La disputada fortuna de los Sala-Mart¨ªnez

La expresi¨®n latina cui prodest (?a qui¨¦n beneficia?) es el argumento subliminal de las pesquisas en el crimen de Mari Carmen Mart¨ªnez, la viuda de Vicente Sala, expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM), ejecutada el 9 de diciembre en un concesionario de su propiedad y protagonista involuntaria de una investigaci¨®n cada vez m¨¢s restringida al ¨¢mbito familiar.

?A qui¨¦n beneficiaba el crimen? La respuesta no implica ninguna responsabilidad penal, pero coloca de relieve la ventaja financiera de las tres hijas de Mart¨ªnez que se hab¨ªan enemistado con ella por los negocios familiares tras la muerte en 2011 del patriarca del clan.

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La muerte de Mart¨ªnez supone que Mar, Fanny y Tania asumen el 60% del accionariado del emporio Samar. E implica, claro, que la difunta madre no puede ejercer la acci¨®n de oro con la que vetaba cualquier decisi¨®n contraria a sus intereses y a los de su hijo, pues Vicente Sala j¨²nior, titular de otro 20%, era su aliado en la disputa y el responsable ejecutivo de las decisiones fundamentales. Por eso quiso delegar en ¨¦l la acci¨®n de oro. Y por la misma raz¨®n, las tres hermanas recurrieron con ¨¦xito al Registro Mercantil para impedirlo, llevando m¨¢s lejos un litigio familiar cuyo verdadero origen proviene del momento en que Vicente Sala II, amparado por su madre, decidi¨® que la pr¨®spera empresa familiar ¡ªqu¨ªmicos, automoci¨®n, inmobiliaria...¡ª no iba a repartir m¨¢s dividendos entre los hermanos.

Semejante giro en el negocio tuvo un efecto traum¨¢tico y las tres hermanas abandonaron la finca de las afueras de Alicante donde su padre hab¨ªa construido un chalet a cada hijo al abrigo del caser¨®n familiar.

El ¨²nico contacto se produc¨ªa en los litigios judiciales. Las tres hermanas recurrieron al despacho Ur¨ªa, mientras que Mari Carmen y su hijo se encomendaron a un abogado que hab¨ªa trabajado en el bufete Garrigues, Jos¨¦ Mart¨ªn de la Leona, tratando de preservar la posici¨®n dominante en las decisiones.

Factura profesional

Este es el contexto en el que han sobrevenido la sorpresa y el drama de un crimen de factura muy profesional. La investigaci¨®n policial necesita de mayores evidencias antes de precipitar un v¨ªnculo con la crisis dom¨¦stica ¡ª?por qu¨¦ iba a inducirse un asesinato si las disputas estaban ya en los tribunales?¡ª, y una de las versiones, todav¨ªa preliminar, apunta al papel que podr¨ªan haber desempe?ado los miembros de la familia pol¨ªtica.

Se explica as¨ª que haya perdido bastante consistencia la hip¨®tesis seg¨²n la cual la ejecuci¨®n de Mart¨ªnez hab¨ªa sido un ajuste de cuentas relacionado con la actividad del holding empresarial en Latinoam¨¦rica. Samar est¨¢ arraigado en Venezuela, Argentina, Per¨², Colombia, Brasil y M¨¦xico, pero uno de los rasgos distintivos del crimen consiste en el perfecto conocimiento que el sicario ten¨ªa de los movimientos de la v¨ªctima. Esta fue sorprendida a punta de pistola en el t¨²nel de lavado de uno de sus concesionarios alicantinos. Y se vali¨® el homicida de una pistola con silenciador, cercior¨¢ndose previamente de que no hab¨ªa c¨¢maras de vigilancia.

Mart¨ªnez fallec¨ªa a los 72 a?os. Acostumbra a present¨¢rsela como la mujer de Vicente Sala y como beneficiaria consorte del emporio familiar. Pero la fortuna, en origen, no proviene de su marido, sino de su padre, Rafael Mart¨ªnez, cuya audacia en los negocios tiene su origen en la industria del reciclaje de neum¨¢ticos. Mart¨ªnez confi¨® la gesti¨®n de las empresas a su yerno. Y es cierto que Vicente Sala les proporcion¨® prosperidad, incluso mantuvo un perfecto equilibrio en su patriarcado. Tanto por el esfuerzo de mantener la familia unida como en la estabilidad financiera.

A su muerte, el emporio qued¨® dividido en seis partes. Cuatro de ellas correspondieron a sus hijos (20%). Un 2,5% a su cu?ada. Y el 17,5% a su esposa y hermana de esta, Mari Carmen, aunque dotada de la baza decisiva de la acci¨®n de oro.