplejados ante la superioridad intelectual y profesional de los socialistas catalanistas.
Algunos creyeron que se pod¨ªa distinguir entre nacionalista y catalanista. Un esfuerzo meritorio pero vano, como se ha demostrado. Al final, te llames como te llames, la tribu manda y exige: has de definirte. Como dec¨ªa El Roto en una de sus filos¨®ficas vi?etas: ¡°El odio al otro es el cimiento de las naciones¡±. Hubo odio, sutilmente lo fue inoculando el pujolismo. Odio a Espa?a, naturalmente, y el PSOE forma parte de Espa?a. El PSC es un partido distinto, cada vez m¨¢s distinto. Entonces nunca ganaba en las elecciones auton¨®micas, pero siempre ganaba en las generales, en las que se votaba al l¨ªder del PSOE.
De esta amalgama sale Iceta, listo, h¨¢bil, culto y con experiencia de partido. Por cierto, para nada nacionalista, hasta ahora. Todo se ha ido transformando, ya no hay obreros de los de antes, los m¨¢s nacionalistas se fueron no hace mucho. Y, sin embargo, el PSC es una piedra en el zapato del PSOE, ahora m¨¢s que nunca. Desobedece Artur Mas las leyes, desobedece Iceta al PSOE. La cuesti¨®n es imitar a los nacionalistas, distinguirse del PSOE, ser buen catal¨¢n.
El nacionalismo ha dictado desde hace a?os que el enemigo a batir es el PP; pues a combatir al PP. El PSC de Iceta es el PSC de siempre, pero peor. Iceta est¨¢ acomplejado, debe demostrar que no es el que piensan, sino un fiel servidor de la tribu, debe cumplir las exigencias de quienes mandan y demostrar que el PSOE es Espa?a.
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