La banda sonora de Podemos
De Iglesias a los aspirantes a los c¨ªrculos, muchos ponentes cantan y recitan poemas
Igual que en la gala de los Premios Goya, el sonido de un piano marca el final de cada discurso en la asamblea de Podemos. Las teclas no solo interrumpen argumentaciones pol¨ªticas. En m¨²ltiples ocasiones, el pianista acaba frenando en seco el tronar de una canci¨®n, el recitar de un poema o el enunciado de una cita filos¨®fica. De Pablo Iglesias a los candidatos a formar parte de los c¨ªrculos, la mayor parte de los ponentes de Podemos acaban usando el micr¨®fono para pedirle a los 9.000 simpatizantes que acuden a Vistalegre que formen parte de un coro. Esta es la banda sonora de Vistalegre II.
El l¨ªder llega hasta el centro del coso de la plaza de toros acompa?ado por los gritos de "?unidad! ?unidad!". El final de su discurso engarza con esa petici¨®n de los simpatizantes que se han reunido para el c¨®nclave. Igual que hiciera hace tres a?os, en Vistalegre I, cuando despeg¨® Podemos, el secretario general del partido coge el micr¨®fono y entona L'Estaca, de Llu¨ªs Llach. Pronto todo el p¨²blico le acompa?a, usando la canci¨®n para cerrar heridas.
No es un caso ¨²nico. Con la excepci¨®n de ??igo Errej¨®n, todos los l¨ªderes de Podemos pisan el escenario con la misma desenvoltura que Iglesias. Irene Montero, su jefa de gabinete y diputada nacional, entona Vamos a andar de Silvio Rodr¨ªguez. Pablo Echenique menciona a los Beatles. Miguel Urb¨¢n, l¨ªder del sector anticapitalista, cita al fil¨®sofo Manuel Sacrist¨¢n. Y Ana Montanaro, aspirante a representante en los c¨ªrculos sectoriales, recita un poema del poeta costarricense Jorge Debravo.
Nadie, sin embargo, conecta tan bien con el p¨²blico como Rafael Mayoral. Montero le deja paso en el escenario tras darle un abrazo. El diputado y abogado se dirige a los simpatizantes de Podemos con gesto emocionado. Recita cuatro versos, y Vistalegre se convierte en una caldera hirviente. "?De Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste!", brama Mayoral, hasta que la ola de sonido con la que le contesta el gent¨ªo le envuelve y tapa sus palabras.
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