El secreto de una escuela de pueblo

Samuel tiene cinco a?os y es un lince. Lee, escribe, sabe contar¡­ Dice que le gustan mucho m¨¢s las min¨²sculas que las may¨²sculas, d¨®nde va a parar. Y explica, muy serio con su babi azul, que la Constituci¨®n est¨¢ llena de derechos y deberes, que se lo han dicho hace unos d¨ªas. A su lado, Marcos, de tres a?os, pide en pie cantar el toro enamorado de la luna. Dicho y hecho. Son las 9.30 de la ma?ana y Samuel y Marcos est¨¢n en asamblea junto a 13 ni?os m¨¢s en la ¨²nica clase de la escuela infantil de Villaverde de ?scar, un pueblo segoviano de 623 habitantes.

El colegio de primaria est¨¢ en la calle de al lado. Tiene dos clases: una con 10 ni?os de seis, siete y ocho a?os y otra con 12 de nueve, diez y 11. Hay pocos chavales en el pueblo y hay que mezclarlos. La escuela pertenece al Centro Rural Agrupado Retama. Son seis colegios peque?os de localidades cercanas que comparten equipo directivo y varios profesores itinerantes.

La mayor¨ªa son aut¨¦nticos activistas de la escuela rural; maestros vocacionales en permanente formaci¨®n y convencidos de que esta forma de ense?ar ofrece muchas ventajas. ¡°Es complicado, pero apasionante¡±, dice Rosa Garc¨ªa, especialista en audici¨®n y lenguaje y secretaria de Retama. ¡°Hace falta mucha imaginaci¨®n para ir adapt¨¢ndose a las necesidades cambiantes de estas escuelas¡±. Ella, exalumna de un colegio rural, da apoyo a los ni?os que lo necesitan y, como el resto de los itinerantes, lleva el maletero del coche a reventar con material que traslada de un centro a otro.

Castilla y Le¨®n ha obtenido unos fabulosos resultados en el ¨²ltimo informe PISA, similares a los de Singapur, Finlandia, Jap¨®n o Canad¨¢, y los mejores de Espa?a. El examen internacional eval¨²a a chavales de 15 a?os, ya en el instituto, pero en esta comunidad la mitad de esos alumnos han llegado a la ESO procedentes de una escuela rural. El 68% de los centros p¨²blicos de infantil y primaria est¨¢n ubicados en localidades con menos de 10.000 habitantes. Son 453 centros que atienden al 48% del alumnado. De ellos, 194 son centros rurales agrupados, como Retama, que incluyen a 631 colegios peque?os como el de Villaverde de ?scar. As¨ª se favorece la escolarizaci¨®n de los ni?os en su pueblo, aunque sean pocos, y se evita que recorran cada d¨ªa largas distancias. De los 2.248 municipios de la regi¨®n, 1.975 tienen menos de 1.000 habitantes.

Clases casi particulares

Estos coles permiten una forma de funcionar diferente. La profesora de Samuel y Marcos se llama Alicia Polo. Lleva 26 a?os trabajando como maestra, y cuatro meses en esta escuela rural. ¡°Aqu¨ª, al ser tan pocos, la atenci¨®n que podemos darles los profesores es muy individualizada", dice. "Si a uno le cuestan las matem¨¢ticas, puedo trabajarlas con ¨¦l y atajar el problema desde el principio, algo que en una clase grande es mucho m¨¢s dif¨ªcil. Es una forma de ense?ar muy enriquecedora para todos".

"Mezclar ni?os de distintas edades, adem¨¢s, hace que se comporten como una gran familia¡±, a?ade. ¡°Son grupos compactos. Los ni?os mayores ayudan a los peque?os y aprenden los unos de los otros a trav¨¦s del trabajo cooperativo. Hay ni?os de cuatro a?os que se ponen a leer porque han visto hacerlo a los de cinco. Cuando hace falta, se separan. Despu¨¦s de la asamblea, Samuel y el resto de ni?os de cinco y cuatro a?os van a clase de lectoescritura con Nuria, la maestra de apoyo, mientras los peque?os de tres se quedan con Alicia dibujando.

