El h¨¦roe que durante a?os luch¨® contra el terrorismo
Ignacio Echeverr¨ªa dedic¨® su vida profesional a vigilar posibles operaciones bancarias para financiar terrorismo. As¨ª es un h¨¦roe a trav¨¦s de los ojos de amigos y familiares
Lo que pas¨® por la cabeza de Ignacio Echeverr¨ªa sobre las 23.00 del 3 de junio se lo llev¨® consigo. Buscaban Ignacio, Guillermo y Javier un lugar para cenar tras haber estado patinando un rato junto al Tate Modern y grabar algunas maniobras. Se conocieron los tres sobre ruedas. Hace ocho meses coincidieron en el mismo skate park de Londres. La noche del pasado s¨¢bado cogieron unas bicicletas de alquiler y pedalearon rumbo a la zona de Whitechapel. Cuando llevaban dos kil¨®metros frenaron en seco. Un hombre estaba golpeando a un polic¨ªa. Seg¨²n cuentan sus familiares, sus amigos recuerdan que el agente iba sin arma y el casco se le hab¨ªa ca¨ªdo sobre la cara mientras recib¨ªa los pu?etazos, que en realidad eran cuchilladas. Cuando qued¨® inm¨®vil, el agresor la emprendi¨® contra una mujer. Echeverr¨ªa intervino.
Fue en segundos. Dice Rafael Duarte, amigo de Ignacio, estar convencido de que este no sab¨ªa que hab¨ªa otros dos terroristas. Ignacio no los vio venir. Su familia ha recibido dos versiones. Guillermo dice que vio c¨®mo le aesestaban una pu?alada. Otros dicen que dos.
Los dos amigos decidieron correr por sus vidas. Ambos est¨¢n preocupados estos d¨ªas: temen que la gente, en Espa?a, crea que dejaron tirado a su amigo. La familia de Echeverr¨ªa les ha tranquilizado: ?c¨®mo pensar que alguien con las manos desnudas puede enfrentarse a tres terroristas armados?
Andan sus amigos de Londres preocupados por si la gente cree que no le ayudaron. La familia les ha tranquilizado: ?c¨®mo enfrentarse a terroristas armados?
Otros intentaron socorrer a Echeverr¨ªa. Algunos j¨®venes refugiados en bares adyacentes trataron de salir, pero los due?os de los locales se lo impidieron: no quer¨ªan abrir las puertas.
Se dej¨® la vida en Borough Market Ignacio, pero a la familia le queda un consuelo nada nimio. Los aproximadamente 40 segundos que dur¨® la agresi¨®n sirvieron para que la mayor parte de la gente que estaba en la abarrotada calle pudiera ponerse a salvo. Ignacio salv¨® decenas de vidas. Sin su intervenci¨®n el balance ser¨ªa hoy otro. ¡°Nunca usaba la palabra h¨¦roe¡±, dice Rafael. ¡°Pero ahora la usar¨¦ cada vez que me refiera a ¨¦l¡±.
A Ignacio Echeverr¨ªa le sol¨ªan llamar Echeve los amigos. Naci¨® en Ferrol y hasta los nueve a?os vivi¨® en As Pontes de Garc¨ªa Rodr¨ªguez, una localidad industrial de la provincia de A Coru?a. All¨ª pas¨® su infancia ya que su padre, Joaqu¨ªn, era ingeniero de Endesa destinado en la central t¨¦rmica de la ciudad.
La adolescencia y juventud las transit¨® en Las Rozas, a las afueras de Madrid. All¨ª se aficion¨® a patinar y tambi¨¦n al surf, que practicaba cada verano en Comillas, donde pasaba las vacaciones con la familia.
Ten¨ªa una amplia formaci¨®n: era licenciado en Derecho y homolog¨® su t¨ªtulo en Francia, donde curs¨® estudios. Pod¨ªa ejercer como abogado en ambos pa¨ªses. Hablaba cuatro idiomas y ten¨ªa una enorme inquietud por la actualidad. Le gustaba conversar, dicen los amigos. ¡°Era un gran conversador¡±. Y no rehu¨ªa la pol¨ªtica. Lo recuerda un buen amigo como ¡°un europe¨ªsta de tomo y lomo, que no soportaba los populismos y que celebr¨® la victoria de Macron porque evit¨® que Le Pen llegara al poder¡±.
