La burbuja del ¡®fracking¡¯ en Espa?a se pincha
Las cinco empresas que impulsaron el uso de esta t¨¦cnica renuncian a extraer gas con fracturaci¨®n hidr¨¢ulica
Cinco empresas pusieron sus ojos en el subsuelo de Espa?a a principios de esta d¨¦cada. Promet¨ªan que el milagro del gas esquisto de EE UU pod¨ªa exportarse y llegar hasta aqu¨ª. El Gobierno del PP apoy¨® el empleo del fracking¡ªla t¨¦cnica con la que se extrae ese tipo de gas¡ª para rebajar la casi absoluta dependencia nacional de los hidrocarburos del exterior. Pero el fuerte rechazo social ¡ªal que se sumaron alcaldes y autonom¨ªas¡ª y los bajos precios del gas han hecho fracasar esos planes. Las cinco empresas han renunciado a usar la fractura hidr¨¢ulica.
Inyectar agua, arena y productos qu¨ªmicos a alta presi¨®n a trav¨¦s de un pozo para romper la roca madre en la que est¨¢n alojados el gas y el petr¨®leo para poder extraerlos. Se conoce como fracking o fracturaci¨®n hidr¨¢ulica y ha supuesto una revoluci¨®n energ¨¦tica en EE UU. Aqu¨ª tambi¨¦n pod¨ªa llegar esa revoluci¨®n, dec¨ªan las empresas del sector.
El subsuelo de Espa?a ¡ªprincipalmente, el de la cuenca vasco cant¨¢brica¡ª alberga unas reservas de gas equivalentes a casi 70 a?os de todo el consumo nacional actual, se?alaba un informe de 2013 encargado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Compa?¨ªas de Investigaci¨®n, Exploraci¨®n y Producci¨®n de Hidrocarburos y Almacenamiento Subterr¨¢neo. Escondidos en las entra?as de la tierra hab¨ªa 700.000 millones de euros en gas, a?ad¨ªa esta patronal.
Pero, para extraerlo, era necesario el fracking, demonizado por los grupos ecologistas, cuyas dudas medioambientales sobre esta t¨¦cnica terminaron calando en la sociedad. El Gobierno del PP cambi¨® la normativa estatal y le abri¨® la puerta. Pero con esta t¨¦cnica no solo se fracturaba la roca que aloja el gas, tambi¨¦n la unidad de los partidos. En Madrid, en el Congreso, el PP consegu¨ªa que la disciplina de voto se mantuviera para los cambios legislativos que se aprobaron para autorizar su uso a partir de 2013. Pero en varias comunidades ¡ªcomo Cantabria o el Pa¨ªs Vasco¡ª los parlamentarios populares apoyaron las leyes antifracking auton¨®micas. Ese rechazo tambi¨¦n llegaba hasta los alcaldes: en Burgos, por ejemplo, los cinco Ayuntamientos ¡ªtodos del PP¡ª afectados por el proyecto de la empresa canadiense BNK se opon¨ªan a la fractura hidr¨¢ulica. "Se cre¨® una sensaci¨®n de inseguridad jur¨ªdica", admiten fuentes del sector de los hidrocarburos.
Adem¨¢s, ya en marzo 2016, la mayor¨ªa de grupos en el Congreso sac¨® adelante un iniciativa en la que instaba al Gobierno a prohibir la t¨¦cnica. Para entonces, las empresas hab¨ªan empezado ya su retirada de Espa?a, empujadas tambi¨¦n por la ca¨ªda del precio del gas y el petr¨®leo.
Las cinco compa?¨ªas que lideraron el movimiento profracking ¡ªcrearon un grupo de presi¨®n llamado Shale Gas Espa?a¡ª fueron: BNK, la estadounidense Heyco, la canadiense R2 Energy, la norteamericana San Leon y Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi (SHESA). Todas han renunciado ya a esta t¨¦cnica en Espa?a.
