Los turistas no perciben los ataques como amenaza

Algunos de los turistas entrevistados en seis ciudades espa?olas, donde pasan sus vacaciones, han o¨ªdo hablar de las cr¨ªticas al turismo, de la llamada turismofobia, entienden que haya que poner un orden, pero no aprecian rechazo y disfrutan plenamente de sus vacaciones.

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SAN SEBASTI?N | Ecos de la prensa brit¨¢nica

En el aeropuerto bilba¨ªno de Loiu y antes de volver a Londres, Ron W. afirma no haber visto ninguna pintada contra el turismo ni en Bilbao ni en San Sebasti¨¢n y le extra?an esas actitudes. ¡°No entiendo que vayan contra los turistas¡±, asegura. Ron ley¨® en The Guardian y en la edici¨®n digital del Daily Mail la noticia sobre el asalto de Arran, una asociaci¨®n de la izquierda independentista vinculada a la CUP, a un autob¨²s tur¨ªstico en Barcelona. ¡°El Pa¨ªs Vasco es excelente¡±, concluye. Al contrario, Adler, a la espera de un vuelo con destino a Fr¨¢ncfort, ni ha visto ni le¨ªdo nada relacionado con los activistas antiturismo, pero le preocupa que ese tipo de actitudes se puedan generalizar. ¡°Me han tratado muy bien, buena comida, hoteles y buenos amigos. He estado cuatro d¨ªas en Bilbao y he estado muy tranquilo¡±, dice.

BARCELONA | Ni preocupados ni intimidados

En la Sagrada Familia de Barcelona, uno de los epicentros de los brotes de turismofobia, la idea de esos ataques es, aparentemente, menor. Turistas y trabajadores no saben nada de ataques: ¡°Ni idea, aqu¨ª lo ¨²nico que nos preocupa es que la alcaldesa nos quite mesas de la terraza porque nos quedar¨ªamos sin curro¡±, afirman Alejandro y sus compa?eros camareros del restaurante Picasso. Quien podr¨ªa escribir un tratado sobre la evoluci¨®n del turismo en la Sagrada Familia es Joan L¨®pez, que regenta un quiosco. No habla de fobias pero s¨ª asegura que los turistas tienen cada vez m¨¢s prisa y menos dinero y hay m¨¢s grupos: ¡°Que no benefician a nadie, porque no tienen tiempo ni dinero¡±. Le molesta mucho ¡°cuando los turistas hacen fotos a postales de treinta c¨¦ntimos con iPhones de mil euros¡±. No justifica muestras de rechazo a los turistas, pero los entiende. ¡°Mi hermano paga 500 euros de alquiler y sabe que cuando se le acabe el contrato se tendr¨¢ que marchar de Barcelona. Hay que poner l¨ªmites¡±, defiende. En otro punto tur¨ªstico, la Casa Batll¨®, en el paseo de Gr¨¤cia, una familia de Madrid (Carlos, Mariluz y sus tres hijos) s¨ª ha o¨ªdo hablar de la turismofobia, pero no se sienten intimidados. Eso s¨ª, lamentan que haya ¡°mucha gente y sea todo muy caro¡±.

PALMA | Revisar el modelo, no el trato

Con sombrero, mapa en mano y mochila anda por el c¨¦ntrico Paseo del Borne Banina Santy, una turista de nacionalidad argentina que reside en B¨¦lgica. Dice sentirse ¡°muy a gusto¡± en su visita a Mallorca. Cuenta que ha sido bien recibida en todos lados, aunque entiende las quejas de algunos colectivos en contra del turismo. ¡°Algunos tienen raz¨®n. Un hombre me contaba que antes hab¨ªa muchos m¨¢s comercios t¨ªpicos, pero que hace unos a?os ha empezado a perderse la tradici¨®n¡±. No opina lo mismo Michael, un septuagenario ingl¨¦s que camina por la zona junto a su esposa. Ambos han venido en m¨¢s de 10 ocasiones a la isla, pero siempre se han alojado en poblaciones alejadas de Palma. ¡°Siempre nos han tratado muy bien¡±, afirma y aunque no comparte que pueda haber gente que est¨¦ en contra de los turistas ¡°porque Mallorca se conoce gracias a eso¡± reconoce que en la zona monumental de Palma hay una gran afluencia de gente.