Era t¨ªmido, algo reservado, pero cuando hablaba, era claro, dicen los amigos. Trabaj¨® sus primeros a?os en la sucursal madrile?a del banco franc¨¦s Natixis. Despu¨¦s lo fich¨® el Banco Popular, donde sus compa?eros le recuerdan leyendo el Financial Times cada ma?ana. ¡°Era el ¨²nico¡±, recuerda un amigo.
Varias personas refugiadas en bares intentaron ayudar a Ignacio, pero los due?os no permitieron abrir las puertas
El nuevo puesto: adaptar directivas europeas bancarias contra la corrupci¨®n, el blanqueo y la financiaci¨®n terrorista. Ignacio vigilaba y valoraba operaciones bancarias sospechosas de suponer financiaci¨®n terrorista. Recuerdan compa?eros suyos que era un trabajador muy serio. ¡°Hablaba claro y eso le cost¨® alg¨²n enfrentamiento con alg¨²n directivo¡±, relata un compa?ero de trabajo.
Ignacio se pasaba las horas laborales entre papeles e investigaciones de posible financiaci¨®n terrorista. Vigilaba muy de cerca movimientos de grandes cantidades de dinero provenientes de Yemen, L¨ªbano, Ir¨¢n o Arabia Saud¨ª. Estaba familiarizado con las tramas y grupos terroristas y viaj¨® varias veces a Argelia a negociar con otros bancos.
Del Banco Popular pas¨® Ignacio al Banco ?rabe Espa?ol (ARESBANK), donde desavenencias con los directivos le hicieron renunciar. ¡°Es que era un t¨ªo con las ideas muy claras, que no se callaba aunque tuviera delante un directivo con 40 a?os de carrera¡±, dice otro compa?ero y amigo, Paco Soler. Paco recuerda un celebrado d¨ªa en el que Ignacio discuti¨® con un jefazo para defender el trabajo que estaba haciendo. ¡°Iba con sus ideas hasta el final. Por eso -dice Paco- no me extra?a lo que hizo. Tiraba para adelante sin dudar con lo que consideraba justo y adecuado. Era un ejemplo¡±.
Sufri¨® la cola del paro hasta que, hace poco m¨¢s de un a?o, decidi¨® reinventarse por en¨¦sima vez e irse a Londres, donde ya estaban sus dos hermanas viviendo.
Ignacio se pasaba las horas entre papeles de movimientos de grandes cantidades de dinero provenientes de Yemen, Ir¨¢n o Arabia Saud¨ª. Estaba familiarizado con las tramas terrorista
All¨ª, con su curr¨ªculum y experiencia, logr¨® un puesto en el banco HSBC, uno de los mayores del mundo. Todos los d¨ªas acud¨ªa a la City londinense a trabajar. Muchas tardes las dedicaba a patinar. As¨ª conoci¨® a Guillermo y a Javier.
¡°Sensible, generoso y casi siempre sonriente¡±. Aclara un amigo que no est¨¢ enumerando calificativos en memoria de Ignacio. ¡°Lo describo, es que era as¨ª. Un t¨ªo que quieres a tu lado, que transmite seguridad¡±.
Ignacio era cat¨®lico practicante. Iba a misa con frecuencia. La tradici¨®n era familiar. Sus padres, Joaqu¨ªn y Ana, tambi¨¦n son muy religiosos. Hablaba con tanta frecuencia como orgullo de su t¨ªo abuelo Antonio Hornedo, jesuita misionero en Per¨². En concreto, en una regi¨®n llamada Chachapolla que hac¨ªa re¨ªr a Ignacio cada vez que la pronunciaba. ¡°Admiraba mucho a su t¨ªo¡±, recuerda su amigo Rafael.
La familia arranc¨® ayer el duelo. Despu¨¦s de que, por fin, les dejaran identificar el cuerpo de Ignacio. Lo hicieron a trav¨¦s de un cristal y ahora esperan la repatriaci¨®n del cuerpo. Pasaron de perplejidad a la indignaci¨®n y ahora quieren instalarse en la tranquilidad. Est¨¢n agradecidos con sinceridad por el apoyo recibido, tanto del gobierno -el propio Rajoy llam¨® a la familia este jueves- como de la sociedad. En Las Rozas quieren construir un skate park con su nombre. Tambi¨¦n en Comillas. El mi¨¦rcoles cientos de patinadores se concentraron en Londres en su honor. Y en las redes sociales, siempre hirviendo, se ha llegado estos d¨ªas a la unanimidad. Ignacio, el h¨¦roe.
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