Rara avis Fern¨¢ndez
No puede haber un contraste m¨¢s grande entre un partido, el PSOE, y su actual dirigente
No puede haber un contraste m¨¢s grande entre un partido, el PSOE, y su actual dirigente, Javier Fern¨¢ndez. Es el primero un partido abandonado por una parte importante de su electorado, derrotado en las urnas y magullado por las divisiones internas. Pero a su frente se encuentra un hombre tranquilo que alardea en p¨²blico de su moderaci¨®n y propone a sus compa?eros anteponer la responsabilidad institucional y la lealtad al pa¨ªs al c¨¢lculo electoral y de partido.
Anda el PSOE en busca de l¨ªder, identidad y discurso. Y tiene a su frente a alguien que despliega esas caracter¨ªsticas con toda naturalidad, especialmente al reivindicar la centralidad y oportunidad del proyecto socialdem¨®crata como alternativa a los proyectos rivales del conservadurismo, el nacionalismo y el populismo. Y lo hace, en un tiempo dominado por la mercadotecnia pol¨ªtica, los discursos escritos por legiones de asesores y la tiran¨ªa de los jefes de prensa y comunicaci¨®n, en intervenciones sin papeles perfectamente hilvanadas por las que no parece haber pasado ni la sombra de un argumentario ni la sospecha de querer ofrecer un titular o entrecomillado.
Son los discursos, intervenciones y entrevistas de Fern¨¢ndez, como ¨¦l mismo, una rara avis en el panorama pol¨ªtico espa?ol: su tono es elevado pero sin situarse por encima de quienes le escuchan y el contenido es altamente moral pero sin pretender moralizar. Dibuja, como hizo este s¨¢bado en el Comit¨¦ Federal un mensaje potente e inspirador ante unos votantes y, seguramente, militantes, desmoralizados. Celebra la diversidad y el contraste de pareceres dentro del partido pero lamenta la endogamia y la estrechez de miras de quienes dedican m¨¢s tiempo a hablar de los problemas del partido que de los problemas de la ciudadan¨ªa. E insufla vida al partido recordando que la oposici¨®n no es un lugar donde se uno se consume sino un lugar desde donde se gana el favor de los votantes y se vuelve al gobierno.
Son malos tiempos para la pol¨ªtica y la democracia. Tambi¨¦n para los defensores de instituciones como los partidos y los parlamentos, instrumentos esenciales para articular la representaci¨®n de la ciudadan¨ªa, fin ¨²ltimo de la actividad pol¨ªtica, pero desacreditados por los abusos de muchos pol¨ªticos de vuelo bajo, lealtades perrunas o ciegos dogmatismos que solo atienden a razones partidistas o clich¨¦s ideol¨®gicos. Sorprende por eso que el responsable circunstancial de un partido que intenta resurgir de las cenizas sea capaz de sobrevolar con tanta dignidad las miserias dejadas por una crisis sin precedentes. Pero sorprende, casi a¨²n m¨¢s, que cuando la pol¨ªtica est¨¢ inundada de ambiciosos sin m¨¢s cualidades que sus egos pero totalmente vac¨ªos de contenido, Fern¨¢ndez haga patente su desinter¨¦s por ocupar responsabilidad alguna en la direcci¨®n de ese partido. Es el PSOE de los ¨²ltimos tiempos un partido propenso a los accidentes, electorales y de liderazgo, al que la fortuna parece haberle querido deparar, por una vez, un feliz accidente.
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