Entre la euforia y el v¨¦rtigo
Los espa?oles vivieron las primeras elecciones democr¨¢ticas de la nueva Monarqu¨ªa con mucha ilusi¨®n y algo de incertidumbre, incluso miedo
Faltaban poco m¨¢s de dos meses para la celebraci¨®n de las primeras elecciones democr¨¢ticas tras la muerte de Franco, cuando el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez anunci¨®, el 9 de abril de 1977, la legalizaci¨®n del Partido Comunista de Espa?a (PCE). Era S¨¢bado Santo y supuso el pistoletazo de salida para unos comicios aut¨¦nticamente abiertos a todas las fuerzas pol¨ªticas, despu¨¦s de m¨¢s de 40 a?os de dictadura y en una Espa?a que hab¨ªa recuperado la monarqu¨ªa un a?o antes.
El rey Juan Carlos se lo hab¨ªa anunciado a Santiago Carrillo unos meses antes. Lo explicaba ¨¦l mismo en el documental que dirigi¨® Miguel Courtois en una coproducci¨®n entre las televisiones p¨²blicas de Espa?a y Francia y que TVE guarda en un caj¨®n sin emitirlo. ¡°Envi¨¦ un hombre de mi plena confianza a ver a Carrillo para que le transmitiera un mensaje¡±, explica el Rey em¨¦rito: ¡°Vamos a legalizar el Partido Comunista, pero yo decidir¨¦ cu¨¢ndo y c¨®mo¡±.
El 18 de marzo de 1977, el Bolet¨ªn Oficial del Estado publicaba el decreto de convocatoria de las primeras elecciones generales democr¨¢ticas tras las de 1936 (las ¨²ltimas de la II Rep¨²blica), y ni el PCE ni los m¨²ltiples partidos de orientaci¨®n comunista hab¨ªan sido legalizados. El PSOE consigui¨® ser legal el 18 de febrero, pero pasaban los d¨ªas y el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez no mov¨ªa ficha. La derecha presionaba para mantener al partido de Santiago Carrillo al margen de las elecciones, pero finalmente se impuso la raz¨®n y el S¨¢bado de Gloria se produjo la resurrecci¨®n del PCE en nuestro pa¨ªs.
Monta?a rusa de emociones. La primera de ellas fue la convocatoria de una semana de movilizaciones en favor de la amnist¨ªa general
Ese era el ambiente de un a?o que iba a cambiar la historia de Espa?a. Se viv¨ªa con ilusi¨®n, incluso con cierta euforia, la vuelta a la democracia. Sin embargo, la incertidumbre y el miedo pesaban en el ¨¢nimo de los espa?oles. Se hab¨ªa enterrado al dictador, Francisco Franco, y con ¨¦l su r¨¦gimen fascista, pero la reinstauraci¨®n mon¨¢rquica planteaba muchas dudas y muy pocos pon¨ªan la mano en el fuego hasta que no hubiera una nueva Constituci¨®n.
De eso se trataba: convocar unas elecciones para formar unas Cortes Constituyentes que consolidaran los principios democr¨¢ticos por los que clamaban los espa?oles. En julio de 1976 Adolfo Su¨¢rez hab¨ªa formado su primer Gobierno, designado por el Rey, y en noviembre de ese mismo a?o las Cortes franquistas hab¨ªan firmado su sentencia de muerte al aprobar la Ley para la Reforma Pol¨ªtica. Ahora hab¨ªa que pisar el acelerador y dirigirse cuanto antes hacia un sistema aut¨¦nticamente democr¨¢tico.
Pero 1977 no pudo empezar peor. El 24 de enero, un grupo de ultraderechistas adscritos a la Alianza Apost¨®lica Anticomunista (la Triple A) asesin¨® a cinco abogados laboralistas de CC OO en su despacho de la calle de Atocha. El atentado de Atocha moviliz¨® a millones de dem¨®cratas contra los restos del fascismo, pero tambi¨¦n cre¨® una sensaci¨®n de que el camino hacia la libertad no iba a ser tan f¨¢cil como parec¨ªa. Adem¨¢s, la banda terrorista ETA segu¨ªa asesinando, mientras una misteriosa organizaci¨®n supuestamente de izquierda (los GRAPO) secuestraba y mataba gente, y grupos ultraderechistas intentaban sembrar el p¨¢nico en la calle.
