?C¨®mo hemos cambiado!
La tecnolog¨ªa que existe hoy d¨ªa nos puede ayudar a facilitar el regreso de la producci¨®n deslocalizada a las econom¨ªas avanzadas
Hace 40 a?os por estas fechas se firmaban en Espa?a los Pactos de La Moncloa, un intento casi a la desesperada por frenar la grave crisis econ¨®mica y social que azotaba la reci¨¦n nacida democracia. La inflaci¨®n rondaba el 44%, el desempleo comenzaba a desbocarse y el petr¨®leo se hab¨ªa disparado ?hasta los 14 d¨®lares! El entonces ministro de Econom¨ªa, Enrique Fuentes Quintana, hizo c¨¦lebre la frase: ¡°O los dem¨®cratas acaban con la crisis econ¨®mica o la crisis acaba con la democracia¡±.
Desde entonces muchas cosas han cambiado y, aunque seguimos padeciendo crisis de forma peri¨®dica, hay ejemplos que demuestran lo intenso de la transformaci¨®n experimentada. El sector de la automoci¨®n ha evolucionado de forma radical. En 1977 la industria espa?ola fabricaba anualmente 850.000 veh¨ªculos en factor¨ªas con poca tecnolog¨ªa y mucho empleo de baja cualificaci¨®n. Los procesos eran manuales y poco eficientes. Como consecuencia, el sector era muy proteccionista, apenas recib¨ªa inversiones exteriores y estaba centrado casi en exclusiva en el mercado nacional. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el panorama es radicalmente distinto. Las factor¨ªas espa?olas no han tenido miedo a afrontar cambios profundos, tanto en la producci¨®n, con la llegada de la robotizaci¨®n y la digitalizaci¨®n, como en las relaciones laborales, lo que ha permitido elevar los niveles de competitividad. As¨ª, Espa?a es hoy el segundo productor de coches de Europa y el octavo del mundo, a punto de franquear los tres millones de unidades producidas.
Tambi¨¦n ha habido avances muy relevantes en otros sectores, como el tur¨ªstico. Espa?a recibi¨® 75 millones de turistas en 2016 que se gastaron 77.000 millones de euros. El esfuerzo del sector para adaptarse al nuevo entorno ha sido clave, con una oferta hotelera que ha reforzado el componente digital no solo en los procesos de reserva y transporte de viajeros, sino tambi¨¦n en las propias infraestructuras hoteleras y en la gesti¨®n integrada de la atenci¨®n del cliente. Encontramos avances similares en el sector agroalimentario, que genera el 9% del PIB ¡ªEspa?a es el cuarto exportador europeo de productos alimentarios y el octavo del mundo¡ª; el sector de la salud, especialmente en biotecnolog¨ªa y farmacia, donde ocupamos la tercera posici¨®n europea en agrobiotecnolog¨ªa y la quinta en bioqu¨ªmica y biolog¨ªa molecular; o el sector aeron¨¢utico, donde somos la s¨¦ptima potencia mundial en fabricaci¨®n de sat¨¦lites.
Est¨¢ en nuestra mano aprovechar nuestra capacidad y potencial para situarnos en los niveles de mayor valor a?adido de las cadenas mundiales de producci¨®n y servicios
Est¨¢ en nuestra mano aprovechar nuestra capacidad y potencial para situarnos en los niveles de mayor valor a?adido de las cadenas mundiales de producci¨®n y servicios. Sin duda, el esp¨ªritu emprendedor y las ganas de crecer son los principales motores. No es casual que los pa¨ªses m¨¢s avanzados cuenten con una mayor proporci¨®n de empresas medianas y grandes, que son las que alcanzan grados de productividad m¨¢s elevados porque aprovechan mejor sus econom¨ªas de escala; contratan trabajadores mejor formados; aguantan mejor las crisis econ¨®micas; invierten m¨¢s en I+D+i; est¨¢n m¨¢s preparadas para competir internacionalmente; tienen m¨¢s facilidad para acceder a nuevos productos, tecnolog¨ªas y procesos productivos y se financian en mejores condiciones. El tama?o, por tanto, es una de nuestras asignaturas pendientes si queremos, dentro de otros 40 a?os, contar con m¨¢s sectores punteros en el ¨¢mbito internacional.
La inversi¨®n en tecnolog¨ªa e I+D es la otra gran tarea. Hoy disponemos de oportunidades inimaginables hace muy poco. Se estima, por ejemplo, que la fabricaci¨®n aditiva represente el 5% de la capacidad de fabricaci¨®n del planeta antes de 2020, lo que har¨¢ de la impresi¨®n 3D una industria de 640.000 millones de d¨®lares. Tambi¨¦n somos testigos de los enormes progresos en computaci¨®n cu¨¢ntica para desarrollar ordenadores extremadamente r¨¢pidos, lo que permitir¨¢ realizar c¨¢lculos, simulaciones o an¨¢lisis que ahora no son viables. El caso del gemelo digital ¡ªque reproduce virtualmente no solo el dise?o de un producto, servicio, f¨¢brica o sistema, sino que, adem¨¢s, analiza su comportamiento desde distintos puntos de vista para reducir tiempos de an¨¢lisis y evitar errores¡ª es un claro ejemplo. Adem¨¢s, la cada vez mayor incorporaci¨®n de los drones en la actividad contribuir¨¢ a incrementar la productividad ¡ªCorreos, por ejemplo, experimenta ya con los carteros a¨¦reos en ¨¢reas rurales remotas del norte de Espa?a¡ª. Y por encima de todos estos fen¨®menos, el industrial Internet of Things ser¨¢ el elemento integrador de todos los habilitadores del cambio, al multiplicar la conectividad v¨ªa implementaci¨®n de sensores conectados a redes y desplegar el potencial de los modelos anal¨ªticos y predictivos o de la rob¨®tica avanzada. Gracias a todo ello contaremos, por ejemplo, con servicios p¨²blicos m¨¢s eficientes ¡ªtr¨¢fico o recogida de residuos¡ª; f¨¢bricas m¨¢s productivas y aut¨®nomas ¡ªcapaces no solo de predecir problemas, sino de hacer pagos o encargar suministros por s¨ª solas¡ª; o el controvertido coche aut¨®nomo, que tendr¨¢ enormes implicaciones regulatorias, laborales e incluso urban¨ªsticas.
En definitiva, un mundo nuevo cargado de posibilidades. La tecnolog¨ªa existente hoy nos puede ayudar, adem¨¢s, a facilitar el regreso de producci¨®n deslocalizada a econom¨ªas avanzadas. La alianza que Siemens y Adidas han suscrito recientemente es un ejemplo. A principios de los noventa, el fabricante de material deportivo decidi¨® trasladar a China e Indonesia sus plantas industriales. Veinte a?os despu¨¦s, el aumento de los costes de fabricaci¨®n y la automatizaci¨®n ponen en entredicho esa ventaja, y la propia Adidas ha decidido dar un vuelco a su estrategia y reintegrar parte de su producci¨®n en centros automatizados de Alemania. Ha firmado con Siemens un programa de I+D para digitalizar la speedfactory, una innovadora f¨¢brica en Ansbach que fomentar¨¢ una producci¨®n m¨¢s r¨¢pida, transparente e individualizada. Este es, a mi juicio, el camino a seguir. Si el cambio experimentado en el pasado nos procur¨® claros casos de ¨¦xito, la transformaci¨®n que podemos protagonizar a partir de ahora es de un calibre inimaginable.
Rosa Garc¨ªa es presidenta de Siemens Espa?a.