All¨¢ donde preguntes, todos los ni?os dicen que les gusta la mezcla de edades. Los mayores dicen que cuidan a los peque?os y estos, que les encanta estar con los grandes. La clase de primero, segundo y tercero de primaria de Villaverde de ?scar tiene la pizarra dividida en tres partes para que cada curso sepa las tareas que le corresponden. Durante las lecciones, las profesoras se van acercando por grupos explicando la lecci¨®n a cada curso mientras los otros hacen alg¨²n trabajo. Dicen que para los docentes la f¨®rmula tiene su complicaci¨®n cuando se enfrentan por primera vez a ella, pero que una vez se organizan, las clases funcionan.

Aprender de la experiencia directa

En algunos aspectos, lo que se hace en estos coles por pura necesidad recuerda a la metodolog¨ªa que proponen caros centros privados de educaci¨®n Montessori o Waldorf de las grandes ciudades: mezclar ni?os de distintas edades, pocos chavales en cada clase (de 5 a 15 en Retama, muy lejos de los 25 o 28 que puede haber en una clase del centro de Madrid), una gran implicaci¨®n de las familias, muchas actividades al aire libre, aprender a trav¨¦s de la experiencia directa...

Porque, aunque las nuevas tecnolog¨ªas han llegado en forma de pizarras digitales, grupos de Whastapp o aulas virtuales para los maestros, estas escuelas no han perdido la relaci¨®n con la naturaleza, tan importante en los primeros a?os de la vida. Samuel y sus compa?eros salen cada recreo con sus carretillas, cubos y palas, sin miedo a ensuciarse, a un arenero enorme muy distinto de los patios carcelarios de algunos colegios de ciudad. Eduardo ?lvarez, jefe de estudios de Retama y tutor en Vallelado, a 16 kil¨®metros de Villaverde, aprovech¨® que muchos padres se dedican a la ganader¨ªa para explicar la reproducci¨®n a trav¨¦s del parto en directo de una oveja. Las clases de lectura las hacen muchas veces en el monte. Y, en otro de los centros de Retama, en Mata de Cu¨¦llar ¨Ccon solo dos clases y 15 ni?os en total-, el profesor de educaci¨®n f¨ªsica se lleva a los chavales de excursi¨®n en bicicleta a explorar los alrededores.

Pieza clave del sistema

El consejero regional de Educaci¨®n, Fernando Rey, asegura que las escuelas rurales son una apuesta y una pieza clave del ¨¦xito del sistema, que ha situado a la comunidad, la m¨¢s extensa y con mayor dispersi¨®n geogr¨¢fica de Espa?a, como la primera en ciencias y en comprensi¨®n lectora y la segunda en matem¨¢ticas en el informe PISA. La regi¨®n lleva desde 2003 por encima de los resultados de la OCDE, pero en la ¨²ltima evaluaci¨®n ha mejorado 23 puntos en comprensi¨®n lectora y 17 en ciencias.

Curiosamente, no es la m¨¢s rica ni la que m¨¢s invierte en educaci¨®n, y tiene un porcentaje mayor de padres con un nivel educativo bajo o medio-bajo (el 22%) que otras regiones peor situadas en este informe como Pa¨ªs Vasco, Navarra, Madrid, Cantabria, Catalu?a o Arag¨®n. A diferencia de lo que ocurri¨® en otros lugares, la comunidad decidi¨® durante los a?os de crisis no cerrar escuelas rurales (se mantienen cuando hay un m¨ªnimo de cuatro ni?os) y mantener la red.

Estos colegios, a priori, parten de algunas desventajas. Por sus propias caracter¨ªsticas, suelen tener m¨¢s carencias de instalaciones y materiales que los de ciudad. En Retama, por ejemplo, necesitan el mismo material que los dem¨¢s colegios... pero multiplicado por sus seis centros. Poco a poco se va resolviendo y ahora ya tienen pizarras digitales en todos. Adem¨¢s, por el reducido n¨²mero de ni?os, es m¨¢s dif¨ªcil que haya variedad de actividades extraescolares. Cuando llega la hora de ir al instituto, a los chavales a veces les cuesta salir del n¨²cleo casi familiar que es la primaria. Y, por otro lado, hay tambi¨¦n mucho profesor interino que dificulta la continuidad del proyecto educativo. Es algo que ocurre tambi¨¦n en las ciudades, pero aqu¨ª es a¨²n m¨¢s importante la coordinaci¨®n.

