Cuatro guardias civiles enjuiciados por torturas niegan todos los hechos
Los acusados, que custodiaron a la miembro de Ekin, Sandra Barrenetxea, dicen que le dieron "buen trato"
"Su estado era de agotada pero nada m¨¢s". As¨ª ha descrito esta ma?ana, Rub¨¦n V., uno de los cuatro guardias civiles que se sientan en el banquillo de la Audiencia de Bizkaia, el estado en el que se encontr¨® a Sandra Barrenetxea en Madrid, en septiembre de 2010, despu¨¦s de m¨¢s de 12 horas en las que, tras ser detenida de madrugada, fue trasladada a Madrid, a dependencias policiales.
Barrenetxea, detenida por su supuesta vinculaci¨®n con la organizaci¨®n Ekin, un colectivo de la izquierda abertzale que la Audiencia Nacional situ¨® en el entorno de ETA, les acusa de vejaciones desde el mismo momento de la detenci¨®n, durante el traslado a Madrid y durante el tiempo de incomunicaci¨®n que pas¨® all¨ª hasta que fue entregada a la justicia.
El caso ha llegado a sala despu¨¦s de tres archivos de la causa y consiguientes recursos, y la Fiscal¨ªa no presenta acusaci¨®n al considerar que no hay delito ni indicios de ¨¦l, a la vista de las pruebas y de los informes de los m¨¦dicos forenses. La acusaci¨®n, que dirige Jone Goirizelaia, la habitual abogada de los presos de ETA y miembros de la izquierda abertzale, pide 19 a?os de prisi¨®n para cada uno de los cuatro agentes procesados, diez por agresi¨®n sexual, seis por torturas y tres por lesiones. Barrenetxea hab¨ªa sido detenida otra vez en 2006, y tambi¨¦n denunci¨® haber sido torturada.
En la operaci¨®n del 13 al 14 de septiembre de 2010, cinco d¨ªas despu¨¦s del anuncio de ETA del cese de las acciones armadas, la detenida denunci¨® que fue despojada de su ropa en el trayecto entre Bilbao y Madrid, donde fue juzgada en la Audiencia Nacional, y que fue trasladada desnuda de cintura para arriba. Adem¨¢s, se?al¨® que recibi¨® golpes e insultos as¨ª como tocamientos en los pechos. Seg¨²n su relato, un guardia civil lleg¨® a arrancarle los pantalones mientras que la obligaba a que abriese las piernas. Tambi¨¦n denunci¨® que fue obligada a permanecer en bragas durante los interrogatorios policiales y con amenazas de que iba a ser violada.
De los cuatro agentes acusados, solo uno, Juan Carlos A. M. particip¨® en su detenci¨®n y traslado en un coche camuflado desde Bilbao a Madrid. Tras rechazar que le quitaran el niqui y que hiciera parte del trayecto con los pechos al aire, como acusa Barrenetxea, describi¨® que el trayecto fue diurno, dando a entender que de haber sido as¨ª la podr¨ªan haber visto otros conductores. Nada m¨¢s llegar a Madrid pas¨® otro control m¨¦dico. "Yo iba a su lado", ha declarado el agente.
Desde la detenci¨®n en uno de los pisos registrados de madrugada hasta su entrega en Madrid pas¨® dos controles del m¨¦dico forense, uno a las 7,30 horas de la ma?ana de su detenci¨®n y otro a las 13,30, antes de salir para Madrid, ciudad a la que lleg¨® sobre las 18 horas.
El resto de los agentes mantuvieron la misma tesis. Su contacto con la acusadora fue en Madrid. A falta de la declaraci¨®n de Basterrechea y de los forenses, que se producir¨¢ este mi¨¦rcoles, en la segunda jornada de la vista, los guardias civiles se negaron a responder a las preguntas de Goirizelaia. Solo lo hicieron cuando quienes preguntaban eran el fiscal o Carlos Aguilar, el letrado de la defensa. La abogada del Estado, Macarena Olona, fue requerida por la presidenta de la sala a dejar la vista oral al pedirlo la acusaci¨®n tras renunciar en la vista, aunque no a posteriori, a una eventual acci¨®n civil por la responsabilidad subsidiaria del Estado.
Los otros tres agentes, Jorge R. Fernando H. y Rub¨¦n, V.? confirmaron que otro m¨¦dico forense pas¨® dos veces diarias durante el periodo de tres d¨ªas en el que estuvo incomunicada, y que en ning¨²n momento les comunicaron o advirtieron de la existencia de lesiones o algo especial tras los estudios m¨¦dicos a la detenida. La sala ha rechazado, como ped¨ªa Goirizelaia, la inclusi¨®n de una serie de documentos como el informe sobre la tortura de ?lvaro Gil Robles y varios art¨ªculos de prensa o el elaborado por el Gobierno vasco. La defensa y la abogada del estado han agradecido que la sala evitara convertir un caso de denuncias de abusos, en una causa general de torturas contra el Estado.
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