Vigilancia ¡°limitada¡± para el refer¨¦ndum
Una misi¨®n financiada por un centro de La Haya sin experiencia en elecciones quiere supervisar la votaci¨®n
El embajador holand¨¦s Daan Everts se ha hecho tarjetas de visita como jefe de los Observadores Internacionales para el refer¨¦ndum catal¨¢n. Ah¨ª dice que su nombre oficial es ¡°Misi¨®n Internacional Limitada de Observaci¨®n¡±. El adjetivo importante es el ¨²ltimo: ¡°Es una misi¨®n limitada en duraci¨®n, en cobertura y en n¨²mero de observadores¡±, dice Everts.
Los recursos habituales en una misi¨®n de observaci¨®n en un ambiente polarizado y pol¨¦mico como el que vive Catalu?a son mucho mayores: ¡°Cuando la UE hace una observaci¨®n electoral, recluta entre 100 y 200 observadores de corta duraci¨®n y unos 60 observadores de larga duraci¨®n. Las misiones m¨¢s grandes pueden tener hasta 400 miembros¡±, dice Rub¨¦n Ruiz-Rufino, profesor del King's College de Londres. La misi¨®n catalana tiene ahora seis miembros y podr¨ªan llegar otros 14 d¨ªas antes del 1 de octubre.
Everts no tiene claro que vayan a tener que venir. Repite varias veces durante la conversaci¨®n que puede ser que nada llegue a celebrarse: ¡°La misi¨®n se acabar¨¢ el 6 de octubre o antes si no hay refer¨¦ndum, porque no sabemos si habr¨¢¡±, dice.
La peque?ez de la delegaci¨®n tiene que ver con los recursos. La misi¨®n de Everts est¨¢ financiada exclusivamente por el think tank holand¨¦s The Hague Centre for Strategic Studies (HCSS). La ley del refer¨¦ndum establece que el Gobierno catal¨¢n no pagar¨¢ ning¨²n gasto de los observadores. El HCSS nunca antes ha promovido una misi¨®n de observaci¨®n similar. Esta primera vez tampoco lo hizo con mucha previsi¨®n: ¡°Contactamos con Daan hace un mes¡±, dice Paul Sinning, director ejecutivo del HCSS.
El embajador Everts tiene un curr¨ªculum impecable en misiones de observaci¨®n con organismos internacionales. Esta vez se toma la misi¨®n como algo ¡°profesionalmente interesante¡±: ¡°Es un gran reto. Mucha gente no se atrever¨ªa a aceptar este encargo. Tenemos que hacer en unas semanas lo que hacemos en dos meses con cientos de personas¡±. Para ¨¦l, el origen del dinero es un aspecto menor: ¡°No me importa de d¨®nde viene el dinero. No estoy en el bolsillo de ning¨²n Gobierno. No tenemos ningunas instrucciones. No las aceptar¨ªamos¡±, a?ade.
Aun as¨ª, ?por qu¨¦ quiere un think tank holand¨¦s gastarse decenas de miles de euros en financiar una misi¨®n de observadores internacionales en el refer¨¦ndum catal¨¢n cuando nunca ha hecho algo parecido? Everts sugiere que es para hacer luego trabajos acad¨¦micos gracias a los conocimientos sobre el terreno. Sinning admite que ¡°podr¨ªa ser una buena idea¡±. Pero su respuesta insin¨²a que no se lo hab¨ªa planteado antes. Sinning no da m¨¢s explicaciones acerca de sus motivos.
El equipo de Everts no est¨¢ en Barcelona para analizar con detalle la validez del proceso electoral, sino sus din¨¢micas: ¡°El hecho de que el refer¨¦ndum est¨¦ prohibido es una informaci¨®n muy importante. No la juzgamos. Es algo que observamos¡±, dice. ¡°La presencia de observadores no legitima el proceso¡±, a?ade.Las organizaciones habituales en misiones de observaci¨®n internacional dependen de instituciones de Estados, Uni¨®n Europea, Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, Organizaci¨®n de los Estados Americanos o Uni¨®n Africana. Estas entidades trabajan solo con Gobiernos estatales. Ninguna est¨¢ implicada en el proceso catal¨¢n.
Una opci¨®n para Catalu?a habr¨ªa sido una instituci¨®n privada con solvencia. La m¨¢s c¨¦lebre es el Centro Carter. ¡°Si hubiera venido el Centro Carter cambiar¨ªa el juego¡±, dice Ruiz-Rufino. ¡°Jimmy Carter podr¨ªa haber venido a Catalu?a. Sus protocolos de actuaci¨®n sobre el papel no tienen las restricciones institucionales de la OSCE o la UE¡±, a?ade. Pero no ha venido. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, visit¨® en abril en Atlanta al expresidente Carter. El Centro Carter emiti¨® entonces un comunicado donde dec¨ªa que no iba a implicarse en el refer¨¦ndum.
David Carroll, director del programa de Democracia del Centro Carter, explica ahora sus condiciones estrictas para participar en una elecci¨®n: "El Centro prioriza elecciones que representan una transici¨®n cr¨ªtica o desaf¨ªo para el pa¨ªs, donde el Centro puede ayudar a que las elecciones sean un ¨¦xito y donde el Gobierno anfitri¨®n, los partidos pol¨ªticos principales y la autoridad electoral requieren o agradecen nuestra participaci¨®n". El Centro Carter, adem¨¢s, necesita de una invitaci¨®n oficial de al menos 4 a 6 meses antes de las elecciones. Es mucho m¨¢s tiempo del que tuvo Everts para preparar su plan.
Si las instituciones m¨¢s habituales en estos procesos no iban a observar la consulta, otra opci¨®n era una figura solitaria con credibilidad como el embajador Everts. Everts insiste en la ¡°independencia feroz¡± de ¨¦l y su equipo ¡ªde quienes prefiere no revelar la identidad¡ª, pero su veredicto no pasar¨¢ la prueba de la validez internacional: ¡°Seguramente lo har¨¢ con una metodolog¨ªa buena, pero no tiene los controles, la infraestructura ni la credibilidad de los organismos internacionales¡±, dice Ruiz-Rufino.
La misi¨®n de Everts no es la ¨²nica que hay en Catalu?a. La neozelandesa Helena Catt, consultora y ex directora ejecutiva de la Comisi¨®n Electoral de Nueva Zelanda, dirige otra llamada, seg¨²n la nota de prensa de la Generalitat, International Electoral Expert Research Team.
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