Erasmus cumple 30 a?os
M¨¢s de 4,4 millones de alumnos participan en las becas de movilidad universitaria europea
Pase sin llamar; Enter without ringing; Entrez, s¡¯il vous plait; Bitte ohne zu klingeln eintreten; Entrare senza chiamare; Prosz? wchodzi? bez dzwonienia; y el mismo texto en griego, ¨¢rabe y chino es el acogedor mensaje de bienvenida que se encuentra cualquier extranjero en la puerta de la oficina de Relaciones Internacionales de la Universidad de Granada. Una puerta que se abre como ninguna otra en Europa para recibir cada a?o a m¨¢s de 2.000 estudiantes que van a cursar sus estudios de Educaci¨®n Superior durante unos meses a esta instituci¨®n andaluza. Son los alumnos de la beca Erasmus, una iniciativa de movilidad acad¨¦mica de ¨¢mbito europeo que este 2017 cumple 30 a?os y por la que han pasado m¨¢s de 4,4 millones de estudiantes universitarios en un programa que como dicen sus protagonistas hasta la saciedad; cambia la vida. Una frase que se ha convertido en eslogan de los programas de intercambio europeos: ¡°cambiando vidas, abriendo mentes¡±.
J¨®venes, con lo que supone ser joven; que salen de casa por primera vez, con lo que conlleva la independencia; y que van a un pa¨ªs distinto, con lo que aporta conocer otra cultura; que buscan las asignaturas de sus carreras que m¨¢s les interesan en otro idioma, con las gestiones requeridas; y que durante una media de seis meses se apartan de su mundo conocido para adentrarse en otras realidades que le reportar¨¢n ese afamado cambio de vida. Un giro avalado por una beca gestada hace 30 a?os para favorecer la movilidad de alumnos entre universidades y forjar un car¨¢cter europeo de unidad. Ha funcionado. En el curso de 1987 participaron 3.244 alumnos; en 2104 fueron 291.383 vidas en intercambio. De ellas, 42.537 decidieron emprender la experiencia en Espa?a, el primer destino elegido por los europeos para estudiar con estas becas seguido de Alemania (32.871), Reino Unido (30.183), Francia (29.558) e Italia (21.564).
El primer impulso a este movimiento lo dio una mujer italiana, Sofia Corradi, llamada con cari?o Mamma Erasmus, que tras un enfado por la falta de convalidaciones con la Universidad de Columbia de Nueva York en 1958 se decidi¨® a buscar firmas por decenas de despachos para conseguir la compatibilidad de estudios en el mundo. Lo consigui¨® primero entre Europa. En 1987 inaugur¨® el programa Erasmus, que responde al acr¨®nimo de European Region Action Scheme for the Mobility of University Students (Plan de Acci¨®n de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios) y homenajea a su vez a Erasmo de Rotterdam, que durante el medievo estudi¨® en diversas universidades europeas. ¡°Me encanta que me llamen Mamma Erasmus, me parece muy tierno y amable. Normalmente en Italia as¨ª se llama a los peque?os restaurantes de pizzas¡±, dice simp¨¢tica Corradi a sus 83 a?os.
Es consciente de que es en parte responsable de esa experiencia vital que disfrutaron, solo en el curso de 2014, un 61% de mujeres y un 39% de hombres con una media de edad de 24,5 a?os. Adem¨¢s de amadrinar a un 27% de los antiguos alumnos Erasmus que han conocido a su pareja durante su estancia en el extranjero, seg¨²n un estudio de impacto de la Comisi¨®n Europea. ¡°Para m¨ª es una enorme satisfacci¨®n, mi doctor dice que me mantengo muy sana por lo contenta que estoy. All¨¢ por donde voy en Europa todos me dicen que la Erasmus ha cambiado su vida a mejor. Siempre me miran sonriendo, entusiasmados. Y sobre todo han cambiado sus vidas en la Educaci¨®n, y eso no es un cambio cualquiera, es volverse ciudadano europeo, y sobre todo, del mundo¡±, declara la archipremiada Corradi. Cuando comenz¨® su idea, en el programa apenas participaban 11 pa¨ªses, ahora son 33: los 28 Estados miembros de la UE, m¨¢s Turqu¨ªa, la Antigua Rep¨²blica Yugoslava de Macedonia, Noruega, Islandia y Liechtenstein.
