Los cabos sueltos del Yak-42
Cospedal comparece el lunes en el Congreso con la petici¨®n de las familias de que aclare las inc¨®gnitas
Casi 14 a?os despu¨¦s de la que ha sido la mayor cat¨¢strofe de la historia moderna del Ej¨¦rcito espa?ol en tiempos de paz, numerosas sombras siguen envolviendo el accidente del Yak-42, en el que perdieron la vida 62 militares que regresaban de Afganist¨¢n el 26 de mayo de 2003. Los familiares de las v¨ªctimas, que se reunieron el pasado martes con la ministra de Defensa, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, le pidieron que las aclare y esta se comprometi¨® a investigar ¡°por tierra, mar y aire¡±. Pero es dudoso que el pr¨®ximo lunes, durante su comparecencia ante la Comisi¨®n de Defensa del Congreso, pueda atar todos los cabos sueltos. Estas son las principales inc¨®gnitas:
?Qui¨¦n se enriqueci¨® con el Yak-42?
El Ministerio de Defensa pag¨® 149.000 euros por el vuelo, pero la empresa ucrania que oper¨® el avi¨®n, UM Air, s¨®lo recibi¨® 38.442 d¨®lares (unos 36.500 euros). La cadena de subcontrataciones, que Trillo calific¨® de ¡°cadena de confianza¡±, incluy¨® cinco intermediarios: la Agencia NAMSA de la OTAN, Chapman Freeborn, Volga-Dnepr (con sede en Irlanda), Adriyatik Ltd (Turqu¨ªa) y JTR (L¨ªbano). El entonces ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, encarg¨® en 2004 una investigaci¨®n, pero los contratos que consigui¨® estaban incompletos: la empresa JTR solo aport¨® la primera y la ¨²ltima p¨¢gina del suyo, apelando a una supuesta cl¨¢usula de confidencialidad. No se sabe, por tanto, cu¨¢nto cobr¨® cada intermediario y en concepto de qu¨¦. El Consejo de Estado concluye que las sucesivas rebajas en el precio influyeron en las condiciones del vuelo.
?D¨®nde est¨¢n los 42 contratos de los vuelos anteriores?
Defensa no ha aportado, pese a que los han reclamado repetidamente las familias, los contratos de los 42 vuelos anteriores al Yak-42 que, entre febrero de 2002 y mayo de 2003, contrat¨® a trav¨¦s de NAMSA para el transporte de tropas. Resulta inconcebible que se hayan perdido contratos por los que se pagaron 8,2 millones de euros. Una nota remitida en 2008 a la Audiencia Nacional por el entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa y actual director del servicio secreto CNI, F¨¦lix Sanz, aseguraba que casi tres millones de euros fueron a parar a los bolsillos de intermediarios, lo que tachaba de ¡°escandaloso¡±.
?Qu¨¦ pas¨® con el seguro de los pasajeros?
Seg¨²n el contrato firmado con NAMSA, deb¨ªa suscribirse una p¨®liza de 75.000 d¨®lares por pasajero. Tras el accidente se descubri¨® que este seguro no exist¨ªa, por lo que el Ministerio de Defensa lo pag¨® a los herederos de las v¨ªctimas con cargo a fondos p¨²blicos. El Estado espa?ol nunca pleite¨® para recuperar este dinero. NAMSA reclam¨® a Chapman Freeborn, pero el tribunal arbitral de Par¨ªs resolvi¨® que la agencia de la OTAN no estaba legitimada para actuar en nombre de los militares espa?oles. Chapman ofreci¨® a Defensa pagar los 75.000 d¨®lares a cambio de que las familias renunciaran a las indemnizaciones por responsabilidad civil que pudieran fijar los tribunales. Defensa rechaz¨® la oferta, pero nunca demand¨® a NAMSA. Es probable que el Yak-42 no fuera un caso aislado y que la falta de seguro se repitiera en los 42 vuelos anteriores, pero la falta de los contratos impide comprobarlo.
?Qu¨¦ deb¨ªa haber hecho Defensa para evitar el accidente?