Frente a las dificultades, los maestros agudizan el ingenio. ¡°Tratamos de rentabilizar los recursos al m¨¢ximo, materiales y personales, y coordinarnos de forma presencial y a distancia aprovechando las nuevas tecnolog¨ªas: aulas virtuales, grupos de Whatsapp, foros...¡±, explica Ver¨®nica Cubero, directora de Retama y profesora de Ingl¨¦s. ¡°Y estamos en constante formaci¨®n con cursos on line y presenciales¡±. La comunidad tiene siete centros rurales de innovaci¨®n educativa dedicados a apoyar la ense?anza en este ¨¢mbito.

Relaci¨®n con las familias

¡°La relaci¨®n con las familias es cercana y fluida¡±, asegura Eduardo ?lvarez, el jefe de estudios. ¡°Aqu¨ª conoces al ni?o, a los padres, a los abuelos, sabes lo que el ni?o hace fuera del cole". "Familias y profesores vamos todos a una y los chavales lo ven", a?ade la directora. "Hay un respeto por el maestro. El colegio es una instituci¨®n fundamental para el desarrollo del pueblo, y la mayor¨ªa de la gente quiere colaborar. Si la familia apoya al cole y el cole a la familia, todo va bien¡±. Ella tuvo la oportunidad de cambiar a un colegio m¨¢s grande situado adem¨¢s en la localidad en la que vive, Cu¨¦llar, pero decidi¨® quedarse. ¡°Esta forma de ense?ar engancha¡±, asegura.

M¨®nica Porteros lleva a su hija de siete a?os al centro de Mata de Cu¨¦llar, y su hijo de 14, que ahora est¨¢ en el instituto, estudi¨® toda la primaria en el colegio. ¡°Todo es muy cercano¡±, asegura mientras su hija atiende a la profesora de m¨²sica. ¡°Luego a los ni?os les cuesta ir al instituto porque aqu¨ª han sido muy felices y han estado arropados. El pueblo, adem¨¢s, cobra vida con el colegio¡±. Las dos mellizas de 10 a?os de Est¨ªbaliz Calle estudian en Villaverde de ?scar desde los tres a?os. Su madre valora especialmente el trato personalizado y el tiempo que les dedican los profesores. ¡°Y los ni?os, al estar mezclados, se acostumbran a esperar, a que no les van a poder dedicar toda la clase a ellos. Aprenden a aprovechar cada explicaci¨®n¡±.

Hablando con familias y profesores, una cosa queda clara: lo importante que es tener maestros motivados y ratios reducidas. Los profesores tienen que innovar a la fuerza a la hora de ense?ar para adaptarse a las necesidades de escuelas que cambian mucho de a?o en a?o dependiendo de los ni?os que vayan naciendo en el pueblo. A los pol¨ªticos les piden sobre todo una cosa: un pacto por la Educaci¨®n que acabe con tanta reforma educativa que empantana en burocracia a los colegios y les aleja de lo realmente importante.

Sergio Sanz estudia 4? de la ESO en ?scar. Es un alumno brillante, hijo de un ama de casa y un alba?il, que estudi¨® infantil y primaria en las aulas de Villaverde. De esos a?os recuerda sobre todo el compa?erismo, que por las tardes segu¨ªan jugando juntos en el parque, lo atentos que estaban siempre los profesores, lo divertidas que eran algunas clases¡­ En el instituto no ha tenido ning¨²n problema y el director de su centro asegura que lleg¨® con un nivel muy bueno del centro rural agrupado ?Lo que menos le gustaba del cole? ¡°No s¨¦. He sido bastante feliz. Est¨¢bamos todos bien¡±.

Samuel, el ni?o de cinco a?os al que le gustan las min¨²sculas, desde luego parece feliz. Est¨¢ leyendo la palabra "pala" en el ordenador mientras su profesora intenta que sean otros quienes respondan. "T¨² espera un poco, Samuel, que ya te lo sabes todo", le dice. ?l intenta morderse la lengua, pero no puede resistirse ante las palabras nuevas que van apareciendo.