??igo de la Serna, un ingeniero c¨¢ntabro en Fomento
El alcalde de Santander es uno de los j¨®venes pol¨ªticos del PP con mayor proyecci¨®n
??igo de la Serna (Bilbao, 1971), alcalde de Santander y nuevo ministro de Fomento, es uno de los j¨®venes valores del PP a quien se otorgaba mayor proyecci¨®n pol¨ªtica en los ¨²ltimos a?os. Ha sido uno de los pocos regidores conservadores de capital de provincia, junto con el de M¨¢laga, que sobrevivi¨® a la sacudida electoral de las municipales de mayo de 2015 y Rajoy se lo ha premiado con un salto sin red a la pol¨ªtica nacional.
De la Serna, ingeniero de caminos, llevar¨¢ las riendas del departamento con m¨¢s capacidad de inversi¨®n en una ¨¦poca de fuertes ajustes presupuestarios y ser¨¢ vigilado con especial atenci¨®n en su propia regi¨®n, Cantabria, tradicionalmente una de las peores dotadas en infraestructuras y cuyo presidente, Miguel ?ngel Revilla, ha hecho de la llegada del AVE ¡ªo de un tren de similares prestaciones¡ª un caballo de batalla con Madrid. M¨¢s all¨¢ de su comunidad, deber¨¢ lidiar con reclamaciones hist¨®ricas en toda Espa?a, como el corredor ferroviario mediterr¨¢neo, o los desaf¨ªos del AVE a Galicia o las reclamaciones catalanas sobre la gesti¨®n de los aeropuertos y los peajes. Una de sus probables pesadillas puede ser el rescate de las autopistas radiales de Madrid, abocadas a la quiebra.
En diciembre de 2014, siendo presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP), ¨¦l mismo se descartaba, en un desayuno informativo, para ir a Madrid. Eso no le impidi¨® dar varias pinceladas sobre sus ideas pol¨ªticas de base. De la Serna alertaba entonces de que ¡°movimientos demag¨®gicos¡±, en referencia a Podemos, suponen una amenaza para la recuperaci¨®n econ¨®mica; acusaba al entonces presidente catal¨¢n Artur Mas de ¡°olvidarse de dos de cada tres catalanes¡± y sosten¨ªa que la corrupci¨®n pol¨ªtica no es un problema sist¨¦mico sino de algunas personas.
Su gesti¨®n como alcalde de Santander, ciudad que gobierna desde 2007, no ha suscitado grandes controversias. Durante su mandato, la capital c¨¢ntabra, una de las m¨¢s envejecidas de Espa?a, ha ganado nuevos parques, como el de Las Llamas o el muelle de Gamazo, herencia de la Copa del Mundo de Vela, y contar¨¢ con nuevos equipamientos culturales, como el Centro Bot¨ªn, aun por terminar. Adem¨¢s, la ciudad se ha llenado de escaleras mec¨¢nicas y ascensores para que unos vecinos cada vez m¨¢s ancianos salven algunas de las pendientes m¨¢s duras para acceder a sus casas. Tambi¨¦n ha hecho gran hincapi¨¦ en la implantaci¨®n de herramientas telem¨¢ticas para la gesti¨®n de la ciudad. Sus detractores le critican el gusto por las maquetas y los planos mientras descuida otros aspectos como el transporte p¨²blico.
El final de su mandato se ha visto empa?ado por la decisi¨®n del Tribunal Supremo de anular el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de la ciudad. El alto tribunal ha tumbado la herramienta de planificaci¨®n fundamental tras un recurso de los ecologistas. Este documento, que hered¨® de su antecesor, Gonzalo Pi?eiro, pero que ha asumido como propio, agota el suelo urbanizable de la ciudad en un momento en que el precio de la vivienda empuja a los j¨®venes a las ciudades de la periferia santanderina y la poblaci¨®n decrece por el envejecimiento inexorable.
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