Surfeando el refer¨¦ndum
El embrollo llega cuando se pregunta a En Com¨² Podem y Colau hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar
El sufrido espectador de la pol¨ªtica catalana que intente comprender el posicionamiento de los partidos favorables al refer¨¦ndum corre riesgo de marearse. Y no solo porque los independentistas de Junts pel S¨ª abrazan ahora como ¨²nica verdad la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum que ni siquiera llevaban en su programa electoral. El espacio que se mueve en la ¨®rbita de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y de En Com¨² Podem tambi¨¦n est¨¢ utilizando t¨¢cticamente ese refer¨¦ndum hasta l¨ªmites complicados de digerir.
Ciertamente, tanto En Com¨² Podem como Colau siempre han reivindicado la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de independencia en Catalu?a, aunque sea para defender la continuidad de esa comunidad dentro de Espa?a con una renovada relaci¨®n. El embrollo llega cuando se les pregunta hasta d¨®nde est¨¢n dispuestos a llegar para celebrar dicha votaci¨®n si el Estado rechaza autorizarlo. Ninguno de ellos oculta que sin un acuerdo t¨¢cito es muy dif¨ªcil que se pueda celebrar y que la votaci¨®n pueda ser reconocida por la comunidad internacional que, al fin y al cabo, es la que acabar¨ªa dando carta de naturaleza a una Catalu?a independiente. Es por este motivo que Colau, Dom¨¨nech y sus seguidores se encuentran m¨¢s c¨®modos hablando de refer¨¦ndum "efectivo" ¡ªque produzca efectos concretos¡ª, que no de refer¨¦ndum "pactado".
Si a esto se le a?ade que todo el espacio de Podemos y sus confluencias dejaron claro en el pasado ciclo electoral que solo un Gobierno presidido por Pablo Iglesias pod¨ªa garantizar este refer¨¦ndum es evidente que no pueden esperar ahora que se alcance dicho acuerdo. Es en esta l¨®gica que deben inscribirse las palabras de la semana pasada del portavoz de En Com¨² Podem, Xavier Dom¨¨nech, cuando llam¨® a precipitar el final de la legislatura catalana y convocar elecciones. Sin un Gobierno de Podemos no se puede aspirar a celebrar un refer¨¦ndum que sirva para algo m¨¢s que la votaci¨®n informal del 9 de noviembre de 2014.
Pero los referentes de Podemos en Catalu?a no pueden permitirse aparecer en esa comunidad como un sujeto que se limita a esperar a que haya condiciones favorables para ese refer¨¦ndum. O no pueden hacerlo si quieren aspirar a ser fuerza hegem¨®nica. Es aqu¨ª donde entra en acci¨®n Ada Colau, dispuesta a seguir alimentando la posibilidad de un refer¨¦ndum cueste lo que cueste. Cuando Colau dice hoy que hay que hacer un refer¨¦ndum y que la cuesti¨®n "no es que sea pactado o no, sino que sea efectivo" busca aunar las dos almas que se van configurando dentro de su espacio pol¨ªtico. La cuesti¨®n es si la alcaldesa lograr¨¢ surfear entre dos olas en un momento en que el electorado catal¨¢n parece estar premiando los posicionamientos claros. De no hacerlo corre riesgo de quedar anulada como interlocutora por un bando y por el otro.
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