C¨¢diz proh¨ªbe las barbacoas en la playa que quiso convertir en r¨¦cord mundial
El alcalde decide acabar con las brasas para esta edici¨®n del Trofeo Carranza


Eran d¨ªas de vino y rosas. O mejor, de brasas y pinchitos. Las barbacoas que se celebraban en las playas de C¨¢diz, para festejar el Trofeo Ram¨®n de Carranza de f¨²tbol, eran un evento familiar, popular y divertido. El r¨¦dito tur¨ªstico y, de paso, pol¨ªtico parec¨ªa evidente. En el verano del a?o 2000, la alcaldesa del PP, Te¨®fila Mart¨ªnez, anim¨® a los gaditanos a participar en "la mayor concentraci¨®n del mundo de personas alrededor de barbacoas¡±, t¨ªtulo con el que pretend¨ªan registrar en la Sociedad Guinness de los R¨¦cords la haza?a de reunir a 150.000 personas (C¨¢diz ten¨ªa entonces 140.000 habitantes, hoy, 119.000). Pero el idilio con las brasas pronto termin¨®. El desmadre se hizo may¨²sculo: el evento familiar se convirti¨® en un macrobotell¨®n de importantes consecuencias medioambientales que ya nadie quer¨ªa.
Pero tampoco nadie quiso ponerle el cascabel al gato. Hasta la edici¨®n de este verano, en la que se materializar¨¢ la prohibici¨®n, decidida por actual alcalde de C¨¢diz, Jos¨¦ Mar¨ªa Gonz¨¢lez ¡®Kichi¡¯. El Trofeo de este a?o, que se celebra el 11 y 12 de agosto, es el primero que ya no contar¨¢ con brasas en la playa. En su lugar, se ha planeado una variada agenda cultural y de ocio para ambos d¨ªas y una campa?a informativa con el lema: ¡°Este a?o el Trofeo Carranza sin botell¨®n en la playa¡±. Tampoco escatimar¨¢ en seguridad el Consistorio, gobernado por Por C¨¢diz S¨ª Se Puede (PCSSP) y Ganar C¨¢diz: 60 polic¨ªas locales y 30 vigilantes privados controlar¨¢n que no se acceda a la playa con barbacoas o alcohol durante la noche de este s¨¢bado.
Incluso Gonz¨¢lez ha publicado un bando municipal en el que explica los motivos de la, a priori, controvertida medida. ¡°Esta situacio?n [por el evento] no teni?a en cuenta los dan?os que estaba generando en nuestro entorno. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que todo acto tiene consecuencias, todo causa un efecto¡±, reconoce el regidor en su carta p¨²blica a los gaditanos. Y a?ade: ¡°En la noche de las llamadas ¡°barbacoas¡±, que hace tiempo dejaron de serlo, hemos llegado a dejar hasta 140 toneladas de basuras en nuestro litoral. Esto es, 140.000 kilos de basura en las que pretendemos que sigan siendo las mejores playas del sur de Europa. Una contradiccio?n que necesariamente tenemos que afrontar colectivamente porque es asunto de todos¡±.
Lo cierto es que tomar la decisi¨®n no ha sido f¨¢cil ni para el gobierno municipal de Podemos. En julio de 2015 lleg¨® a proponer volver a expandirlas por toda la playa de La Victoria, cuando hac¨ªa a?os que el Ayuntamiento, la Demarcaci¨®n de Costas (dependiente del Ministerio de Medio Ambiente) y la Junta llevaban aplicando severas restricciones en el espacio de playa y tiempo disponible para las brasas. Un a?o despu¨¦s, el equipo de gobierno lleg¨® incluso a plantearse una consulta popular para decidir qu¨¦ hacer. Finalmente, llev¨® la cuesti¨®n al pleno de mayo de 2016 que, con el voto afirmativo de todas las fuerzas y la abstenci¨®n del PP, aprob¨® su eliminaci¨®n para esta edici¨®n de 2017.
Los gaditanos tuvieron incluso la oportunidad de despedirse, en agosto de 2016, de una fiesta ya en decadencia que nadie sabe a ciencia cierta cu¨¢ndo comenz¨®, pero que administraciones, hosteleros, ecologistas ten¨ªan claro que ya hab¨ªa que fulminar. El llamado 'Trofeo de los Trofeos¡¯, creado en 1955, sol¨ªa reunir un ambiente especial en los alrededores del estadio y en la cercana playa. Sin embargo, no es hasta 1988 cuando en ¡®Diario de C¨¢diz¡¯ se hace una leve referencia a las barbacoas. El evento creci¨® en la d¨¦cada de los 90 y se hizo famoso, personas venidas de toda Andaluc¨ªa llegaban a C¨¢diz en esas noches.
En 2001, fieles a las ganas de fiesta y a la llamada realizada por la alcaldesa un a?o antes, se juntan en la playa 210.000 personas que dejaron 120.000 kilos de basura. La fiesta ya ni era amable, ni fotog¨¦nica, ni familiar. Era un macrobotell¨®n en el que las personas incluso no dudaban en parcelar la arena con muebles y sof¨¢s. En 2005 se alcanza el m¨¢ximo hist¨®rico: 250.000 personas en la arena, ese s¨ª fue el r¨¦cord. Pero a nadie hac¨ªa ya gracia la convocatoria, la seguridad era un problema y Costas comenz¨® a alertar sobre los preocupantes niveles de bacterias que registraba la arena. Las restricciones crec¨ªan. A?o tras a?o, se le daba un bocado al espacio acotado disponible. En 2008, el Ayuntamiento lleg¨® a pedir a Renfe que no reforzase servicios de trenes y cercan¨ªas. La contaminaci¨®n se hizo tan preocupante que, en 2011, las playas de La Victoria y Cortadura se quedaron sin bandera azul por los resultados de los an¨¢lisis de agua tomados en la noche posterior al evento en el verano anterior.
Nadie se atrev¨ªa a prohibirlas, pero tampoco ya muchos parec¨ªan no quererlas. En 2016, ya con el ajusticiamiento confirmado, la cita no pas¨® de los 17.000 asistentes de media. Este s¨¢bado ser¨¢ el primero que confirmar¨¢ que la noche de las barbacoas del Carranza ya forma parte del pasado. Historia de una ciudad y de un Ayuntamiento que, aunque el 28 de agosto de 2001 lleg¨® a anunciar a EL PA?S que iba a inscribir la fiesta en el Guinness World Record, al parecer, nunca lleg¨® a hacerlo. O al menos eso asegura la sociedad en su web que tiene registrada una barbacoa en Monterrey (M¨¦xico), celebrada en 2013, como la de mayor asistencia con 45.252 personas. La ciudad mexicana arrebat¨® la marca a Sidney que ostentaba el podio con un evento similar celebrado 1993. Ni siquiera en eso, las ya extinta noche de las barbacoas del Carranza podr¨¢ presumir de historia. Entre todos la mataron y ella sola se muri¨®, pero le const¨® a?os conseguirlo.
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