Era un tiempo en el que se hablaba de democracia, pero segu¨ªan vigentes leyes y costumbres de la dictadura. Los que dirig¨ªan el proceso hab¨ªan vestido camisas azules y los ciudadanos dudaban de su aut¨¦ntica vocaci¨®n democr¨¢tica. A pesar de todo, Espa?a continuaba su camino hacia la libertad. El 1 de abril, una semana antes de legalizarse el PCE, el Gobierno de Su¨¢rez derog¨® la censura de prensa; un sistema que hab¨ªa cercenado la libertad de opini¨®n durante los largos a?os de la dictadura.
En esa monta?a rusa de sensaciones, el mes de mayo trajo varios acontecimientos destacados en plena campa?a preelectoral. El primero de ellos fue la convocatoria de una semana de movilizaciones en favor de la amnist¨ªa general. Lo que empez¨® como unas manifestaciones pac¨ªficas degener¨® en batallas campales con el resultado de siete muertos. Las fuerzas de seguridad todav¨ªa no se hab¨ªan sumado a las nuevas reglas de la democracia. La Ley de Amnist¨ªa fue aprobada el 14 de octubre de 1977 por las nuevas Cortes.
El 14 de mayo, don Juan de Borb¨®n dio un paso importante en favor de la credibilidad democr¨¢tica del rey Juan Carlos. Ese d¨ªa, en un acto muy simb¨®lico y poco protocolario, renunci¨® a sus derechos din¨¢sticos en la persona de su hijo. Entonces no se dio demasiada importancia al acto, pero posteriormente se demostr¨® imprescindible para que el Monarca pudiera seguir adelante con sus planes de reforma en Espa?a. Don Juan hab¨ªa ejercido una dura oposici¨®n a Franco desde el exterior, aunque hab¨ªa ido negociando con ¨¦l para la reinstauraci¨®n de la monarqu¨ªa, que finalmente se realiz¨® en la figura de su hijo. La renuncia a sus derechos supuso un aldabonazo a los planes de futuro del nuevo Rey.
Dos semanas despu¨¦s, Torcuato Fern¨¢ndez Miranda, una de las figuras clave en los primeros meses de la transici¨®n democr¨¢tica junto al Rey y a Adolfo Su¨¢rez (sin olvidar al cardenal Taranc¨®n), presentaba su dimisi¨®n como presidente de las Cortes. Se pon¨ªan de manifiesto las primeras grietas en las relaciones de las tres personas que lideraron el proceso y se confirmaba que Su¨¢rez hab¨ªa decidido que ya pod¨ªa volar solo.
Cuenta don Juan Carlos en el documental Yo, el Rey que en sus primeros d¨ªas de reinado, en 1976, pregunt¨® a Torcuato Fern¨¢ndez Miranda, que hab¨ªa sido su preceptor durante a?os, qu¨¦ puesto quer¨ªa en la nueva organizaci¨®n pol¨ªtica. Y el pol¨ªtico le respondi¨®: ¡°Se?or, por supuesto que me gustar¨ªa ser presidente del Gobierno, pero creo que le puedo ser m¨¢s ¨²til como presidente de las Cortes¡±. Y as¨ª fue.
El mes de junio tampoco trajo buenas noticias. Desde el entorno del empresario Javier Ybarra, que llevaba semanas secuestrado por ETA, se anunciaba que se hab¨ªa roto el di¨¢logo con los secuestradores y que todo hac¨ªa presagiar un final tr¨¢gico, como sucedi¨® el 23 de junio, en el que su cad¨¢ver fue encontrado en el alto de Barazar, junto al monte Gorbea, en Bizkaia.
La campa?a electoral estaba ya lanzada, con una previsi¨®n de m¨¢s de 22.000 m¨ªtines. All¨ª estaban Adolfo Su¨¢rez, Felipe Gonz¨¢lez, Santiago Carrillo, Manuel Fraga, Joaqu¨ªn Ruiz Gim¨¦nez, Enrique Tierno Galv¨¢n, Jordi Pujol y otros muchos l¨ªderes pol¨ªticos haciendo campa?a por ganar las primeras elecciones democr¨¢ticas tras la dictadura. En ese enorme rompecabezas de fuerzas pol¨ªticas se inclu¨ªa hasta el brazo en alto de Blas Pi?ar, secretario general de Fuerza Nueva y m¨¢ximo representante de la dictadura.
