El Gollum del PP y su tesoro

Todo empez¨® con Rosendo Naseiro y su tesoro, la visi¨®n primigenia de las comisiones de empresarios al PP con el esc¨¢ndalo de 1990 y el primer apunte en los papeles de B¨¢rcenas: los ocho millones que dej¨® en la caja B cuando se fue. Ayer apareci¨® en el Congreso como un ser extra?o de otra ¨¦poca, del PP en blanco y negro, quiz¨¢ m¨¢s lo segundo que lo primero. Consumido por el tiempo y la maldici¨®n de haber pasado cinco d¨ªas en la c¨¢rcel -para evitarlo, luego todos los tesoreros del PP fueron diputados-, hablaba de s¨ª mismo en tercera persona, se presentaba desvalido y se lamentaba de su suerte, pero con un punto de mala leche, parec¨ªa el Gollum de El Se?or de los Anillos: "Naseiro no oculta nada, estuvo siempre calladito". Como tesorero ca¨ªdo en desgracia solo le falt¨® decir: "Mi tesooooroo". Se quej¨® tambi¨¦n de que no recibi¨® sobresueldos, ni finiquito y el abogado se lo tuvo que pagar ¨¦l. Aunque le se?alaron que cost¨® dos millones de la caja. Dijo que huy, no lo sab¨ªa.

La verdad, cuando lleg¨® corri¨® serio riesgo de que le echaran, por confundirle con un jubilado extraviado camino del Retiro. Entr¨® a la comisi¨®n de investigaci¨®n con zapatillas negras de deporte como quien va al bar del pueblo. Visto en la tele, en un par de secuencias de atolondramiento, con 82 a?os, pod¨ªa inspirar l¨¢stima. Pero observado las casi tres horas que estuvo, no te acababas de creer el personaje. O¨ªa peor cuando no le parec¨ªa. Ejemplo:

-?Ten¨ªa usted cuentas en Suiza?

-?C¨®mo?

Se puso pronto cascarrabias con el PSOE ("?Que no me echen discursos!") y era como discutir con el abuelo mientras juega al domin¨®. Hab¨ªa que gritarle, pero era inveros¨ªmil que a quien menos entendiera fuera a Joan Tard¨¤, de ERC, con su vozarr¨®n, que le oyen sin micr¨®fono en la cafeter¨ªa. Tard¨¤, simp¨¢tico y apocal¨ªptico, tiene dos obsesiones: el sistema podrido y la Alemania nazi, todo lo lleva por ah¨ª. Si Naseiro se estaba haciendo el tonto, a partir de entonces no fue necesario, Tard¨¤ atontaba a cualquiera. De todos modos el compareciente, que empez¨® con una tintorer¨ªa, ya hab¨ªa limpiado su memoria. El caso fue anulado porque no se admitieron las escuchas que destapaban todo y ya como si nada, hasta hoy. "El otro d¨ªa tuvimos al tesorero mudo y hoy tenemos al tesorero sordo", glos¨® Toni Cant¨® y los populares se le echaron encima. PP y Ciudadanos se odian muy bien, hacen buena pareja.

?ngel Sanch¨ªs, de 79 a?os, estaba en cambio como una rosa. Muy campechano -aunque en el caso G¨¹rtel le piden ocho a?os-, se defendi¨® bien, pero tambi¨¦n se atasc¨® de forma metaf¨ªsica en las escuchas del caso Naseiro: "Esas conversaciones no existieron. Fueron destruidas. ?Me las puede ense?ar alguien?". Aunque si las destruyeron exist¨ªan y adem¨¢s le juzgaron por ellas, ha decidido que no existieron, como todo esto en el PP. Sanch¨ªs, tesorero de 1982 a 1987, tambi¨¦n hizo un entra?able revival. Empez¨® a trabajar con 13 a?os con un cami¨®n de pesticidas. Con 34 a?os ya presid¨ªa un banco y le fich¨® Fraga. "No ten¨ªamos un duro. Muchos meses pagaba yo la luz". Ah, aquellas "se?oras del PP" que llevaban las cuentas con las donaciones que llegaban de toda Espa?a. Ah, aquellas cenas ben¨¦ficas que le organizaba a don Manuel con empresarios a medio mill¨®n de pesetas el cubierto. "Se iba porque ten¨ªa que madrugar y me quedaba yo pasando la gorra. Era gracioso don Manuel". Tambi¨¦n conoci¨® a Luis B¨¢rcenas cuando ten¨ªa siete a?os, luego se lo llev¨® al PP y fue testigo de su boda. Su relaci¨®n se ha enfriado, reconoci¨®, precisamente porque nunca le coment¨® nada de la caja B y se tuvo que enterar por la prensa. Pasa en las mejores familias. A¨²n as¨ª, su veredicto: ¡°Me merece todos los respetos¡±.

Con la actual tesorera, Carmen Navarro, todo fue ya en color, m¨¢s tenso y aburrido, porque sigue en el ajo. Est¨¢ imputada por la destrucci¨®n de los ordenadores de B¨¢rcenas, y de eso no habl¨®, por ser un proceso abierto. Su consigna: "No me dedico a investigar el pasado, sino a gestionar el presente". Siempre acelerando sin mirar por el retrovisor. Si la comisi¨®n es para investigar la financiaci¨®n ilegal del PP no sirvi¨® de mucho, y no solo porque el tesorero que m¨¢s sabe, ?lvaro Lapuerta, tiene demencia sobrevenida, todos le echan la culpa por eso, y ayer no fue. Es que ya sabemos todo, pero fue bonito recordarlo. Como una reposici¨®n, est¨¢ bien volver a verlas, uno se acuerda de cosas. Aunque como dijo el presidente de la comisi¨®n, el canario Pedro Quevedo para que no discutieran m¨¢s: "Esto solo conduce a la melancol¨ªa".