Las 538 granadas sumergidas durante 80 a?os

Cuando ?ngel Gimeno desapareci¨® de su casa el pasado 1 de mayo, los efectivos de la Guardia Civil se lanzaron en su b¨²squeda. El instituto armado despleg¨® un dispositivo por los alrededores de Monreal del Campo (Teruel), el municipio de apenas 2.500 habitantes donde viv¨ªa este hombre de 75 a?os, que les llev¨® hasta el acu¨ªfero de Los Ojos del R¨ªo Jiloca. All¨ª, entonces, se sumergieron los buzos. Y all¨ª, hundidas, encontraron 538 granadas de mortero del calibre 81, ocultas desde la Guerra Civil. "Posiblemente fueron abandonadas por alguna posici¨®n de los bandos en contienda para evitar su posterior utilizaci¨®n", han explicado los investigadores. A Gimeno no lo localizaron.

"Es el mayor arsenal de explosivos hallado en Arag¨®n y uno de lo mayores de Espa?a", han a?adido los agentes, que han trabajado durante dos meses en la extracci¨®n de estos artefactos explosivos: "Debido a la gran cantidad que hab¨ªa y a las dificultades del lugar donde se encontraban". "Todas las granadas estaban sumergidas en el lodazal del fondo del acu¨ªfero", ha detallado la Guardia Civil, que "no ha podido determinar, de momento, a qu¨¦ bando pertenec¨ªan por su estado de deterioro". Las armas se han trasladado hasta una cantera cerca de Monreal del Campo, donde los especialistas en desactivaci¨®n han procedido a su "neutralizaci¨®n".

Casi ocho d¨¦cadas despu¨¦s del final de la Guerra Civil, los hallazgos de bombas y arsenales a¨²n se suceden en Arag¨®n. Seg¨²n los datos de la Guardia Civil, la Comandancia de Teruel ha registrado m¨¢s de un centenar de avisos en 2017 por la localizaci¨®n de armas usadas en ese conflicto: proyectiles de artiller¨ªa, detonadores, bombas de aviaci¨®n, granadas de mano y de mortero, entre otras.

"Es importante resaltar la extrema peligrosidad de estos artefactos. Si no se les somete a ninguna acci¨®n permanecen en estado latente. Y, en caso de cualquier manipulaci¨®n, por peque?a que sea, el resultado m¨¢s probable es la explosi¨®n", subraya el instituto armado. En 2013, un hombre de 66 a?os y su hijo, de 22, resultaron heridos de gravedad tras estallar un antiguo artefacto explosivo de la Guerra Civil depositado en el garaje en el que se encontraban.