La Zarzuela respira con la absoluci¨®n de la Infanta
El fallo cierra la etapa m¨¢s convulsa de la Monarqu¨ªa desde su restauraci¨®n en 1975
El fallo absolutorio de Cristina de Borb¨®n en el caso N¨®os ha devuelto el sosiego a la Casa del Rey. Los negocios irregulares que su marido, I?aki Urdangarin, realiz¨® aprovechando su posici¨®n en la familia real, acab¨® precipitando la abdicaci¨®n de Juan Carlos I, caus¨® un desgarro en la familia, forz¨® la modificaci¨®n de conductas y modos en La Zarzuela y ha mantenido bajo presi¨®n a la Corona durante todos estos a?os. Ayer, mientras se hac¨ªa p¨²blica la sentencia, el Rey manten¨ªa un acto p¨²blico transmitiendo normalidad y pasando p¨¢gina.
La Casa del Rey se limit¨® este viernes a transmitir un comunicado verbal que ha sido habitual en los diversos momentos en los que el caso ha puesto el foco sobre la Infanta: ¡°Respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial¡±. Sin embargo, esta vez el contexto confer¨ªa al mismo comunicado as¨¦ptico de siempre un aire de punto final, con unas fuentes m¨¢s concentradas en la inminente visita de Estado a Espa?a del presidente argentino Mauricio Macri que en el principal asunto del d¨ªa.
Durante todos estos a?os el Rey ha mantenido un comedimiento total respecto al proceso judicial, pese a tratarse de la hermana con la que m¨¢s afinidad ha tenido. Era su obligaci¨®n, pero ni siquiera el Gobierno respet¨® esa posici¨®n de neutralidad cuando el 20 de enero de 2014 el presidente Mariano Rajoy se mostr¨® ¡°convencido de la inocencia de la Infanta¡± y asegur¨® que ¡°le ir¨¢ bien¡±.
Etapa cerrada
COBERTURA COMPLETA DE LA SENTENCIA
Noticias, an¨¢lisis, fotograf¨ªas... toda la informaci¨®n para conocer todas las claves de la sentencia del caso N¨®os.
Este viernes el Rey, como dando por terminado el asunto, antepuso la continuidad y la normalidad a una noticia que a todas luces representa un bal¨®n de ox¨ªgeno para la instituci¨®n que representa, puesto que una condena hubiese enraizado las sospechas en la Corona. Inaugur¨® la exposici¨®n Obras maestras de Budapest. Del Renacimiento a las Vanguardias en el Museo Thyssen-Bornemisza, junto a la Reina y el presidente de Hungr¨ªa, J¨¢nos ?der, y su esposa, Anita Herczegh. Y luego los cuatro partieron hacia La Zarzuela para almorzar juntos.
La absoluci¨®n de la hermana del Rey, procesada como supuesta cooperadora necesaria en las actividades de su marido, cierra la etapa m¨¢s convulsa que ha vivido la Monarqu¨ªa desde su restauraci¨®n en 1975. Desde 2010, cuando arranc¨® la investigaci¨®n sobre las actividades del Instituto N¨®os, la entidad dirigida por Urdangarin y su socio, Diego Torres, el caso no ha hecho m¨¢s que erosionar el prestigio que la Corona adquiri¨® como garante de la democracia despu¨¦s de que Juan Carlos I sofocara el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Apartar a Undargarin de la agenda de la Casa del Rey y las soluciones intermedias planteadas, como un divorcio o la renuncia de Cristina a los derechos din¨¢sticos, no funcionaron. El caso, en medio de los efectos de la peor crisis econ¨®mica que ha vivido Espa?a en los ¨²ltimos tiempos, puso en riesgo la continuidad de la Monarqu¨ªa y forz¨® en junio de 2014 la abdicaci¨®n de Juan Carlos I en favor de su hijo Felipe VI.
Como consecuencia, el Rey ha tenido que transformar en gran parte la instituci¨®n. Tuvo que sanearla, impermeabilizarla ante eventuales riesgos similares, inyectarle honestidad, hacerla m¨¢s transparente y (quiz¨¢ lo m¨¢s duro desde el punto de vista familiar) revocar el Ducado de Palma a su hermana, si bien no ha logrado que renuncie a los derechos din¨¢sticos (ocupa el sexto lugar en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono). La hoja de ruta de Felipe VI no contempla retrocesos ni con este fallo favorable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.