El coraz¨®n partido del partido
Los militantes toman las primarias como un ritual de sanaci¨®n, reconfortados por su historia pero sin ver nada claro su futuro
Entrar en una sede del PSOE es encontrarse un retrato de Pablo Iglesias, el suyo, el original, y tener que hacer memoria. De puertas afuera no sale mucho, miles de votantes del partido ni se acordar¨¢n de ¨¦l, pero dentro preside sus salas, les marca un list¨®n, les coloca en otra ¨¦poca, les hace sentir a¨²n peor. A las diez de esta ma?ana abre la agrupaci¨®n de Centro en Madrid y lo primero que ves en la pared es un poema de Antonio Machado: ¡°La voz de Pablo Iglesias, o, si quer¨¦is, del ¡®Abuelo¡¯, yo prefiero escucharla en mi recuerdo o, mejor todav¨ªa, en labios de otros hombres no menos aut¨¦nticos, no menos verdaderos, que a¨²n nos hablan al coraz¨®n y la inteligencia¡±. En eso est¨¢n, en buscar esos hombres, o una mujer, aunque ser¨ªa habr¨ªa que ver lo que hubiera escrito Machado del debate de las primarias.
Este domingo no solo hab¨ªa v¨¦rtigo hist¨®rico, tambi¨¦n representativo y quiz¨¢ de realidad. El salto del mundo exterior al coraz¨®n del partido es muy vertiginoso, de los 5,4 millones de votos de las ¨²ltimas elecciones, siendo el peor resultado de su historia, a los 187.000 afiliados, y si se sigue bajando, a unos pocos cientos o decenas en cada agrupaci¨®n. Se llega a un peque?o mundo propio. Por ejemplo, en la sede del distrito Centro de Madrid votaban 450 inscritos, y es de las m¨¢s grandes de la capital. Es decir, en unas primarias socialistas, que no vale votar en pijama con el ordenador, como en Podemos, el paso por la urna es un lento goteo. Hay mucho rato muerto. El bullicio de la tele enga?a.
Asun Claver¨ªa, de 54 a?os, es una de las primeras en votar en esta sede. Est¨¢ afiliada en Teruel pero se apunt¨® como desplazada en Madrid porque le pillaba de viaje. ¡°Espero un cambio, un punto y aparte¡±, relata. El melodrama del PSOE ya le suena porque en Alca?iz, donde vive, un pueblo con 200 militantes, vio lo mismo. Es decir, esto hasta en Teruel ya lo ve¨ªan venir. En 2010 se pegaron entre ellos, a nivel provincial no aceptaron su candidato y acabaron con una gestora. Unos se fueron, otros se quedaron. Ya nunca fue lo mismo. ¡°Yo esto ya lo he vivido, nos vencieron, y ha pasado en m¨¢s sitios, todo esto viene de hace tiempo¡±, reflexiona. En fin, que vota a Pedro S¨¢nchez.
A los militantes se les ve tocados, heridos, pero reconfortados por el ritual de sacar las urnas, a ver si sirve para algo. Tiran mucho de historia para animarse, porque es verdad que la tienen. Y es reconfortante en un sentido: ¡°La historia del PSOE es una historia de crisis¡±, repiten. Como que saldr¨¢n de esta. En cuanto a la sede de Chamber¨ª, lo que es dif¨ªcil es entrar, se accede por la rampa de un garaje. Esta agrupaci¨®n tiene el honor de haber logrado en 1905 el primer cargo p¨²blico de un socialista: fue el concejal Pablo Iglesias. Ten¨ªa 55 a?os y fue el m¨¢s votado del distrito tras el torero Luis Mazzantini, de los liberales. Fueron elegidos ¨¦l, Francisco Largo Caballero y Rafael Garc¨ªa de Ormaechea. Tambi¨¦n entonces hab¨ªa que recoger avales para presentarse a las elecciones, y fueron puerta a puerta por el barrio. El libro El legado de Pablo Iglesias. Desde Chamber¨ªa a lo m¨¢s alto, de Nicol¨¢s Ferrando, detalla que el 10 de noviembre de 1905 el diario El Socialista public¨® el programa electoral de Iglesias. Primer punto: ¡°Abolici¨®n de todos los impuestos que perjudiquen a la clase trabajadora¡±. Y segu¨ªa: cantinas escolares para dar de comer gratuitamente a los hijos de los trabajadores, un traje y un par de botas en verano y en invierno para los ni?os sin recursos, asistencia m¨¦dica y servicio farmac¨¦utico gratuito, creaci¨®n de asilos para ancianos e inv¨¢lidos, abolici¨®n de las subvenciones de car¨¢cter religioso¡
Esta ¨¦pica resuena en los militantes, porque muchos forman parte de una tradici¨®n. Como Enrique ?lvarez, 47 a?os, de abuelo liberal y republicano, familia cercana a la pol¨ªtica, socialista desde el colegio, afiliado desde joven. ¡°Hay que darle la vuelta a esto, necesitamos un punto de inflexi¨®n¡±. ?D¨®nde empez¨® a fastidiarse el PSOE? Enumera la ¡°derrota dulce¡± de 1996 con Aznar, por menos de 300.000 votos; las primarias de Borrell en 1999¡ Pedro Fern¨¢ndez, afiliado desde los setenta, secretario general del PSOE de Renter¨ªa durante 15 a?os, desde 2000, vota en Chamber¨ª porque las primarias le han pillado aqu¨ª por una boda. Ser socialista en ese sitio en aquellos a?os, como en los anteriores, era jug¨¢rsela. Tambi¨¦n esto es parte de la historia del PSOE. "Te romp¨ªan los cristales de la Casa del Pueblo un fin de semana y otro tambi¨¦n. Lo hemos pasado bastante mal, s¨ª, pero no quiero hablar de ello¡±, comenta. De lo de ahora casi que tampoco: ¡°Esto ha sido una chapuza de los dirigentes, se han hecho muy mal las cosas, las bases est¨¢n muy dolidas. Ahora sale a la luz la experiencia del afiliado de base que viene de vuelta¡±.
