El misterioso robo del Cervantes de Estambul
El director del instituto denuncia la sustracci¨®n de 30.000 euros en joyas y objetos personales que guardaba en una caja para armas
Los hechos ocurrieron a mediados de abril. Pero nadie ha encontrado a¨²n una explicaci¨®n razonable para entenderlo. El d¨ªa 13 de dicho mes el director del Instituto Cervantes de Estambul, Pablo Mart¨ªn Asuero, notific¨® a la polic¨ªa que hab¨ªan desaparecido de una caja de seguridad del centro joyas y otros objetos de valor de su propiedad cuyo monto ascend¨ªa a unos 30.000 euros.
Qu¨¦ hac¨ªan unas joyas tan valiosas en una caja del Instituto Cervantes es uno de los interrogantes sobre el caso. Porque la caja en cuesti¨®n es una taquilla de seguridad que se encuentra a la entrada del centro cultural y que se utiliza habitualmente para que quienes visitan el instituto dejen a buen recaudo armas blancas o pistolas y no accedan con ellas al edificio. No hay pruebas de que el d¨ªa de autos alguien forzase dicha caja, por lo que las primeras sospechas recayeron en los guardias de seguridad que custodian el centro d¨ªa y noche. La polic¨ªa les tom¨® declaraci¨®n y se les llam¨® a comparecer ante el fiscal instructor que se ha hecho cargo del caso.
Mart¨ªn Asuero (San Sebasti¨¢n, 1967), director del Cervantes de Estambul desde 2012, inculp¨® a los cuatro guardias de seguridad que ten¨ªan la llave de repuesto de la caja. ¡°Es falso. Resulta imposible que nosotros hayamos abierto la caja, porque, como las cajas de seguridad de los bancos, se abre con dos llaves: una que tenemos nosotros y otra que posee el director¡±, se defiende uno de los trabajadores de seguridad, que pide ocultar su nombre: ¡°Aquel d¨ªa, el director baj¨® y se llev¨® una especie de cofre que hab¨ªa en el interior de la taquilla. Lo subi¨® a su despacho y nos dijo que hab¨ªa metido algo, pero no el qu¨¦. Ni siquiera sabemos si es verdad que dentro hab¨ªa joyas como dijo. Lo guard¨® en la taquilla y se march¨®. Al cabo de cinco minutos regres¨® y orden¨® abrirla a un compa?ero. Luego, cuando los agentes de polic¨ªa tomaron las huellas dactilares, por supuesto encontraron las de ese compa?ero, porque el director le hab¨ªa ordenado abrirla. Parece que ten¨ªa un plan o algo as¨ª para culparnos¡±.
La polic¨ªa se ha llevado las cintas de las c¨¢maras de seguridad del instituto y hay un proceso judicial en marcha para esclarecer lo ocurrido. Por otro lado, el director del centro cultural espa?ol ha ordenado rescindir el contrato a la empresa de seguridad y los guardias jurados han sido despedidos con fecha del pr¨®ximo 1 de julio porque, seg¨²n la tesis de Mart¨ªn Asuero ¡ªque se ha negado a responder a las preguntas de EL PA?S¡ª, hab¨ªan sido ellos los autores del robo.
¡°Llevamos a?os trabajando aqu¨ª. Jam¨¢s hemos tenido una queja ni se ha dudado de nuestra honestidad. Todos tenemos un expediente sin m¨¢cula. ?Por qu¨¦ el se?or director nos acusa ahora de ladrones sin ninguna prueba?¡±, se queja el guardia, quien asegura que el visionado de las im¨¢genes de seguridad probar¨¢ su inocencia: ¡°Queremos denunciar al director por difamaci¨®n, pero no podemos porque tiene inmunidad diplom¨¢tica¡±.
El asunto no pasar¨ªa de un suceso y de un cruce de acusaciones que dilucidar¨¢ la justicia de Turqu¨ªa si no fuese porque el Instituto Cervantes, un organismo p¨²blico dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol, ha tenido que hacer frente a varios gastos ligados a estos hechos, pese a que se trata de la propiedad de un particular.
Por ahora, 5.000 euros
Seg¨²n fuentes del centro cultural, el monto asciende por ahora a 5.000 euros. ¡°?Se le van a exigir responsabilidades al se?or Mart¨ªn Asuero por el uso indebido de los recursos de seguridad del centro as¨ª como por todos los gastos y perjuicios que para el Instituto Cervantes se est¨¢n derivando del mencionado asunto? Y, en su defecto, ?qui¨¦n va a asumir los gastos ocasionados?¡±, pregunta la Federaci¨®n de Ense?anza de Comisiones Obreras de Exterior en una misiva dirigida a Rafael Rodr¨ªguez-Ponga, secretario general de la instituci¨®n.
A los empleados del Instituto Cervantes les molesta especialmente que dichos gastos lleguen en un contexto en que los recortes presupuestarios han provocado que se reduzca la compra de nuevo material para el centro y libros para la biblioteca y que se inste a utilizar la fotocopiadora con cuentagotas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.