¡°Es la ¨²ltima oportunidad para Pablo¡±
La familia del ¨²nico espa?ol que se enfrenta a una condena a muerte pide ayuda a trav¨¦s de un crowdfunding para costear la defensa. Pablo Ibar lleva 23 a?os encarcelado, 16 de ellos en el corredor de la muerte
Casi 1,1 millones de euros. Esto es lo que necesita el espa?ol Pablo Ibar si quiere contar con un abogado de garant¨ªas que evite su ejecuci¨®n en Estados Unidos. De momento ya ha logrado, gracias a ayudas, donaciones y el incansable trabajo de su familia, m¨¢s 701.000 euros, pero necesita 348.000 m¨¢s. Y, para conseguirlos, una asociaci¨®n creada para impedir la pena de muerte Pablo Ibar ha lanzado una campa?a de crowdfunding.
Pablo Ibar, sobrino del fallecido boxeador Jos¨¦ Manuel Urtain, fue detenido en 1994 y acusado de triple asesinato. Durante el juicio, que se extendi¨® hasta el a?o 2000, no cont¨® con una defensa eficaz, ya que su abogado de oficio sufri¨® problemas de adicci¨®n y acab¨® arrestado. La consecuencia fue nefasta: condenado a muerte.
Comenz¨® para Pablo entonces el interminable periplo de recurrir. Para ello, en Estados Unidos, se necesita, ante todo, mucho dinero. Gracias a las ayudas llegadas desde Espa?a, su actual abogado, Benjamin Waxman, logr¨® el a?o pasado que el tribunal accediese a repetir el juicio y admitiese que la defensa de Pablo no hab¨ªa sido adecuada. ¡°Es que nosotros no estamos pidiendo que lo saquen sin m¨¢s, porque s¨ª. Estamos pidiendo que tenga un juicio justo, ya que no lo tuvo¡±. Lo dice C¨¢ndido Ibar, su padre, nacido en Pa¨ªs Vasco y emigrado a Florida en los a?os 60 para jugar a la pelota.
Estuvo C¨¢ndido este lunes en Espa?a para tratar de impulsar la campa?a de crowdfunding que permita a Pablo mantener a su actual abogado, el ¨²nico capacitado para lograr que el juez no le vuelva a condenar a muerte. Para lograr que, despu¨¦s de 23 a?os encerrado -16 de ellos en el corredor de la muerte- Pablo pueda volver a casa con su familia.
Pablo Ibar necesita 1,1 millones de euros para costearse la defensa que le evite ser ejecutado. Ha logrado reacudar algo m¨¢s de la mitad
Con ¨¦l, en una rueda de prensa celebrada en Madrid, compareci¨® Andr¨¦s Krakenberger, presidente de la Asociaci¨®n Pablo Ibar. Y fue claro: ¡°Este juicio pendiente de celebrarse es la ¨²ltima oportunidad para Pablo. ?l est¨¢ desesperado. Y nosotros tambi¨¦n. Si a Pablo lo vuelven a condenar a muerte, comenzar¨ªa de nuevo un proceso de a?os y a?os para intentar que no lo ejecuten. Es algo que no nos podemos permitir¡±.
Andr¨¦s, una vez m¨¢s, insisti¨® en el objetivo de la familia de Pablo: ¡°Que tenga un juicio justo. Ha sido el propio Tribunal en Florida el que ha reconocido que Pablo fue condenado a muerte por una defensa letrada ineficaz¡±.
Cronolog¨ªa de una tormenta
La vida de Pablo Ibar podr¨ªa trazarse en fechas que funcionan como la soluci¨®n de un juego de unir los puntos. D¨ªas concretos que explican la tormenta por la que Ibar navega desde hace m¨¢s de 20 a?os.