En las sedes, echando la ma?ana, se habla mucho de errores, saben que en cierto modo se lo merecen, solo rezan para que no se repitan. La angustia es a¨²n mayor porque casi sienten que la democracia depende de ellos, no se la imaginan sin el PSOE, aunque fuera es domingo y a la gente parece que las primarias les trae sin cuidado. ¡°?Somos unos flojos! ?No somos una pi?a, tenemos que estar unidos, como los fachas!¡±, proclama como un volc¨¢n Aurora Encinas, en la v¨ªspera de cumplir 91 a?os. Ni?a de la guerra, afiliada desde 1977, pide alejarse un poco para que no la oigan. Confiesa que firm¨® el aval de Susana D¨ªaz porque se lo pidieron, qu¨¦ tonta, y que hoy al llegar el apoderado le ha recordado al o¨ªdo su nombre, pero ha votado a Pedro S¨¢nchez. Con el militante hist¨®rico funciona bien el ¡°no es no¡±. Su padre pas¨® tres a?os en la c¨¢rcel de Cu¨¦llar, Segovia, por socialista en los a?os cincuenta, y su hermano Eduardo otros tres en los sesenta por agente subversivo. Hab¨ªa sido el soldado m¨¢s joven en la Guerra Civil y Rafael Alberti le dedic¨® un poema. ¡°A mi padre le pidieron 30 a?os, pero como hab¨ªa hecho carn¨¦s de la UGT para sus amigos de derechas durante el asedio de Madrid, luego recogimos firmas y le ayudaron¡±, recuerda. ¡°En casa no tengo santos, solo una foto de Pablo Iglesias¡±.
Estar¨ªa bien saber lo que votan los j¨®venes en las primarias si encontraras uno. Alguno se ve, pero si te distraes se te va y puede pasar una hora hasta que pillas otro. Casi nadie baja de los cuarenta. En la Casa del Pueblo de Puente de Vallecas, la m¨¢s antigua en pie de Madrid, junto con Tetu¨¢n, fundada en 1934, reconocen que ese es su problema. F¨¦lix Palomo, 58 a?os, ha estado 15 a?os en asociaciones de vecinos: ¡°Y eso lo hemos perdido, giran todas en torno a Podemos, hemos perdido la gente joven¡±. ?l fue uno de los que ocup¨® varias veces, entonces no se dec¨ªa con ka, este edificio entre 1976 y 1978, hasta que se la devolvieron de nuevo al PSOE en los ochenta. Entonces, en los buenos tiempos, ten¨ªan m¨¢s de 700 afiliados. Pero eso son batallitas de la Transici¨®n. La historia est¨¢ clara, el problema es el futuro. De ser barrio hist¨®rico socialista han pasado a ser un fuerte rodeado de votantes de Podemos. En 2015 perdieron por primera vez el primer puesto, que pas¨® a Ahora Madrid. Ayer votaban 228 inscritos.
Vallecas era en los a?os treinta un pueblo pobre y agr¨ªcola, este edificio lo construyeron los militantes socialistas durante dos a?os, por las tardes, despu¨¦s del trabajo. Cuando abri¨® fue sede de las Escuelas Racionalistas, laicas, para ense?ar a leer y escribir a los ni?os de los trabajadores. El torero Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas financi¨® aqu¨ª un teatro. En 1931 un maestro, Amos Acero, fue el primer alcalde socialista de Vallecas. Fue fusilado en la Guerra Civil. La Casa del Pueblo se convirti¨® en sede de Falange durante casi cuarenta a?os. En la misma sala donde ahora se vota los militantes han tenido buenas broncas. Aparece Juan Barranco, exacalde de Madrid, que vota aqu¨ª: ¡°En el PSOE siempre nos hemos peleado, pero luego Roma locuta, causa finita, Roma hablaba y asunto cerrado, y todos con el partido. Mi temor es que esto no se acabe¡±.
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