En la Asociaci¨®n del Peque?o y Mediano Comercio de Mallorca est¨¢n ¡°totalmente en contra¡± de las acciones en contra del turismo, aunque creen que la Administraci¨®n tiene que ser valiente para regularlo. Su presidente, Bernat Coll, insiste en la necesidad de dimensionarlo ¡°porque el territorio en Baleares es el que es y no se nos puede ir de las manos¡±.

GRAN CANARIA | Espacios para la tranquilidad

Alec y Catherine se alojan en una casa rural en las cercan¨ªas de Las Palmas. Han pasado varios d¨ªas en un hotel de Mog¨¢n, al suroeste de la isla, y ahora quieren tranquilidad. Es la tercera vez que visitan Canarias en 10 a?os. ¡°Venimos a Canarias porque siempre hay espacio para encontrar lugares tranquilos y porque la hospitalidad de los canarios nos encanta¡±, dice Catherine, profesora de espa?ol residente en M¨¢nchester. No se han enterado de los ataques ni del tourist go home que se ha comenzado a expresar en algunas zonas del Mediterr¨¢neo. Les sorprende, aunque entienden que pueda molestar cuando alteran el h¨¢bitat local. ¡°Es normal, tambi¨¦n pasa en algunas ciudades inglesas donde es imposible vivir con tranquilidad, pero a todos nos gusta viajar¡±, concluye Alec.

M?LAGA | Un sector asumido

Al turista, una sonrisa. El viejo y exitoso eslogan de la Junta para promocionar Andaluc¨ªa se aplica a la perfecci¨®n en M¨¢laga, capital de la Costa del Sol, buque insignia de la principal industria de la comunidad. ?Hay turismofobia en la ciudad? ¡°Para nada, todo lo contrario, si vivimos de esto¡±, apunta Jordi, camarero del c¨¦ntrico restaurante Gorki, que ha contratado a seis personas (la plantilla habitual la forman 10 empleados) para la temporada alta. M¨¢s trabajadores y m¨¢s facturaci¨®n. ?ngela, cordobesa, veranea en Benalm¨¢dena y est¨¢ de visita en la capital. ¡°Est¨¢bamos coment¨¢ndolo ahora, da gusto venir a M¨¢laga¡±, explica, mirando a su hija Eva. ¡°Espa?a vive del turismo, no entiendo por qu¨¦ quieren estropear esa fuente de ingresos¡±, dice la madre, sobre los ataques al sector en puntos de Baleares y Catalu?a.

SANTIAGO | Cuesti¨®n de orden

El verano en Galicia est¨¢ siendo de r¨¦cord y la turismofobia ni est¨¢ ni se le espera. A las hermanas Carmen y Loli Maldonado, que desde Granada han alquilado un piso en Muros (A Coru?a), sus nuevos vecinos las han recibido ¡°muy bien¡±, con la mejor de sus sonrisas y con predisposici¨®n incluso para hacer de gu¨ªas. Isaac y Paco, de C¨¢diz y Huelva, respectivamente, que pisan por primera vez la plaza del Obradoiro, tampoco detectan en Galicia reparos al aluvi¨®n estival de visitantes. ¡°No es solo porque no haya aqu¨ª tanta masificaci¨®n. En Andaluc¨ªa la hay y solo nos quejamos del turismo de botell¨®n, no de todo el turismo¡±, subrayan. La buena cara con la que los gallegos reciben el crecimiento imparable del sector en los ¨²ltimos a?os no supone falta de preocupaci¨®n. ¡°No hay turismofobia pero es cuesti¨®n de llevar un orden, de regular todo poniendo todos algo de su parte¡±, apunta el hostelero compostelano Jes¨²s Cabanas, del Restaurante Central, cercano al Obradoiro, quien admite problemas con la recogida de basura y el reparto de mercanc¨ªas en el creciente entramado de bares y restaurantes del casco hist¨®rico de Santiago.

En la taberna Mar¨ªa Casta?a, sus responsables, Xan y Chicho, critican que se haya impuesto en la capital gallega un ¡°turismo barato, no de borrachera pero s¨ª de descaro¡±. ¡°A nosotros nos han pedido muchas veces que les invitemos por ser peregrinos¡±, se?alan.

Este reportaje ha sido elaborado con informaci¨®n de Pedro Gorospe, Clara Blanchar, Luc¨ªa Boh¨®rquez, Txema Santana, Esperanza Codina y Sonia Vizoso.