La ¨²ltima, SHESA. Es una sociedad p¨²blica, dependiente del Gobierno vasco, que pretend¨ªa extraer gas con fracking. A finales de este febrero el BOE public¨® el rechazo del Ejecutivo central a suspender cinco permisos de investigaci¨®n de hidrocarburos que tiene concedidos. Shesa hab¨ªa pedido la suspensi¨®n para que no corrieran los plazos de tramitaci¨®n y no perder esos derechos, se?ala esta sociedad. La empresa reconoce que uno de esos permisos lo dan por perdido. Es el Angosto 1 ¡ªque se extiende por Pa¨ªs Vasco, Cantabria y Castilla y Le¨®n¡ª, donde SHESA pretend¨ªa usar la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica. "Pero ya se ha renunciado", a?ade esta sociedad. Su intenci¨®n es seguir peleando por los otros cuatros permisos, pero ah¨ª solo se emplear¨ªan t¨¦cnicas convencionales.
Pa¨ªs Vasco
Lo mismo ha ocurrido con las otras cuatro empresas que lideraron el lobby del fracking. BNK renunci¨® a sus dos permisos en 2016 y San Leon ¡ªa trav¨¦s de su filial Frontera Energy¡ª hizo lo mismo con los seis que ten¨ªa tambi¨¦n el pasado a?o. R2 Energy ¡ªcon su filial Montero Energy¡ª comunic¨® a la Comunidad Valenciana ¡ªtras la salida del PP de la Generalitat en 2015¡ª que no usar¨ªa el fracking en los tres permisos que ten¨ªa concedidos all¨ª. Y Heyco estaba asociada con la vasca SHESA. Solo los permisos que afectaban a Euskadi ten¨ªan una "inversi¨®n comprometida" de 80 millones, seg¨²n un informe de la Abogac¨ªa del Estado.
Se podr¨ªa decir que esta fiebre ¡ªo burbuja¡ª del fracking en Espa?a comienza y acaba en Euskadi. En 2011, el socialista Patxi L¨®pez, entonces lehendakari, viaj¨® hasta Texas y, al pie de un pozo de shale gas, anunci¨® que el Pa¨ªs Vasco ten¨ªa reservas de gas para autoabastecerse durante 70 a?os. Seis a?os despu¨¦s, Euskadi cuenta con una ley que, aunque no proh¨ªbe la t¨¦cnica, la hace casi inviable debido a los requisitos ambientales. La norma parti¨® de una iniciativa legislativa ¡ªque recab¨® m¨¢s de 100.000 firmas¡ª y sali¨® adelante en el Parlamento vasco gracias a los votos de EH Bildu, PP y PSE.
Varias comunidades, antes que Euskadi, aprobaron leyes que prohib¨ªan sin m¨¢s esta t¨¦cnica. Y el Tribunal Constitucional las fue anulando al entender que invad¨ªan competencias del Estado. As¨ª que en el Pa¨ªs Vasco se busc¨® esa v¨ªa alternativa: no vetar sin m¨¢s el fracking, sino imponer unas condiciones muy estrictas. El Constitucional todav¨ªa estudia el recurso interpuesto por el Gobierno central contra esa norma.
La v¨ªa vasca es la que ha elegido Castilla-La Mancha, cuyas Cortes aprobaron la semana pasada una ley similar. "No podemos prohibirlo, pero s¨ª hacerlo imposible", resume el consejero de Medio Ambiente, Mart¨ªnez Arroyo. "Hay un movimiento social de rechazo muy importante", apunta el consejero. "La presi¨®n social ha jugado un papel importante, pero no solo en Espa?a, en toda Europa", indica Samuel Mart¨ªn-Sosa, de Ecologistas en Acci¨®n. "El ¨²nico pa¨ªs de la UE en el que sigue la apuesta clara es Reino Unido", a?ade.
La punta de lanza en Burgos
La canadiense BNK Petrolium fue la empresa que m¨¢s lejos lleg¨® en Espa?a. Partiendo de sus dos permisos de investigaci¨®n en el norte de Burgos, en la comarca de Las Merindades, pidi¨® al Gobierno central y al de Castilla y Le¨®n que le permitiera abrir 12 pozos de exploraci¨®n en los que utilizar¨ªa la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica para extraer el gas. Pero nunca consigui¨® los permisos ambientales de estas dos Administraciones. Finalmente, la empresa renunci¨® a sus dos permisos el pasado a?o. Y ya ha desmantelado toda su estructura en Espa?a.
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