Defensa ten¨ªa derecho a inspeccionar los aviones en los que volaban sus militares, pero renunci¨® a ello. De haberlo hecho habr¨ªa comprobado que la caja negra que registra las conversaciones en cabina (VCR) no funcionaba desde hac¨ªa 45 d¨ªas, lo que era suficiente para que se impidiera volar al avi¨®n. El Yak-42 pertenec¨ªa a un pa¨ªs no miembro de la OTAN, lo que, seg¨²n el contrato con NAMSA, requer¨ªa una autorizaci¨®n expresa para utilizarlo. No se sabe si se concedi¨®. Tampoco se atendieron las quejas previas al accidente: algunas se perdieron debido a la falta de coordinaci¨®n entre los organismos del ministerio; otras se obviaron alegando que se refer¨ªan a cuestiones como la comodidad o puntualidad; y la m¨¢s importante, la del Centro de Inteligencia y Seguridad del Ej¨¦rcito de Tierra (CISET), que casi un mes antes advert¨ªa del ¡°alto riesgo¡± que supon¨ªa utilizar esos aviones, se menospreci¨® con el argumento de que su autor no era un experto en aeron¨¢utica.
?Por qu¨¦ se actu¨® con tal negligencia?
La clave de este comportamiento negligente la aporta una carta fechada en junio de 2005 del entonces jefe del Mando de Operaciones del Estado Mayor Conjunto, el vicealmirante Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez Sainz-Rozas, a la que Bono alud¨ªa el pasado martes en una entrevista con EL PA?S. Seg¨²n dicho mando militar, la ¡°sensibilidad pol¨ªtica¡± por la guerra de Irak y las limitaciones presupuestarias, impuestas por la participaci¨®n del Ej¨¦rcito en este conflicto y en cat¨¢strofes como la del Prestige, impon¨ªan que solo se pudieran contratar dos vuelos al mes y que, adem¨¢s, hubiera que esperar al visto bueno del propio Trillo para programarlos, ¡°lo que inevitablemente produc¨ªa improvisaciones¡±. En el ¨²ltimo momento se cambi¨® un Tupolev 154, con mayor autonom¨ªa, que no hubiera tenido que hacer la fat¨ªdica escala en Trabz¨®n (Turqu¨ªa), por el Yak-42. Se trabajaba bajo presi¨®n pol¨ªtica.
?Qui¨¦n orden¨® repatriar a toda prisa los cad¨¢veres?
La Audiencia Nacional conden¨® en mayo de 2009 al general m¨¦dico Vicente Navarro y a los comandantes Jos¨¦ Ram¨®n Ram¨ªrez Garc¨ªa y Miguel ?ngel S¨¢ez Garc¨ªa por un delito de falsedad en documento p¨²blico, por las err¨®neas identificaciones de 30 de los 62 cad¨¢veres de los militares espa?oles. Los tres militares, comisionados por Trillo para esta tarea, repatriaron los cad¨¢veres sin identificar, como demuestra el acta que firmaron con los forenses turcos el 28 de mayo de 2003, 48 horas despu¨¦s del siniestro, pero una vez en Espa?a los entregaron a las familias asegur¨¢ndoles que estaban identificados y les impidieron abrir los f¨¦retros.
La causa de esta premura fue llegar a tiempo al funeral de Estado que esa misma tarde, presidido por los Reyes, se celebr¨® en la base a¨¦rea de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). El entonces rey Juan Carlos le neg¨® a Bono que ¨¦l hubiera fijado la hora del funeral. Trillo, que se reuni¨® con Navarro en el tanatorio donde se estaban realizando las identificaciones, ha negado que ¨¦l diera la orden y este no le denunci¨® en el juicio, por lo que el exministro nunca fue imputado. Pero Trillo orden¨® desactivar a la unidad de cat¨¢strofes de la Guardia Civil, que estaba lista para acudir al lugar del siniestro, alegando que su presencia no era necesaria porque los cad¨¢veres estaban en buen estado y neg¨® que se hubieran tomado muestras de ADN. Se demostr¨® que minti¨® en ambos casos. El general Navarro muri¨® antes de ingresar en prisi¨®n y los dos comandantes fueron indultados por el PP tras volver al Gobierno, en abril de 2012.
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