Las etapas
¡°Cuanto m¨¢s lejos viajes, el mundo se hace m¨¢s peque?o¡±, dice Amaia Arrazola, coautora junto a Raquel Pi?eiro del libro Cosas que nunca olvidar¨¢s de tu Erasmus, que tambi¨¦n disfrut¨® de una beca en Par¨ªs y, como a la mayor¨ªa, le cambi¨® la vida. En el libro menciona, por ejemplo, lo que llaman las etapas de la Erasmus. ¡°En mayo de confirman que te vas; en septiembre saltan todos los miedos; en diciembre es cuando empiezas a estar bien; en febrero est¨¢s de lujo, manejas el idioma, te sientes en tu casa; y ya en junio llega el drama absoluto cuando te tienes que ir, son todo l¨¢grimas¡±, resume la ilustradora, que asegura que gracias a la beca descubri¨® su vocaci¨®n de dibujante y que numerosos estudiantes han empatizado con su publicaci¨®n. Cuenta con lectores en Espa?a. De entre las 20 universidades preferidas por los Erasmus de Europa en 2014, 10 son espa?olas. Lider¨® la lista la Universidad de Granada con 2.329 alumnos; en tercer lugar se situ¨® la Universidad de Valencia (1.908); y en cuarta posici¨®n qued¨® la Universidad Complutense de Madrid (1892).
En la oficina de Relaciones Internacionales de Granada, tras la puerta con el mensaje de bienvenida en nueve idiomas, la responsable de gesti¨®n de movilidad de la universidad, Ver¨®nica Conejo, coincide con Corradi y Arrazola en el acierto de la Erasmus. Lleva 26 a?os coordinando las becas en la universidad que hist¨®ricamente m¨¢s alumnos env¨ªa y recibe con este programa. M¨¢s de 4.000 de media en los ¨²ltimos a?os. ¡°Esto es lo mejor que ha hecho la Uni¨®n Europea. Al 99% de los alumnos les va bien. Los veo cuando vuelven de sus estancias, que traen un bagaje, se les ve m¨¢s abiertos, m¨¢s desenvueltos, se les abren los sentidos, y por supuesto tienen m¨¢s oportunidades laborales¡±, se?ala Conejo, que con su experiencia en el programa observa tambi¨¦n c¨®mo estudiar fuera ha pasado de ser un susto para la familias a una gran satisfacci¨®n y c¨®mo se ha ido monitoreando a los alumnos con los a?os.
Se perfila as¨ª como una realidad irrefutable que la beca Erasmus supone un impulso definitivo para la incorporaci¨®n laboral de sus beneficiarios. La tasa de desempleo de los estudiantes Erasmus cinco a?os despu¨¦s de su graduaci¨®n es un 23% inferior, seg¨²n un estudio de la Comisi¨®n Europea. ¡°Se adquieren numerosas capacidades transversales requeridas por los empresarios. M¨¢s adaptaci¨®n, iniciativa, autonom¨ªa¡ v¨¢lido tanto para el empleo como para nuestra compleja sociedad¡±, apunta la vicerrectora de Internacionalizaci¨®n de la Universidad de Granada, Dorothy Kelly, otra mujer que conoce bien las entra?as de las becas desde sus inicios y que ya coordinaba intercambios en su instituci¨®n antes de que surgieran las Erasmus. ¡°El ¨¦xito est¨¢ en el compromiso de sucesivos equipos de Gobierno pero fundamentalmente de toda la comunidad universitaria. Es un esfuerzo colectivo; de profesores que han buscado socios y asesorado a alumnos, del compromiso de los t¨¦cnicos¡±, se?ala Kelly, que destaca tambi¨¦n los beneficios ling¨¹¨ªsticos, culturales, acad¨¦micos y personales de salir al extranjero.
M¨¢s programas
En esta l¨ªnea, en 2014, la Uni¨®n Europea decidi¨® ampliar el espectro de los beneficiarios de movilidad y unific¨® distintos programas ya existentes con otros nuevos para que desde la edad escolar hasta los adultos pudieran desplazarse a otro punto de Europa a formarse, hacer pr¨¢cticas profesionales, o realizar un voluntariado. Surgi¨® as¨ª el programa Erasmus +, que en suma ha movilizado a nueve millones de personas en estos 30 a?os y tiene prevista una dotaci¨®n de 14.700 millones de euros financiados por la Comisi¨®n Europea para el periodo 2014-2020. Un estudio de la Comisi¨®n Europea revela tambi¨¦n que los estudiantes que participan en Erasmus + tienen el doble de posibilidades de encontrar empleo un a?o despu¨¦s de graduarse y ganan un 25% m¨¢s.