Movilizaci¨®n espectacular. La campa?a electoral se lanz¨® con m¨¢s de 22.000 m¨ªtines de los distintos partidos pol¨ªticos
El ambiente de fiesta y de libertad fue en aumento a medida que llegaba el d¨ªa de la votaci¨®n. EL PA?S hizo un despliegue el domingo 12 de junio (por entonces, las elecciones se celebraban en d¨ªa laborable) con la edici¨®n de una extensa gu¨ªa para votar (era la primera vez para la mayor¨ªa) y la publicaci¨®n del ¨²ltimo sondeo electoral. La encuesta auguraba que los partidos de centro-derecha (UCD) y centro-izquierda (PSOE) ganar¨ªan las elecciones a los de la derecha (AP) y la izquierda (PCE), como luego sucedi¨®.
El d¨ªa de las elecciones, mi¨¦rcoles 15 de junio de 1977, subi¨® la Bolsa de Madrid, como un augurio de que Espa?a iba a comenzar una nueva etapa de esperanza. Una subida que reflejaba m¨¢s las expectativas que la realidad, porque se acababa de anunciar que la inflaci¨®n hab¨ªa superado el 9% en solo cuatro meses (enero-abril) y que los d¨¦ficits comercial y fiscal estaban desbocados. El por entonces profesor de Econom¨ªa Enrique Fuentes Quintana hab¨ªa dicho en plena campa?a que ¡°la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola es insostenible¡±.
Tras ganar las elecciones, Adolfo Su¨¢rez le nombr¨® vicepresidente econ¨®mico del Gobierno, y en ese mismo verano del a?o 1977, Fuentes Quintana inici¨® las negociaciones de los Pactos de la Moncloa que encauzaron la econom¨ªa del pa¨ªs y supusieron uno de los arcos de b¨®veda del esp¨ªritu de la transici¨®n democr¨¢tica: el di¨¢logo, la renuncia y el acuerdo por un objetivo com¨²n.
El 15 de junio votaron 18.324.333 espa?oles. Los resultados tardaron varios d¨ªas en ser oficiales. Era la primera vez, no hab¨ªa costumbre y era imprescindible que no hubiera errores en el conteo. Como dec¨ªan las encuestas, la UCD de Adolfo Su¨¢rez gan¨® las elecciones con 6,31 millones de votos y 165 diputados. Le siguieron el PSOE de Felipe Gonz¨¢lez (5,37 millones de votos y 118 diputados), el PCE de Santiago Carrillo (1,71 millones de votos y 20 diputados) y la AP de Manuel Fraga (1,50 millones de votos y 16 diputados).
El a?o 1977 fue esencial en el proceso democr¨¢tico en nuestro pa¨ªs. Los espa?oles vieron que la libertad se iba abriendo camino, aunque tambi¨¦n comprobaron que no iba a ser tarea f¨¢cil. Pero la ilusi¨®n se impuso sobre el miedo, y el v¨¦rtigo se fue controlando poco a poco.
Entre los recuerdos de ese a?o figura el estreno de la primera pel¨ªcula de la serie de La guerra de las galaxias, de Georges Lucas, o de Romeo y Julieta y Doctor Zhivago. Fue el a?o de la muerte de Elvis Presley, Groucho Marx, Mar¨ªa Calas o Howard Hawks. El Premio Cervantes se lo llev¨® Alejo Carpentier, y el Planeta, Jorge Sempr¨²n, por su novela Autobiograf¨ªa de Federico S¨¢nchez. La Liga de f¨²tbol la gan¨® el Atl¨¦tico de Madrid, y la Copa de Europa, el Liverpool, mientras que la Liga de baloncesto la gan¨® el Real Madrid, y la de Europa, el Maccabi de Tel Aviv. El Oscar se lo llev¨® la pel¨ªcula de Woody Allen Annie Hall, y el Premio Nobel de la Paz, la organizaci¨®n Amnist¨ªa Internacional.