La primera de las fechas es el 14 de julio de 1994. Ten¨ªa entonces Pablo Ibar 20 a?os. Su madre, cubana, viv¨ªa en Broward y fallecer¨ªa a?os despu¨¦s debido a un c¨¢ncer. Su padre, pelotari vasco hermano del boxeador Jos¨¦ Manuel Urtain, resid¨ªa en Connecticut. Estaba separados.
Pablo viv¨ªa no lejos de casa de su madre. ¡°Compart¨ªa piso con malas compa?¨ªas¡±, repite Ibar siempre que rememora esa ¨¦poca. Con esas malas compa?¨ªas acab¨® arrestado la tarde de aquel d¨ªa despu¨¦s de una redada en casa de unos conocidos. Le acusaban de trapichear con droga. Desde aquel momento, Ibar nunca ha vuelto a estar en libertad.
Mientras investigaban el caso del trapicheo, los detectives recibieron en comisar¨ªa la captura de una imagen de un v¨ªdeo de seguridad en el que se intu¨ªa el rostro de un acusado por triple asesinato. D¨ªas antes, un vecino de Miramar, en el mismo condado, hab¨ªa sido atacado junto a dos chicas en su casa. El rostro que aparec¨ªa en la imagen era muy parecido al de Pablo Ibar. Lo detectives lo acusaron de asesinato. Entr¨® en prisi¨®n.
El abogado de oficio que le asignaron en 1994 sufri¨® adicci¨®n a medicamentos y acab¨® arrestado por maltrato. Ibar no tuvo una defensa eficaz.
El 5 de mayo de 1997 es la segunda fecha. Tres a?os de c¨¢rcel y, por fin, arranc¨® el juicio. A Ibar, de entonces ya 23 a?os, le asignan un abogado de oficio llamado Kayo Morgan. Morgan se muestra desde el principio incapaz de llevar a cabo una defensa adecuada: se engancha a varios medicamentos, agrede a su mujer y es finalmente arrestado por un asunto relacionado con drogas. Morgan firmar¨ªa a?os despu¨¦s una carta admitiendo que, en aquellos a?os, no estaba en condiciones de defender a un acusado de asesinato.
Pero lo defendi¨®. Y en su raqu¨ªtica estrategia no logr¨® contrarrestar la evidencia estrella de la Fiscal¨ªa: el v¨ªdeo, borroso y en blanco y negro, en el que un individuo muy parecido a Ibar (seg¨²n la Fiscal¨ªa se trata del propio Ibar) llevaba a cabo los asesinatos. A pesar de que ni las huellas, ni la sangre ni el cabello encontrados en la escena corresponden a Ibar, el jurado lo considera culpable.
Y llegamos a la tercera fecha: 14 de junio de 2000. Han pasado seis a?os desde su arresto e Ibar es condenado a muerte. ¡°Se me acab¨® la vida¡±, cuenta que pens¨® cuando escuch¨® el veredicto. Su familia se moviliza y logra recaudar dinero para un recurso. El 7 de septiembre de 2006, tras a?os de trabajo para solicitar que repitan su juicio, el juez lo rechaza. Vuelta al abismo. Ya son 12 a?os encerrado.
El 13 de febrero de 2011 el juez le niega el segundo recurso. En esta ocasi¨®n, ni siquiera se dirige a la sala. A Ibar le queda ahora solo un cartucho m¨¢s para intentar que repitan su juicio. Alega sin descanso que su abogado no ejerci¨® la defensa y que no existen pruebas f¨ªsicas que le impliquen. Lleva 17 a?os entre rejas desde aquella redada cerca de su casa.
El a?o pasado, 5 de febrero de 2016, el juez da un giro a esta historia: el tercer recurso prospera. Por primera vez ordena repetir el juicio. A Tanya Ibar, su mujer, se lo comunican por tel¨¦fono. Tiene que salir de casa para que le d¨¦ el aire, sentarse en el suelo e intentar parar de llorar. El primer claro en la tormenta tras 22 a?os encarcelado. 22 a?os declar¨¢ndose inocente.