Y para cumplir el sue?o definitivo de Corradi, en 2015 se implant¨® el programa Erasmus Dimensi¨®n Internacional, lo que facilita los intercambios de estudios universitarios con cualquier pa¨ªs del mundo. Un sistema que ayuda a despejar tambi¨¦n las dudas con respecto a la pol¨¦mica que podr¨ªa surgir con el Brexit en el Reino Unido. ¡°La conferencia de rectores brit¨¢nicos ya ha publicado numerosos comunicados en los que piden que se garantice la permanencia del pa¨ªs en los programas de movilidad¡±, se?ala Kelly.
Los brit¨¢nicos ven tambi¨¦n las ventajas de estos intercambios europeos y mundiales, que adem¨¢s cada vez son m¨¢s inclusivos. El 46% de los estudiantes Erasmus proceden de familias sin estudios, y el n¨²mero de alumnos con discapacidad que participan en el programa Erasmus+ se ha multiplicado por 10 en los ¨²ltimos tres a?os al pasar de 10 en 2013 a 91 en 2016. ¡°Gan¨¦, lo que he conseguido es m¨¢s de lo que podr¨ªa esperar¡±, concluye Mamma Erasmus en su af¨¢n de conseguir una humanidad ciudadana del mundo.
Juan Ignacio Soto. La aventura de la primera promoci¨®n
Pasa con extremo cuidado las hojas de sus cuadernos de viaje a Tesal¨®nica (Grecia) de 1988. Billetes de tren, entradas de monumentos, dibujos a l¨¢piz, secciones de terrenos, mapas¡ se entremezclan entre textos de una caligraf¨ªa exquisita en la que cuenta sus impresiones de estudiante de 24 a?os en otro pa¨ªs. El ahora catedr¨¢tico granadino Juan Ignacio Soto (Atarfe, 1964) se aventur¨® a participar en la primera promoci¨®n de becarios Erasmus en una experiencia que describe como ¨²nica y clave para su futuro. "Fueron solo dos meses, pero es de estas veces en la vida que en un breve espacio de tiempo se aprende mucho. Era una oportunidad ¨²nica y quer¨ªa vivirla al m¨¢ximo", apunta desde su despacho del departamento de Geodin¨¢mica de la Universidad de Granada.
En su ¨¦poca no hab¨ªa oficina de atenci¨®n a estudiantes, ni los profesores sab¨ªan qu¨¦ hac¨ªa ¨¦l por las aulas, ni coincidi¨® con ning¨²n Erasmus en la universidad. Era la primera vez que se montaba en un avi¨®n, que sal¨ªa de casa. Una rareza que fuese alguien a estudiar al extranjero... "Hab¨ªa un componente de aventura, estaba todo por hacer. Ahora est¨¢ todo m¨¢s preparado. All¨ª aprovech¨¦ para ir a conferencias, viaj¨¦, hice mapas geol¨®gicos, me apunt¨¦ a todo lo que pude. Incluso fui responsable de pr¨¢cticas de campo", recuerda Soto con cari?o.
El ahora catedr¨¢tico valora con claridad el impulso que dio a su carrera la beca Erasmus. "Acud¨ª a mi primer congreso geol¨®gico y fue en Atenas, abr¨ª relaciones con cient¨ªficos con los que luego he tenido proyectos e intercambios. Y luego me he atrevido a ir a otras universidades extranjeras, algo que sin esa experiencia nunca habr¨ªa hecho", reconoce el experto. "Es adem¨¢s un viaje interior. Te ense?a mucho de ti", considera el profesor, cuyo hijo ya ha estado de Erasmus y, por supuesto, anima a todos sus alumnos a la experiencia.
Con el tiempo cree que los pol¨ªticos que promovieron el programa Erasmus fueron unos "visionarios gigantes". "Se dieron cuenta de que favoreciendo la uni¨®n de los j¨®venes se plantaba una semilla con un programa imparable y con tantos beneficios que es impagable", concluye.
