El porqu¨¦ de Diana Quer
La desaparici¨®n de la joven madrile?a lo re¨²ne todo: una mujer atractiva, una familia acomodada y la sombra, improbable, del crimen dom¨¦stico
Cien d¨ªas despu¨¦s de haberse producido la desaparici¨®n de Diana Quer, con el transcurso del tiempo no ha sido una raz¨®n para olvidarnos de ella, sino un argumento para estimular las expectativas. Lo prueban los datos de audiencia y la manera en que se retroalimentan los programas, los diarios y los espectadores, en el inter¨¦s que siempre han despertado las noticias de sucesos.
No todas adquieren la relevancia de Diana Quer. Ni todos los casos morbosos re¨²nen una familia acomodada, el reclamo de una mujer joven, atractiva, la oportunidad de meterse a hurgar en una casa ajena y la sospecha de un crimen dom¨¦stico.
Y no es que haya razones para localizar ning¨²n c¨®mplice o part¨ªcipe en la familia de la muchacha ¡ªtodo lo contrario¡ª, pero la memoria de la opini¨®n p¨²blica tiene muy arraigados los casos de Bret¨®n y Asunta, como si la excepci¨®n fuera la regla. Y como si esper¨¢ramos in extremis una confesi¨®n arrebatadora.
Se ha establecido incluso un debate nacional, un derbi, que divide la sociedad entre partidarios de la madre y del padre, al que han contribuido ellos mismos recreando la beligerancia de su divorcio. Y particip¨¢ndonos de intimidades ¡ªla anorexia, los antidepresivos, las luchas por la custodia, los malos tratos psicol¨®gicos¡ª que han desviado la atenci¨®n del caso a espacios marginales.
O no tan marginales, pues la acomodada familia Quer probable y c¨ªnicamente nos parece peor que la nuestra, aunque la nuestra no saldr¨ªa indemne del escrutinio p¨²blico si entraran las c¨¢maras en casa y operara a su antojo el microscopio. Planea la desmitificaci¨®n de la familia, se somete al escarnio la certeza de la c¨¦lula embrionaria de la sociedad, como est¨¢ ocurriendo con tantas series de ficci¨®n que resultan tan reales, incluidos los hitos de Ray Donovan, Shameless o Bloodline.
Cada a?o desaparecen en Espa?a entre 14.000 y 20.000 personas. Y se dir¨ªa que Diana Quer, no pretendi¨¦ndolo, representa a todas en la atenci¨®n medi¨¢tica y en la expectativa de la opini¨®n p¨²blica, de forma que los investigadores han concedido al asunto un valor prioritario, no discriminando otros dosieres, pero asumiendo al tiempo una presi¨®n que lucha con el tiempo o contra el tiempo. Y que se expone cada d¨ªa a la filtraci¨®n de noticias, rumores, peritajes, especulaciones.
La resoluci¨®n del caso tendr¨ªa un valor cat¨¢rtico de propaganda, en la acepci¨®n noble del sustantivo. Y el escenario contrario conllevar¨ªa una frustraci¨®n. Todo o nada, esa es la fuerza del caso Quer en su proyecci¨®n de una sociedad obsesionada con el vecino.
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