El juicio que no llega
Una vez que el juez aprueba que se repita el juicio, Pablo Ibar es sacado del corredor de la muerte de la prisi¨®n de Raiford, al norte de Florida, y trasladado a la c¨¢rcel del condado de Broward, donde est¨¢ actualmente.
En la nueva prisi¨®n, a diferencia del corredor de la muerte, Ibar no puede recibir visitas. Su comunicaci¨®n con la familia en los ¨²ltimos meses se limita a dos horas de conversaci¨®n a trav¨¦s de un monitor: una entre semana y la otra los fines de semana. Ah¨ª est¨¢ Tanya, su mujer, delante de la pantalla, cada semana, puntual. Como estaba cada s¨¢bado entre los a?os 2000 y 2016 en la sala de visitas del corredor de la muerte. Tanya conduc¨ªa cuatro horas de ida y cuatro horas de vuelta todos los s¨¢bados para visitar a Pablo. As¨ª durante 16 a?os. Nunca se rindi¨®. Sigue sin hacerlo.
Incomunicado y pendiente de conocer cu¨¢ndo por fin se celebrar¨¢ el juicio, el tiempo parece no avanzar para Ibar. ¡°Est¨¢ desesperado. Hay d¨ªas que no puede m¨¢s. Menos mal que es muy fuerte mentalmente porque esto es muy, muy duro¡±, cuenta C¨¢ndido, su padre.
La familia insiste: "No pedimos que lo saquen de la c¨¢rcel porque s¨ª. Pedimos que se someta a un juicio justo. No lo tuvo".
Actualmente se est¨¢n celebrando las?status conferences, una suerte de vistas antes de que arranque el juicio. En estas vistas, tal y como explica Andr¨¦s, se est¨¢ dirimiendo la validez de algunas pruebas y de ciertos testimonios.
La defensa de Ibar pide que el ¨²nico testigo, Gary Foy, repita su testimonio. La fiscal¨ªa exige que el testimonio que Foy dio en el a?o 2000, en el primer juicio, sea trasladado a la actualidad, sin necesidad de que Foy vuelva a testificar.
Para los abogados de Pablo el testimonio de Foy es endeble: el vecino de la v¨ªctima asegura haber visto a Ibar a trav¨¦s del retrovisor de su coche, con las lunas tintadas y el sol de frente durante un espacio de 17 segundos: lo que dur¨® un sem¨¢foro. Tambi¨¦n sostienen que el reconocimiento policial posterior no fue correcto: Ibar fue el ¨²nico que repiti¨® en el reconocimiento por fotos y en la rueda en vivo.
Los abogados tambi¨¦n van a pedir que invaliden el v¨ªdeo como prueba de identificaci¨®n, ya que lo consideran inadmisible dada la baj¨ªsima calidad y el testimonio de varios expertos que afirman que el sujeto que aparece en la imagen no es Pablo Ibar.
Cuando estos y varios puntos m¨¢s queden dirimidos, entonces el juez podr¨ªa establecer fecha para el juicio. Seg¨²n la asociaci¨®n que preside Andr¨¦s Krakenberger, la fecha m¨¢s temprana que barajan oscila entre finales de este a?o y principios del siguiente. Una vez que arranque, el proceso durar¨¢ al menos cinco o seis meses.
Es decir, en el mejor de los casos, a Ibar le queda todav¨ªa m¨¢s de un a?o de espera. La tormenta sigue sin amainar, se resiste a desaparecer.
¡°Llegados a este punto -cuenta Tanya, su mujer- Pablo va a seguir luchando. Lleva luchando 22 a?os y no va a rendirse ahora. Lo que est¨¢ pasando es muy duro, pero ¨¦l es muy fuerte. Y tiene claro que es inocente. Por eso tiene esta fuerza y esta convicci¨®n¡±.
La lucha de Pablo Ibar por demostrar su inocencia entra en su a?o decisivo. Y por eso, su familia, pide ayuda. Una ¨²ltima ayuda.
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