Elena Quesada. Un punto de inflexi¨®n
Amigos, compa?eros, contactos, oportunidades, opciones¡ Para la bi¨®loga sevillana Elena Quesada (1983) la beca Erasmus fue un punto de inflexi¨®n en el desarrollo de su carrera de Ciencias Ambientales. Su estancia en 2004 en la universidad alemana de Hamburgo report¨® en ella la posibilidad de redirigir sus estudios y hacer en Alemania un doctorado en el Instituto de Investigaci¨®n Max Planck. "Abres tu c¨ªrculo de 30 personas y eso te da muchas posibilidades. En mi caso fue crucial", apunta Quesada, que ahora investiga en una empresa andaluza y es vicepresidenta de la Asociaci¨®n? de Cient¨ªficos Retornados de Espa?a.
"Cada cual aprovecha la beca Erasmus como quiere. En mi caso fueron 10 meses de clases, pr¨¢cticas y tambi¨¦n fiesta", recuerda Quesada, que curs¨® su Erasmus en cuarto de carrera y aprovech¨® su estancia en la ciudad alemana para hacer pr¨¢cticas en el Laboratorio Europeo de Biolog¨ªa Molecular (EMBL). "Eso fue clave, aprendes sus herramientas, c¨®mo organizan el trabajo, c¨®mo se dise?an los experimentos, c¨®mo se gestionan los equipos", detalla la experta, que cuenta que ha aplicado sus conocimientos en las empresas andaluzas en las que ha trabajado posteriormente.
"Es un cambio dr¨¢stico, all¨ª tienes todas las posibilidades y m¨¢s financiaci¨®n. El tejido productivo de aqu¨ª trabaja al m¨ªnimo coste, no se cobra igual y hay que optimizar los recursos", apunta Quesada, que detalla que a lo largo de su trayectoria posterior ha contactado con sus compa?eros Erasmus extranjeros para intercambiar experiencias y cuestiones laborales. "La beca te da la oportunidad de espabilarte en el mundo real, lejos de tu ciudad de origen", considera.
Lorenzo Travelli. Desmontar el mito Erasmus
Estudia, va a clases, tiene amigos espa?oles, viaja por Andaluc¨ªa. El estudiante italiano Lorenzo Travelli cursa a sus 21 a?os la beca Erasmus en la Facultad de Letras de Granada. ¡°Mi profesor de Italia me dijo que aqu¨ª hab¨ªa una buena ense?anza de eslav¨ªstica¡±, se?ala este estudiante de lengua rusa y china. ¡°Esta universidad funciona muy bien, est¨¢ m¨¢s organizada, las clases est¨¢n muy bien preparadas, hay menos alumnos y eso es mejor¡±, valora Travelli con un correcto espa?ol.
Cuenta que vive en una casa con 17 estudiantes m¨¢s, entre ellos; alemanes, ingleses, polacos, griegos y finlandeses. Comparten varios ba?os y tres cocinas y ¨¦l duerme en una habitaci¨®n con llave desde febrero, cuando comenz¨® su beca. ¡°Es la primera vez que salgo a vivir fuera de casa y est¨¢ muy bien enfrentarse con tu propia individualidad¡±, se?ala el joven, que se empe?a en desmontar el mito del estudiante Erasmus vinculado a la borrachera.
¡°S¨ª vamos de fiesta, pero he visto a mucha gente que pone sus esfuerzos en los estudios, todo depende de la persona¡±, dice este italiano, que reconoce no haber sentido un fuerte choque cultural por la cercan¨ªa del car¨¢cter mediterr¨¢neo con los espa?oles y por su dominio del idioma. ¡°Encuentras m¨¢s afinidad cuando hablas la lengua, es importante para comunicarse y tener m¨¢s empat¨ªa¡±, considera el joven, que cree que sus compa?eros deber¨ªan de hablar menos ingl¨¦s.
Habla a las puertas de la Asociaci¨®n Erasmus Student Network de Granada, donde se dispone a apuntarse a un viaje de Erasmus. ¡°Ya he visitado Sevilla, Ronda y Madrid; y quiero ir a C¨®rdoba, Cabo de Gata, C¨¢diz, Ja¨¦n y Portugal¡±, dice ilusionado. Dice que tambi¨¦n va a las actividades culturales organizadas en locales y bares. ¡°El programa Erasmus nos pone en conjunto y nos da una oportunidad perfecta para encontrar a personas que estamos en la misma situaci¨®n¡±, dice Travelli, que est¨¢ convencido de que la beca le servir¨¢ para encontrar trabajo con m¨¢s facilidad. ¡°Seguro, ya solo el tribunal del Trabajo Final de Grado valora la estancia fuera¡±.
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